06/12/2025
08:32 AM

¡Justicia!

    No solo centenares de hogares recuperarán la tranquilidad y profesionales de la salud experimentarán el enorme alivio de disponer de un acuerdo permanente, sino que se hace justicia a quienes, en el día a día, expusieron sus vidas y la de los suyos en la atención a los enfermos de covid. En los hospitales, en los triajes y en otros centros de atención abiertos para atender la avalancha de contagiados estaban quienes, con gran dolor y amargura, pero siempre con esperanza atendían a los pacientes en “primera línea”.

    Ya no solo es el pago del sueldo mensual estipulado en el contrato, sino la estabilidad laboral en el área de salud mediante el nombramiento ordenado en decreto ejecutivo y respaldado por un segundo mandato en el que se demanda la aprobación del “reglamento para nombramiento de personal de contrato médico, sanitario, asistencial y de apoyo a los servicios médicos que se desempeñó en primera línea durante la emergencia sanitaria del covid-19”.

    Fue necesaria una nueva intervención del presidente del Poder Ejecutivo para que Finanzas echase cuentas y cumpliese no porque ahora puede, sino porque antes no quiso, aunque se puede adivinar cierta jugada política, pero eso a quienes merecen con toda justicia, reconocimiento y la gratitud pasa a segundo plano. El Poder Legislativo sigue en emergencia trabajando, como el primer día, desde casa y sobran dedos de las manos para contabilizar sesiones, incluida la aprobación de las reformas penales.

    El peligro de despido ha desaparecido con el anuncio de contratos para los primeros mil empleados de salud de diez regiones sanitarias que recibirán la plaza permanente. Conmovió y sacudió duro los anuncios de despidos que fueron tan reales, no chismes o murmuraciones, pues hasta la fecha del fin de la relación laboral fue conocida. Pero las protestas de los afectados y la existencia, olvidada, del mandato presidencial hicieron rectificar y hoy se comienza a hacer justicia para compensar no solo la labor eficaz, sino el grave riesgo, el aislamiento personal y la incertidumbre familiar con el regreso diario a casa. Rectificaron. Hicieron lo que tenían que hacer y ojalá que la decisión al más alto nivel no se convierta en instrumento en estos últimos días de campaña, pues “lo prometido es deuda”, señala la sabiduría popular. Habrá, sin duda, algún colado, aquellos que esperan con ansias el beneficio de las influencias, pero hay cumplir aquello de “están todos los que son”, aunque no sean todos los que están. La fuerza ha hecho justicia, y eso ya es mucho.