29/12/2025
12:01 AM

Un plan realista

    “No hay más calma que la engendrada por la razón”, es una de las frases del filósofo romano Séneca, una calma que nos hace falta cuando hemos llegado a los extremos de los empujones e insultos para imponer posiciones que solo privilegian los intereses políticos, de grupo e individuales en temas importantes que impactan a grandes sectores de la sociedad. Y de paso, nos olvidamos que lo que se hace con precipitación nunca resulta bien.

    Porque el sosiego no es necesariamente ni pachorra, ni apatía, sino tener la serenidad para reflexionar y tomar decisiones acertadas, como lo necesitan los diputados que han venido disparando decretos e iniciativas que deben tener más pensamiento crítico y menos político para que el resultado sea congruente con la realidad del país y promuevan el desarrollo que todos deseamos.

    Bien decía la Iglesia Católica, en su última declaración, que “es importante que en el Congreso Nacional se establezcan con claridad las prioridades que tiene el país y se legisle en torno a ellas con una mirada hacia el futuro, en lugar de centrarse en determinaciones de carácter más secundario y ancladas en el pasado”.

    Esas prioridades, que hemos venido recordando en esta columna, van a requerir escuchar con atención y mente abierta para trabajar con integridad e inteligencia, dejando a un lado egoísmos personales y saltándose esos intereses particulares que nos mantienen estancados. Además, hacerlo con legitimidad porque, como dicen los obispos, “para combatir las malas prácticas que históricamente nos han afectado, es importante potenciar y respetar el sistema republicano, con la consecuente independencia de los Poderes del Estado legítimamente constituidos”.“

    No basta la buena voluntad para responder a las esperanzas de la población.

    Éstas se hacen eficaces y operativas cuando se les da respuesta a través de un plan de gobierno, sólido y realista, dialogado y consensuado con todas las partes implicadas; un plan que sea garantía eficaz de un cambio incluyente y progresivo”, resaltaron en su escrito los obispos quienes, públicamente, han apoyado las campañas anticorrupción, igual que los dirigentes empresariales y gremiales.

    A tres meses de las elecciones generales y a un mes de la toma de posesión, es prudente recordar a funcionarios y legisladores que necesitamos de ese plan realista que mejore las condiciones de vida de los hondureños, con metas confiables que se pueden alcanzar si los políticos dejan los pleitos que no aportan nada al debate, solo provocan incertidumbre y dudas en una sociedad que espera no ser defraudada.