La jueza de la Corte Federal del Distrito Norte de California ha fallado en el sentido de prorrogar al menos hasta el 18 de noviembre del presente año el Estatuto de Protección Temporal (TPS), otorgado por vez primera en enero de 1999 como respuesta humanitaria del gobierno estadounidense de entonces al impacto devastador provocado por el paso del huracán Mitch (octubre-noviembre 1998), particularmente en Honduras y Nicaragua; desde entonces, renovado cada 18 meses, otorgando a las y los beneficiados permiso provisional de residencia y trabajo a catrachos, nicas y nepalinos, así como a personas de otras nacionalidades que en su momento han sido afectadas por guerras, desastres naturales, epidemias.
La decisión judicial de suspender temporalmente la finalización del TPS beneficia a unos 55,000 compatriotas acogidos a tal programa, que les ha permitido residir y laborar sin temor a ser deportados. Se determinará si la cancelación de dicho programa cuenta o no con fundamento legal. Gracias a ello han podido enviar puntualmente a sus familiares en Honduras cantidades monetarias (remesas) que permiten la subsistencia de miles de personas viviendo en zonas urbanas y rurales, así como invertir un porcentaje en la adquisición o remodelación de viviendas, poder costear la educación y salud de sus hijos (s), además de representar la principal fuente de divisas para el país, superior al conjunto de exportaciones.
Empero, Honduras no puede depender indefinidamente de los sacrificios, esfuerzos, desvelos de nuestros migrantes, que por diversas razones han debido abandonar su patria, arriesgando su seguridad personal.
Gracias a sus iniciativas de gestión y cabildeo es que hoy disfrutan de una pausa corta, pero vital, para continuar residiendo merced a la hospitalidad de la Unión Americana, la que agradecen y retribuyen con trabajo y pago de impuestos, sin representar carga económica para el país anfitrión. Nuestra cancillería, por medio del vice ministro García reconoce que nuestro gobierno no ha acompañado a los tepesianos en obtener tal pausa migratoria.
No debemos olvidar que otros miles de compatriotas viviendo en los Estados Unidos no están acogidos al TPS y que en creciente número son deportados diariamente por las autoridades migratorias, separando familias sin tomar en cuenta si disfrutan del jus soli por haber nacido sus hijos (as) en suelo estadounidense.
El sector público, la empresa privada, las ONG’s deben a la brevedad coordinar esfuerzos para reintegrarlos al país que debieron abandonar, en virtual destierro, para ofrecerles la oportunidad de retomar sus existencias en ambiente solidario. Estos héroes y heroínas anónimas lo tienen más que merecido y hoy es la ocasión para que Honduras les demuestre con hechos la deuda contraída con ellos y ellas.