Al padre José Enrique Vásquez Cálix lo asesinaron unas tres horas después de haber salido de la casa de su familia en la comunidad de Agua Azul Sierra, en Santa Cruz de Yojoa, el miércoles 2 de marzo.
Investigaciones indican que el sacerdote, según tenía entendido su familia, salió con rumbo a San Pedro Sula, pero se desvió para la zona del municipio de Santa Rita, en el departamento de Yoro.
Luego de haber estado con su familia, el párroco se levantó temprano la mañana del 2 de marzo y salió a eso de las 10:00 am a bordo de su vehículo Mazda gris doble cabina.
Desde Agua Azul Sierra al desvío de La Barca, Vásquez Cálix recorrió alrededor de 27 minutos y se dirigió hacia Santa Rita. Por esa zona, el vehículo en el que iba el sacerdote pasó a eso de las 10:55 am y tomó el desvío que conduce al municipio de El Negrito, Yoro.
En ese trayecto, equipos de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic) se han centrado en averiguar en qué lugar exactamente tres sospechosos abordaron el vehículo del padre y la forma en la que lo hicieron.
La ubicación que da el celular del padre Enrique Vásquez está siendo verificada con testimonios que coinciden con las últimas tres horas de vida de la víctima.
Aunque con exactitud aún no se conoce en qué parte o momento el padre es abordado por los sujetos que lo mataron, sí está confirmado que iban dentro del vehículo Mazda gris.
“Yo estaba almorzando a eso de la 1:00 pm del 2 de marzo cuando escuché varios disparos, me sorprendí, pero con otras personas que estaban aquí dijimos que siempre se escuchaban tiros en esa zona”, comentó un vendedor que ese día estaba en la comunidad de La Regina, exactamente a unos 300 metros de donde asesinaron al padre Enrique Vázquez Cálix el miércoles 2 de marzo.
Él no pudo ver a los criminales, ya que el carro del padre lo desviaron por una calle de tierra que conduce al puente La Regina, en el río Cuyamapa.
El vehículo Mazda gris pasó el puente y los sicarios bajaron al padre, lo arrodillaron por unos minutos, y por la dinámica del crimen al parecer le dijeron que se fuera y ahí le dispararon en varias ocasiones.
Habría dos tiradores, según los análisis de planimetría que realizaban los agentes de la Atic el 10 de marzo en el puente La Regina, cuando un equipo de LA PRENSA realizaba el recorrido de las últimas horas de vida del sacerdote.
El cuerpo del padre Quique quedó tirado en medio de la calle, contrario al lugar desde donde le dispararon los sicarios.
Desde la 1:00 pm, el cadáver del hombre desconocido en ese momento, que vestía una camisa naranja, pantalón corto y andaba en sandalias, estuvo tirado hasta eso de las 4:30 pm, cuando las autoridades llegaron a hacer el reconocimiento e inspección de la escena, que duró hasta que oscureció.
Después de asesinarlo, los sicarios huyeron en el vehículo del padre y recorrieron una hora por las montañas del municipio de Morazán, Yoro, para dejar abandonado el carro.
Pobladores de la comunidad Nuevo Paraíso comentaron que estaban descansando en las cercanías del río Pataste cuando vieron que ese vehículo doble cabina gris venía a toda velocidad.
2 de marzo
Crimen. Después de haber salido de la casa de su familia, el padre Enrique Vásquez fue asesinado en el puente La Regima, de Morazán, Yoro, e identificado al siguiente día.
“Nos extrañó porque los carros pasan despacio, porque hay niños en la calle, pero ese cruzó el río de un solo golpe; pero no nos imaginamos que habían matado al padre”, comentó un aldeano.
A eso de las 2:00 pm, pobladores de San José de El Paraíso vieron el carro estacionado a una orilla de la calle, pero creyeron que era de alguien que andaba viendo alguna propiedad.
Al amanecer del 3 de marzo, los vecinos tuvieron que llamar a la Policía y reportar que el carro estaba abandonado y en noticias en la tarde vieron que era el carro del sacerdote. Vecinos de varias comunidades coinciden en que los que llevaban el vehículo también andaban acompañados de sujetos en otro auto.
Luego de dejar abandonado el carro del padre, los malvivientes se fueron por las montañas a salir a una comunidad llamada Cobán, que vuelve a llevar a la carretera principal, que conduce a la ciudad de Yoro.
El grupo de criminales conocía bien los desvíos que tomaron para huir desde donde mataron al padre hasta el lugar donde dejaron abandonado su vehículo.
Los equipos de investigación andan tras las pista de un grupo de sicarios que opera en la zona de Yoro, pues todo apunta a que cometieron el crimen, e investigan los motivos por los que le quitaron la vida al párroco de la iglesia San José del barrio Medina de San Pedro Sula.