El director general de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez Velásquez, se refirió este lunes a los avances en torno al caso del asesinato del conocido sacerdote José Enrique Vásquez (47), encontrado el pasado 3 de marzo en el municipio de Morazán, departamento de Yoro.
“Es un caso lamentable, pero tenemos avances significativos, la semana pasada recibimos un oficio por parte de la Fiscalía con relación a que le pasaron la investigación a la Atic, pero seguimos trabajando y es cuestión de horas o días para que hayan capturas”, expuso el jerarca policial.
Sánchez Velásquez indicó que poseen importante información testifical y pericial, así como de carácter científico en proceso de análisis. En este momento no podemos dar mayores detalles, pero sí se identificó a quienes estarían detrás de esto y esperamos que en las próximas horas o días hayan capturas”.
El director policial comentó que analizan distintas hipótesis respecto al asesinato, siendo una de las más fuertes el robo. Argumentó que pese a que el caso le fue asignado a la Atic, al final todas son agencias de seguridad del Estado y como tal deben trabajar en conjunto.
Enfatizó que “no es común que un hombre de la fe sea víctima de la violencia, no duden que vamos a llegar a descubrir el hecho y capturar a los hechores”. Tampo descartó que los sospechosos sean personas que radican en la zona donde vivía el párroco y ejemplificó que existen tres escenario alrededor del hecho: el lugar donde fue encontrado el cuerpo, el sitio donde fue localizado el vehículo y por último la zona donde él llegaba a mirar a sus familiares.
El sacerdote José Enrique Vásquez, cuya desaparición había sido denunciada en la víspera, fue hallado con múltiples impactos de arma de fuego.
“No tengo ninguna hipótesis del por qué le han matado”, dijo recientemente a periodistas el obispo Ángel Garachana, luego de confirmar que el cuerpo de Vásquez fue localizado en Medicina Forense de San Pedro Sula, donde fue identificado y reclamado por sus familiares.
”La inseguridad y la violencia en el país es una realidad dramática que están padeciendo miles de familias. El crimen organizado, el narcotráfico y el delito común sigue dominando en el país, y ahora le toca a la familia del padre Enrique Vásquez”, subrayó Garachana.
El padre Vásquez era el párroco de San José de Medina, de la diócesis de San Pedro Sula. Garachana afirmó que el cura nunca le mencionó que haya sido víctima de amenazas y comentó que el vehículo del sacerdote fue encontrado en el municipio de Victoria, departamento de Yoro, donde el religioso había estado visitando a su madre.
“Aumenta la criminalidad y esta pandemia de la que pensábamos estaba disminuyendo, ahora se cobra la vida de un hermano sacerdote: el padre Quique Vásquez”, indicó el portavoz de la Conferencia Episcopal en Tegucigalpa, Juan Ángel López.
Las autoridades de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) confirmaron hace tres días que estaban trabajando siete grupos de diferentes unidades, la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic) tenía tres grupos trabajando en el caso y las autoridades del Ministerio Público informaron que en las próximas horas de cometido el crimen contra el padre iniciarían con las primeras capturas; sin embargo, ya pasaron cinco días y los asesinos siguen libres.
El padre “Quique”, a las 9:00 am del 3 de marzo salió de su casa en la aldea Agua Azul Sierra, en Santa Cruz de Yojoa, para dirigirse a la iglesia San José, del barrio Medina, en San Pedro Sula, para la misa del Miércoles de Ceniza, pero horas más tarde apareció muerto sobre un puente.
El sábado, los familiares y amigos dieron el último adiós al padre, entre globos y aplausos lo sepultaron en el cementerio local de Agua Azul Sierra, en donde sus parientes exigieron justicia para que el hecho violento no quede en la impunidad. Todo un pueblo lo acompañó a su última morada.
“No tengo ninguna hipótesis del por qué le han matado”, dijo recientemente a periodistas el obispo Ángel Garachana, luego de confirmar que el cuerpo de Vásquez fue localizado en Medicina Forense de San Pedro Sula, donde fue identificado y reclamado por sus familiares.
”La inseguridad y la violencia en el país es una realidad dramática que están padeciendo miles de familias. El crimen organizado, el narcotráfico y el delito común sigue dominando en el país, y ahora le toca a la familia del padre Enrique Vásquez”, subrayó Garachana.
El padre Vásquez era el párroco de San José de Medina, de la diócesis de San Pedro Sula. Garachana afirmó que el cura nunca le mencionó que haya sido víctima de amenazas y comentó que el vehículo del sacerdote fue encontrado en el municipio de Victoria, departamento de Yoro, donde el religioso había estado visitando a su madre.
“Aumenta la criminalidad y esta pandemia de la que pensábamos estaba disminuyendo, ahora se cobra la vida de un hermano sacerdote: el padre Quique Vásquez”, indicó el portavoz de la Conferencia Episcopal en Tegucigalpa, Juan Ángel López.
Las autoridades de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) confirmaron hace tres días que estaban trabajando siete grupos de diferentes unidades, la Agencia Técnica de Investigación Criminal (Atic) tenía tres grupos trabajando en el caso y las autoridades del Ministerio Público informaron que en las próximas horas de cometido el crimen contra el padre iniciarían con las primeras capturas; sin embargo, ya pasaron cinco días y los asesinos siguen libres.
El padre “Quique”, a las 9:00 am del 3 de marzo salió de su casa en la aldea Agua Azul Sierra, en Santa Cruz de Yojoa, para dirigirse a la iglesia San José, del barrio Medina, en San Pedro Sula, para la misa del Miércoles de Ceniza, pero horas más tarde apareció muerto sobre un puente.
El sábado, los familiares y amigos dieron el último adiós al padre, entre globos y aplausos lo sepultaron en el cementerio local de Agua Azul Sierra, en donde sus parientes exigieron justicia para que el hecho violento no quede en la impunidad. Todo un pueblo lo acompañó a su última morada.