Hasta año y medio esperan por cirugías: hay escasez del 70% de subespecialistas en SPS

Consultas tardan hasta seis meses y muchos ni siquiera logran operarse en Honduras. Las más urgentes incluyen subespecialidades de medicina interna y áreas quirúrgicas críticas

  • 11 de septiembre de 2025 a las 23:00 /
San Pedro Sula, Honduras.

En San Pedro Sula, enfermar de algo que requiere atención altamente especializada es casi una condena. Los hospitales públicos operan con un déficit crítico de subespecialistas, con una logística e infraestructura que se quedan cortos ante la demanda.

La consecuencia inmediata de esto es listas de espera que se prolongan durante meses, a veces hasta más de un año, mientras la salud de los pacientes se deteriora lentamente. Quienes no pueden pagar una consulta privada quedan atrapados en un sistema que promete atención, pero rara vez llega a tiempo.

En Honduras, la densidad de médicos es de aproximadamente 4,89 por 10.000 habitantes, incluidos generales y especialistas, empeorando −0,63 desde el año 2000.

Los retrasos en los pagos salariales son una de las principales causas por las que los subespecialistas abandonan los hospitales públicos.

Actualmente el Colegio Médico de Honduras (CMH) cuenta con unos 20,250 colegiados, de los cuales, 80% son médicos generales y 20% son especialistas en las diferentes áreas de la Medicina; el 53% son mujeres y el 47% son hombres.

“Mi hijo tiene un problema cardíaco y llevamos meses esperando una consulta con un especialista, cada día que pasa me preocupa más su salud”, comentó Concepción López, madre de un menor afuera del Catarino en San Pedro Sula, que venía desde Santa Rosa de Copán.

Situaciones como esta se repiten en municipios circunvecinos como Choloma, La Lima y Puerto Cortés, donde los centros asistenciales locales no cuentan o tienen pocos especialistas y subespecialistas para cubrir la demanda de pacientes.

La falta de subespecialistas ha llevado a una atención insuficiente para los miles de pacientes que dependen de sus servicios.

El hospital Mario Rivas, considerado el principal centro de referencia en la zona norte, opera al límite de sus capacidades. La falta de médicos subespecialistas es uno de sus mayores retos, un problema que también golpea al Instituto Hondureño de Seguridad Social regional y se replica con crudeza en los hospitales más pequeños del departamento.

El déficit de subespecialistas provoca consultas postergadas durante meses, tratamientos retrasados y la necesidad de trasladarse a otras ciudades o irse a clínicas privadas, generando gastos adicionales y estrés familiar. En casos de enfermedades graves, la demora suele convertirse en un riesgo de vida.

De acuerdo con datos proporcionados a LA PRENSA Premium por parte del Colegio Médico, durante el 2025, a nivel nacional, la mayor concentración de médicos se encuentra en las especialidades tradicionales.

Pediatría (836), ginecología y obstetricia (793), medicina interna (554) y cirugía general (362) reúnen más del 55% de todos los especialistas del país. Esto nos dice que el perfil de atención está fuertemente orientado hacia problemas generales y materno-infantiles, mientras que áreas críticas como cuidados intensivos, oncología o neumología tienen una representación mínima.

En cuanto a subespecialistas, el panorama es más limitado. Aunque hay presencia en 15 áreas, en muchos casos las cifras son muy bajas, por ejemplo, oncología cuenta con apenas 59 subespecialistas para todo el país, cuidados intensivos con 21 y neumología con 20.

Otras ramas como reumatología, neonatología y medicina nuclear no registran ningún subespecialista. Honduras ha logrado cierto avance en la formación de especialistas, pero el salto hacia la subespecialización, clave para atender patologías complejas, sigue siendo insuficiente.

Se observó también desequilibrios particulares. En oncología, por ejemplo, hay solo 12 especialistas frente a 59 subespecialistas, una cifra atípica que podría responder a diferencias en la forma de clasificar a los médicos formados directamente en áreas oncológicas específicas. En contraste, la cardiología mostró 82 especialistas y 23 subespecialistas, números bajos si se considera que las enfermedades cardiovasculares son de las principales causas de muerte en el país.

En el caso del departamento de Cortés, los datos confirman que es el segundo gran polo de atención médica después de Tegucigalpa.

Este concentra alrededor del 20% al 22% de los especialistas nacionales en áreas clave: 183 pediatras, 163 ginecólogos y obstetras, 109 internistas y 81 cirujanos generales.

Eso refuerza el papel de San Pedro Sula como centro de referencia en el norte, pero también genera una fuerte presión sobre hospitales como el Mario Catarino Rivas y el regional del Ihss, donde la demanda supera con creces la capacidad instalada.

Quienes permanecen en el sistema público enfrentan condiciones laborales precarias, con contratos temporales y sin perspectivas claras de estabilidad.

Óscar Sánchez, expresidente del Colegio Médico en la zona norte, explicó que la limitada cantidad de médicos subespecialistas en San Pedro Sula y alrededores responde a varias causas históricas.

“Ha habido bastantes limitaciones debido a la falta de oportunidades y becas tanto de organismos internacionales como del Gobierno. Los costos de especializarse son elevados y eso ha contribuido a que el número de subespecialistas se reduzca considerablemente”, afirmó.

El expresidente del CMH destacó que, aunque el Colegio Médico ha intentado ofrecer programas de becas a través de organismos internacionales, el impacto ha sido limitado.

Además, el Estado no cuenta con programas sostenibles para formar subespecialistas en el país. “Ha habido convenios, como con la escuela cubana, pero se enfocan en medicina general o familiar. Para especialidades avanzadas, los médicos suelen acudir a México o Sudamérica, por los costos elevados en otros lugares”, agregó.

Necesidad

Entre las subespecialidades más afectadas y que se necesitan con urgencia en San Pedro Sula están: Medicina Interna (Reumatología, Neurología, Gastroenterología, Cardiología, Neumología y Endrocrinología), así como áreas quirúrgicas, como Urología, Proctología, Ortopedia Pediátrica, Traumatología, Cirugía Vascular y Periférica, Cirugía Oncológica, Cirugía de Mano y de Columna, y Cirugía de Tórax. La carencia se extiende a Otorrinolaringología y Oftalmología, así como a subespecialistas en Anestesiología e Intensivistas.

Estas disciplinas requieren una formación previa, lo que prolonga el tiempo de estudio y la inversión económica. Para un subespecialista representa dos a tres años adicionales de formación fuera de la especialidad, que a su vez dura de tres a cuatro años en el extranjero.

La escasez de subespecialistas tiene un efecto directo en la atención diaria de los pacientes. Sánchez señaló que muchos médicos capacitados abandonan el sistema público debido a contratos inestables y retrasos en el pago de salarios, lo que obliga a los profesionales a recurrir a la práctica privada para cumplir con sus necesidades financieras.

“Pasan tres, cuatro o seis meses sin salario, y eso provoca deserción en los hospitales públicos y en la seguridad social”, detalló.

En Honduras, las subespecialidades aún están en desarrollo. “En San Pedro Sula, los posgrados disponibles son Anestesia, Medicina Interna, Pediatría, Cirugía y Ginecología. Para otras áreas como Radiología, Neurología, Neumología o Cirugía oncológica, la formación se realiza principalmente en Tegucigalpa o en el extranjero”, indicó Sánchez.

El impacto en los pacientes es evidente, ya que las citas con subespecialistas pueden retrasarse meses debido a la escasez de profesionales. En la zona norte, los subespecialistas están sobre todo en las clínicas privadas, en el hospital Catarino Rivas y en el Instituto Hondureño de Seguridad Social, lo que genera desabastecimiento y largas esperas para quienes requieren atención especializada.

Al comparar las cifras de Cortés se encontró que la relación es de 4.7 subespecialistas por cada 10 especialistas, lo que equivale casi a la mitad. A nivel nacional, de los aproximadamente 22,000 médicos colegiados, el 70% son generales, el 20% especialistas y apenas un 1% o 2% son subespecialistas.

Actualmente, la mayoría de subespecialistas en San Pedro Sula están trabajando bajo la modalidad de permanencia gracias a convenios recientes, mientras que los de contrato son un 30% aproximadamente.

Hasta el año 2023, según datos de la Secretaría de Salud, había 358 médicos especialistas en condición de contrato a nivel nacional, de los cuales 100 estaban en el Catarino Rivas, 11 en el Leonardo Martínez y dos en la Metropolitana de Salud, en San Pedro Sula; mientras que en Puerto Cortés había tres.

Uno de los hallazgos significativos de esta data es la alta concentración de especialistas en hospitales de referencia en comparación con hospitales periféricos, donde la disponibilidad era menor y se alternaba entre generales de guardia y pocos especialistas. Esta centralización reflejó inequidad territorial en la distribución de recursos humanos, generando presión excesiva en los grandes hospitales metropolitanos y limitando la capacidad de respuesta en zonas fuera de San Pedro Sula.

El Catarino Rivas concentraba la mayor parte de especialistas y 31 generales, mientras que en Puerto Cortés, la mayoría eran médicos generales (ocho), lo que limitaba el acceso a atención altamente especializada. El Leonardo Martínez tenía una plantilla reducida en comparación, con apenas cinco generales, reforzando su papel de hospital de apoyo.

La tabla procesada dejó vacíos importantes en el panorama real de la atención médica en el norte del país, no incluyó los especialistas que sostiene el Seguridad Social regional, cuya capacidad es comparable a la del hospital Mario Catarino Rivas, ni contemplaba la oferta del sector privado.

Además, los datos distinguieron únicamente el número de especialistas, pero no reflejaron cuántos de ellos contaban con formación en subespecialidades, una diferencia clave cuando se trata de atender enfermedades complejas que requieren un nivel de conocimiento más profundo y recursos más avanzados.

Por otro lado, ha existido una marcada homogeneidad en las escalas salariales, los médicos generales, ya sea con carga de seis horas o en funciones de guardia, perciben un salario mensual fijo de aproximadamente 29,806.69 lempiras, mientras que los especialistas, independientemente de que trabajen seis horas o estén asignados a guardias, reciben alrededor de 34,774.47 lempiras.

En cuanto a la composición de género, el registro muestra una participación equilibrada entre médicos hombres y mujeres, aunque en los hospitales de San Pedro Sula hay mayor número de mujeres en cargos asistenciales.

La atención médica en la zona norte enfrenta una crisis que no se refleja únicamente en cifras, sino en vidas que esperan por atención especializada. El doctor Carlos Umaña, expresidente de la Asociación de Médicos del Seguro Social y actual congresista, expuso, que el déficit de subespecialistas médicos ronda entre el 60% y 70% en áreas críticas de la salud, a nivel de subespecialidades.

En una entrevista, Umaña detalló que las subespecialidades, tanto médicas como quirúrgicas, están lejos de cubrir la demanda de la población. “Realmente las subespecialidades no llegan ni al 40% de los requerimientos para toda la zona norte y occidente del país, necesitamos al menos el triple de subespecialistas para ofrecer alternativas reales”, señaló.

El impacto sobre los pacientes es directo y grave. Umaña indicó que los tiempos de espera para consultas de medicina interna oscilan entre seis meses y un año, mientras que para intervenciones quirúrgicas puede alcanzar hasta año y medio. “Eso representa que muchos pacientes no reciben atención a tiempo, algunos incluso fallecen esperando por un subespecialista o por una cirugía que nunca llega”, lamentó.

El galeno explicó que la raíz del problema no es la falta de interés de los profesionales, sino la ausencia de inversión en formación. “Nunca se quisieron crear los posgrados que hemos estado pidiendo durante años, solo se aceptan cuatro o cinco estudiantes por año, lo que es insuficiente para cubrir las necesidades del país”, afirmó.

Además, las becas para estudiar en el extranjero resultan prohibitivas para la mayoría de los jóvenes médicos, con costos que pueden superar los 50,000 o 70,000 dólares (hasta 1.8 millones de lempiras aproximadamente) por subespecialidad.

Para estudiar afuera, por ejemplo en México, se requieren unos 2,000 dólares (cerca de 56,000 lempiras) al mes durante 3-4 años, una inversión inaccesible para la mayoría. Otros destinos son Argentina, Colombia, Venezuela, Guatemala, Costa Rica, España y Alemania, aunque pocos regresan.

Una consecuencia de esta limitación es que los pocos subespecialistas formados suelen migrar a la medicina privada, donde sus ingresos son significativamente mayores. A nivel privado, un subespecialista cobra entre 1,000 a 1,500 lempiras por consulta y atiende entre cinco y 10 pacientes diarios, esto hace que la mayoría no quiera trabajar con el Estado.

Durante el mes de agosto de 2025 se reportó que cinco médicos subespecialistas presentaron su renuncia al Seguro Social en la capital, dejando al hospital con solo dos endocrinólogos y un cirujano plástico. La falta de plazas permanentes y la ausencia de previsión en la contratación fueron identificadas como causas de esta crisis.

Los especialistas en San Pedro son suficientes en cantidad, pero insuficientes para cubrir la demanda y evitar listas de espera. Sin subespecialistas, los pacientes suelen buscar atención privada o brigadas extranjeras, o viajar a El Salvador o Guatemala.

El congresista subrayó que la solución pasa por la formación de recurso humano en Honduras e inversión en posgrados con un plan sostenido. “Si no formamos nuestros subespecialistas aquí, no vamos a hacer nada, absolutamente. Mandar a los muchachos al extranjero es sumamente caro y muchos no regresan, tanto así, por ejemplo, que en anestesiología, si no hacemos algo en los próximos 10 años, no habrá gente para los quirófanos.", sentenció.

En concordancia con Umaña, la doctora Isis Fajardo, directora de la Departamental de Salud de Cortés, manifestó que aunque la mayoría de especialistas y subespecialistas prefieren San Pedro Sula, ha sido difícil captar talento para el resto de los municipios.

"Todos desean una oportunidad laboral en San Pedro Sula, ya que sus clínicas privada, en su mayoría, están acá. Además, el sector privado da más dinero que el público, por lo que resulta complicado ir a otro municipio", apuntó.

Aunque ha resultado complejo, especificó que han logrado contratar personal gineco-obstetra y de pediatría para Choloma, Puerto Cortés y Villanueva. "Aún esto no es suficiente para lo que queremos abarcar. En el sector público es donde existe la necesidad, pero no los beneficia tanto porque el traslado hacia un determinado lugar les quitaría tiempo para laborar a nivel privado y el salario no es competitivo", comentó.

La funcionaria aseguró que se han puesto en marcha algunas alternativas, como estudiar la situación de quienes ya forman parte del sistema en lugares donde existe una mayor necesidad de médicos especialistas.

En tanto, a nivel nacional, se plantea sentarse junto con la Universidad Nacional Autónoma de Honduras para analizar el déficit de especialistas en zonas no metropolitanas de San Pedro Sula y Tegucigalpa, y explorar opciones que permitan cubrir esta población mediante la formación y retención de estudiantes que actualmente cursan una especialidad.

A pesar de que cada año se gradúan entre 150 y 250 médicos generales en Honduras, menos de una cuarta parte logra acceder a un cupo para especializarse en el país, debido a la limitada oferta de plazas financiadas por la Secretaría de Salud y el Instituto Hondureño de Seguridad Social.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se recomienda una densidad de 44.5 médicos por cada 10,000 habitantes para garantizar la cobertura de los servicios de salud esenciales. En contraste, Honduras cuenta con apenas 4.9 médicos por cada 10,000 habitantes, lo que refleja una escasez alarmante de profesionales de la salud en el país.

Para 2026, la Unah contará con 165 cupos para la formación médica especializada, una cifra significativamente inferior a los 300 o 400 espacios que se ofrecían tradicionalmente en años anteriores.

De estos cupos, 119 estarán destinados a Tegucigalpa y 46 a San Pedro Sula, y el concurso de selección se realizará durante el mes de octubre de este año. Se supo que 13 de los espacios se asignarán a subespecialidades como Cirugía Plástica y Reconstructiva, Cardiología Pediátrica, Cuidados Intensivos Pediátricos, Nefrología Pediátrica, Neonatología, Medicina Crítica y Terapia Intensiva.

Los 152 cupos restantes se distribuirán entre especialidades como Anatomía Patológica, Anestesiología, Reanimación y Manejo del Dolor, Cirugía General, Cirugía Pediátrica, Dermatología, Ginecología y Obstetricia, Medicina de Emergencias y Medicina Física y Rehabilitación.

También se incluyen Medicina Interna, Medicina Legal y Forense, Neumología, Neurocirugía, Neurología, Oftalmología, Oncología Quirúrgica, Ortopedia y Traumatología, Otorrinolaringología, Pediatría, Psiquiatría y Radiología e Imágenes Médicas.

La falta de médicos especialistas en Honduras es un problema crónico que afecta directamente la atención en instituciones públicas y privadas. El doctor Gustavo Galo, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Unah, expuso los múltiples factores que limitan la formación y retención de especialistas en el país.

Según Galo, gran parte del déficit en el sector público se relaciona con pagos tardíos a los profesionales, lo que genera que muchos renuncien incluso durante el primer semestre del año.

“Si los especialistas acuden a clínicas privadas no encuentran cupos disponibles, los hospitales privados cuentan hasta con seis o siete intensivistas, y el espacio público no se resuelve porque el colega se agota al no recibir su pago mensual ¿De qué sirve producir especialistas si luego no se integran al sistema?”, cuestionó el decano.

Galo enfatizó que la solución pasa por un plan nacional de salud que atienda los problemas reales del sistema. “No puedo aumentar el número de estudiantes de posgrado cuando las condiciones son complejas. En la Unah tenemos 28 programas de posgrado, de los cuales 20 son especialidades y seis subespecialidades, cada coordinador conoce las necesidades y la logística de los jóvenes que puede atender en su programa”, detalló.

En cuanto a las subespecialidades, Galo señaló que son carreras altamente exigentes, ya que requieren ser especialista primero, por lo que la demanda no es tan alta, y por cada especialidad se abren apenas dos o tres cupos, dependiendo de la logística de la institución.

Entre las subespecialidades mencionadas destacan Nefrología Pediátrica, Cardiología Pediátrica, Cuidados Intensivos Pediátricos, Neonatología, Cirugía Plástica y Reconstructiva para Adultos, Neumología para Adultos, Emergenciología y Medicina Crítica.

Producir especialistas sin un sistema que los integre adecuadamente es insuficiente, solo mediante una planificación nacional coordinada será posible cubrir las necesidades de salud del país y garantizar que los especialistas formados puedan ejercer efectivamente en Honduras.

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Ariel Trigueros
Ariel Trigueros
jerson.trigueros@laprensa.hn

Reportero multimedia e investigador en LA PRENSA. Más de 10 años en medios. Licenciado en Periodismo (UNAH), máster en Comunicación (UEA) y docente universitario.