Muchos salvadoreños celebraron con normalidad, el pasado viernes, el tradicional Día de Halloween. Se dieron cuenta, a tiempo, que era falsa una publicación difundida por redes sociales en la que el presidente Nayib Bukele prohibía festejar tal tradición de origen norteamericano. “Queda rotundamente prohibido el Halloween en El Salvador.
Aquí no queremos saber nada de celebraciones que tengan que ver con lo pagano. Que los estadounidenses se queden con sus festividades”, parecía decir el presidente del vecino país en un video que circuló en Instagram y Facebook en días previos a la celebración del llamado Día de Brujas. Expertos en detección de bulos electrónicos notaron que la voz del presidente Bukele no estaba sincronizada con los movimientos de su cara, por lo que decidieron hacer un análisis más profundo, el cual detectó que se trataba de un “deepfake”; o sea, un video manipulado mediante inteligencia artificial.
Bien usado este instrumento de la informática conocido por las siglas IA puede ayudarnos a resolver muchos problemas de la vida cotidiana en campos como la salud, el mercadeo, la música, la literatura, la publicidad y mucho más.
Entre tantas aplicaciones, la IA puede traducir palabras escritas o habladas de un idioma a otro; es decir, le permite a usted sostener una conversación en inglés, aunque no sepa ni una palabra de ese idioma.
Pero resulta que algunas personas que han aprendido a manejar, medianamente, el complejo mundo de los procesos digitales utilizan estos con fines aviesos o simplemente para confundir a los usuarios de las redes sociales, convirtiendo así la IA en inteligencia artificiosa.
Son muchos los cibernautas que creen, ingenuamente, en todo lo que se publica en las distintas plataformas captadas a través de sus celulares, porque desconocen todo lo que se puede hacer con la IA.
Sin ser expertos a veces es fácil detectar cuando se está suplantando, en un video viralizado o en audios, la voz de una persona influyente o de un político.
La vez pasada escuché y vi en las redes sociales a un conocido empresario sampedrano hablando de “las lempiras”. Inmediatamente deduje que su voz había sido suplantada por la de algún extranjero que no sabe que el cacique Lempira fue un indio macho y por lo tanto el nombre de nuestra moneda no puede ser femenino.
En el caso de los audios, en poder del Ministerio Público, que se atribuyen a la consejera electoral Cosette López y al diputado Tomás Zambrano, es imperativo someterlos a un análisis exhaustivo y riguroso, lejos de las manos de los políticos, para ayudar a fortalecer el proceso electoral con inteligencia auténtica.
