¿Un sueño? La CA-4 está a 51 kms de quedar totalmente renovada
La construcción de la nueva carretera a occidente, desde Cucuyagua, Copán hasta Ocotepeque tiene avances significativos. El trayecto de Chamelecón a Naco, y de Santa Rosa a Cucuyagua, además de una docena de fallas, son ahora los únicos pendientes
- 24 de julio de 2025 a las 23:10 /
Viajar al departamento de Ocotepeque desde San Pedro Sula, dentro de poco no solo será un viaje de menos de cuatro horas de duración; estará lleno de paisajes que no se apreciaban por ir esquivando baches, gracias al nuevo pavimento.
Para explicar las novedades en esta importante arteria nacional que debido a su mal estado, por años mantuvo casi aislado a este importante departamento, comenzaremos el recorrido en Ocotepeque.
Desde el casco urbano de la cabecera Ocotepeque y Sinuapa, las máquinas ya fueron parte de la ruidosa efervescencia de ambos municipios fronterizos. Los trabajos de las nuevas vías hacia las aduanas El Poy, con El Salvador y a la de Agua Caliente, con Guatemala han redibujado positivamente el panorama.
En ascenso rumbo a San Pedro Sula los rótulos de hombres trabajando se apropian del trayecto.
Aún hay varios kilómetros de asfalto sin tocar, unos cuantos baches, y la falla de Yoroconte que hace tres semanas cortó el paso con un enorme derrumbe que afectó varias horas la circulación.
Pasando ahí, llegamos a la cuesta en El Portillo (Sinuapa), en la cima de la Reserva Biológica del Güisayote que está a 1,685 metros sobre el nivel del mar. En este sitio de parada obligada donde sopla un viento fresco y desde donde se ve Ocotepeque, nace el nuevo pavimento de concreto hidráulico de alta densidad.
Desde El Portillo hasta el final, del otro lado de la montaña, las empresas trabajan en la ampliación a tres carriles de la carretera, derrumban cerros y trabajan en la terracería.
Por ratos, el paso se cierra para los viajeros de una vía. Las maquinarias demuelen las montañas para ampliar esta cuesta que es considerada una de las más peligrosas de Honduras.
Ya abajo, en la planicie, la nueva carretera da la bienvenida. Desde ahí, en el comienzo del municipio de La Labor, pasando luego a Sensenti y atravesando Lucerna hasta llegar a Cucuyagua, el recorrido está totalmente transformando. La calidad de la obra se nota sin necesidad de ser experto.
Todas estas nuevas obras, ya en la fase final en la que se pulen detalles, de acuerdo a la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) comprenden 115 kilómetros (incluyendo tramos nuevos y reconstruidos) el costo total es de L2,739 millones (2,739,868,767.34 de lempiras).
El proyecto de rehabilitación del tramo Cucuyagua - Ocotepeque - El Poy - Ocotepeque Agua Caliente consiste en la pavimentación de 93.6 kilómetros de carretera con concreto hidráulico, cuyo ancho de calzada será de 7.2 metros (dos carriles de 3.6 metros) en 69.6 Km y de 10.8 metros ( tres carriles de 3.6 metros ) en 24 Kilómetros.
Dentro de las obras más significativas de este tramo está la estabilización de fallas (deslizamientos), movimiento de tierra, drenajes menores y mayores, obras conexas, etc.
José Esteban López, alcalde de Cucuyagua, Copán reconoció la transformación que aporta al occidente de Honduras la reciente pavimentación de una carretera en Ocotepeque y Santa Bárbara-Copán.
Señala que lo último que supo es que habían licitado el estudio para la elaboración del presupuesto y diseño del proyecto para el tratamiento de todas fallas en ese trayecto de Cucuyagua a Santa Rosa.
"Lo que es bueno es bueno, lo haga quien lo haga. Uno no puede emitir opiniones que van en contra de los hechos. Como alcalde, habitante de este sector y como un pequeño emprendedor, tanto de Copán como de Ocotepeque estoy contento porque estas obras dinamizan la economía en ambos departamentos", afirmó López.
Señala que las obras de La Labor a Ocotepeque, subiendo la cuesta de El Portillo, lógicamente tardarán un poco más de tiempo, porque en todo lo están haciendo de tres carriles. "Es un buen proyecto y todos estamos contentos", finalizó.
Los nuevos 79 kilómetros de Naco a La Entrada
En teoría y cuando alguien consulta en Waze, ChatGPT o Google Maps cuánto mide y en qué tiempo se recorre la carretera CA-4 al occidente de Honduras, las respuestas son el sueño de todo conductor.
Literalmente, todos esos canales de búsqueda señalan que de San Pedro Sula a Ocotepeque hay 247 kms (153 millas) de longitud, con un tiempo estimado de viaje entre 3 horas y 17 minutos y 3 horas con 30 minutos en auto. La distancia en línea recta entre ambas ciudades es de 172 kms.
Aunque en la realidad todavía hay de seis a ocho horas de viaje entre ambas regiones, o más, si hay accidentes, tomas de carretera o derrumbes, hoy en día el periplo es cada vez se hace más agradable para quienes lo recorren por trabajo o necesidad.
Hasta hace unos años, los únicos pavimentos de concreto hidráulico dignos eran dos: el que hay entre La Entrada a Copán, municipio de Nueva Arcadía y Santa Rosa de Copán, y el trayecto de La Entrada a El Florido, en Copán Ruinas.
En el caso del tramo entre La Entrada y Santa Rosa de Copán mide 45.8 km y se inició como parte de un proyecto vial en torno a 2016–2017, con una inversión estimada de unos $48 millones.
En general esta vía, que vivió décadas en el olvido, hoy en día tiene varios tramos que son el sueño de cualquier conductor.
7
kilómetros
de esa nueva carretera quedarán bajo el agua si se construye la represa El Tablón frente al casco urbano de Quimistán. La carretera que se inundará tendrá que construirse por una nueva ruta.
Para comenzar, los 79 kilómetros entre Green Valley, Naco, Santa Bárbara hasta La Entrada a Copán ya concluidos.
En esta parte de la carretera hace un par de meses fue finalizado el tramo final pendiente localizado en Macuelizo, Santa Bárbara.
En total, el proyecto de 79 kilómetros tuvieron un costo de 1,181 millones de lempiras, divididos así: subtramo a un costo de L422.1 millones, el subtramo dos a L344.0 millones y el subtramo tres, valorado en L415.6 millones.
Fueron ejecutados por el actual gobierno de la presidenta Xiomara Castro.
Fallas geológicas en dos puntos de Copán
Para que toda la CA-4 quede renovada de principio a fin, y con un pavimento previsto para que dure más de 30 años, aún hay dos trayectos que requieren de grandes obras. Estos dos tramos hacen que la buena experiencia que ya viven los conductores se amargue.
El primero se localiza entre Cucuyagua hasta Santa Rosa de Copán y tiene una extensión aproximada de 27 kilómetros. Ahí la falla de El Metal es el mayor problema.
Carlos Chinchilla, director ejecutivo del Espacio Regional de Occidente (Eroc), instancia de diálogo y concertación entre sociedad civil y gobiernos locales en los departamentos de Lempira, Ocotepeque y Copán, señaló lo último que supo sobre esta falla.
"Sé que van a contratar una compañía, específica para tratar las fallas, en función de las experiencias que ha tenido en otros lugares, donde hacen intervenciones especializadas", cita.
Él señala, por esas experiencias en otros lugares, que los ingenieros recomiendan no ponerles concreto hidráulico porque las fallas no son previsibles. Al estabilizarlas, así como puede durar 10 años, puede durar dos días, por los movimientos de tierra, o si tuvieron o no, un drenaje adecuado.
En el caso de la falla El Metal, contó que hace 35 años hubo un geólogo chileno que anduvo por la zona y les dijo que a esa falla nunca la iban a controlar, porque es de enormes dimensiones. Que les salía más barato rediccionar la carretera. Y el tiempo le dio la razón, acotó.
"Nosotros como Espacio Regional del Occidente desde 2012 estamos en el tema de incidencia para que la carretera se reconstruya, ya que vivió décadas de abondono, pese a que por ella pasa todo el comercio internacional del país", agregó.
"Recordemos que hay cuatro puntos fronterizos, con el nuevo abierto en Mapulaca, y por aquí pasan todos los productos. También está el tema turístico. De todos los productos turísticos que se pueden ofrecer solo nos falta la playa, de ahí lo tenemos todo. Reparar y mantener óptimas estas carreteras es vital para la economía del país".
Hizo énfasis en rehabilitar las fallas localizadas en la carretera a Copán Ruinas y de Santa Rosa a La Entrada, que pese a tener apenas seis años de estar construidas, presentan serios problemas. Solo en este último trayecto se cuentan al menos seis fallas visibles, ya que están señalizadas.
Aquí además se localiza la peligrosa cuesta de Los Hornos, protagonistas de sangrientos accidentes vehiculares. Desde el Eroc han venido exigiendo que se construyan rampas de emergencia, en especial para las rastra que se quedan sin frenos bajando la pendiente.
"Siempre hubiera pérdidas materiales, pero no de vidas humanas, que es lo más valioso. Ahí tenemos el último accidente que dejó cuatro fallecidos y varios heridos", lamentó.
Sobre la CA-4
Carretera internacional
La CA-4 fue inaugurada alrededor de 1952 como parte de los esfuerzos de integración vial centroamericana, siendo el principal corredor logístico de occidente y facilitando la comunicación comercial, agrícola y turística entre Honduras, Guatemala y El Salvador.
Para finalizar, Chinchilla añadió que construir una carretera nueva a Ocotepeque, un departamento que junto a Lempira, han sido de los más postergados del país, lo vuelve a poner en el mapa, porque lastimosamente, para muchos Honduras terminaba en Santa Rosa de Copán. "Ocotepeque siempre fue marginado de este tipo de infraestructura, y hoy va a tener carreteras de primer nivel".
Aprovechó el momento para reclamar obras similares de Santa Rosa a Gracias, Lempira, y desde San Juan, Intibucá a La Esperanza, donde pese a que hace unos años se hizo una nueva carretera, que no fue más que lo que llamó "un maquillaje", esa carretera ya dio su vida útil y hoy en día, ambas, son una tortura y requieren de la construcción total.
Si esas vías se lograran, quedarán unidas a ciudades como La Esperanza, Siguatepeque, La Paz con potenciales enormes para el turismo interno, por la belleza escénica, la gastronomía, la amabilidad y carisma de su gente.
"Si eso se lograra, y que ya hay avances importantes, esa ruta lenca, conectada con la ruta maya, todo sería extraordinario".
Eso aumentará también el flujo de visitantes de Guatemala y El Salvador, naturalmente conectados por las aduanas por las que pasa el comercio centroamericano.
"Hoy sí puedo decir que veo coherencia y lógica en la planificación de la vialidad con las interconexiones que se están realizando".
Embudo y cuello de botella para llegar a San Pedro Sula
El padre Leopoldo Serrano conoce cada tramo de la carretera que conecta los pueblos del occidente hondureño. La ha recorrido incontables veces y, aunque reconoce avances visibles, también lanza críticas puntuales sobre las fallas estructurales y los vacíos que aún persisten.
Lo que más le preocupa es el tramo que va de Naco a San Pedro Sula. “Es un calvario para todos los que viajamos. Ojalá antes que se vaya este gobierno al menos lo inicien. Se supone que ya está aprobado”, insiste.
Señala que debido a que este es el tramo más transitado, salir de ese trayecto de apenas 24 kilómetros, puede llevar hasta dos horas en horas pico. Esto se duplica o triplica si llueve y hay derrumbes en las fallas de La Lempira.
Para este tramo, el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) aprobó en diciembre de 2024 un financiamiento de 160 millones de dólares para la ampliación de dos a cuatro carriles en un tramo de 24 km entre Chamalecón y Naco, con el objetivo de mejorar la conectividad, la seguridad y reducir la congestión.
Aunque ya van siete meses de 2025, aún se desconocen los avances y el estado del proyecto para este trayecto.
El equipo de LA PRENSA Premium envió una serie de consultas sobre los pendientes y avances en la pavimentación de varios tramos de la CA-4 al ministro de la SIT, Octavio Pineda, pero aún no se nos envían las respuestas.
El padre Serrano también se refirió a otras fallas en la CA-4. “En la parte de Santa Rosa a La Entrada hay muchas fallas. Esa fue la que dejó el gobierno anterior. Inmediatamente que la terminaron ya había problemas”, recuerda.
El sacerdote atribuye ese deterioro temprano a la presencia de las fallas geológicas, pero también destaca que “el material quizá no era bueno”. Algo similar observa en el tramo de La Entrada a Copán Ruinas.
Sin embargo, al hablar del trayecto de La Entrada hacia Naco, su tono cambia: “En algunas partes el material era malo. Yo publiqué un video donde ya se veían baches en Sula, y gracias a eso la compañía supervisora se comunicó conmigo y corrigieron, pero aún hay ‘pastillas’ dañadas”.
Aunque reconoce que los ingenieros han respondido a sus reclamos, señala que las reparaciones siguen pendientes.
Uno de los aspectos más críticos es la ausencia de calzadas: “No dejaron espacio para estacionarse. Si se pincha una llanta o hay un accidente, no hay dónde orillarse. Dejaron un desnivel que ni siquiera es de un metro. Ahí fallaron, tal vez no la compañía, sino desde el contrato con el gobierno”.
A pesar de esos señalamientos, el padre Serrano admite que se nota el esfuerzo en el tramo Naco–Sula: “Se ve bien adelantado, aunque todavía falta señalización y algunos detalles”.
Sobre el trayecto entre Santa Rosa y Ocotepeque, destaca que avanza a buen ritmo y que “parece ser un poquito más ancho que la de estos lados”, aunque también ahí se reportan fallas y derrumbes, especialmente cerca de El Portillo.
Finalmente, el sacerdote reconoce públicamente el impulso que ha dado el actual gobierno a este megaproyecto: “Felicitar a doña Xiomara. En poco tiempo se ha esforzado por este proyecto, algo que no hicieron gobiernos anteriores. Yo no es que la defienda, pero hay que decir lo que está a la vista. Esta sí es una carretera digna, casi toda”.
Y remata con una reflexión cargada de crítica histórica: “Juan Orlando solo hizo de Santa Rosa a Copán Ruinas... porque era un narcogobierno. Lo que les interesaba era que donde pasaba la droga estuviera bien pavimentado. Hasta un aeródromo hicieron en Río Amarillo. Eso ya se sabe”.
Para el padre Serrano, la diferencia hoy es que “por fin hubo un gobierno que se preocupara por Ocotepeque”.