¿Por qué hay gente alérgica a la disciplina? Por ejemplo, un amigo mío me decía que para él la disciplina no es más que una prisión, y su mejor evidencia es su hermana, que “se obsesiona con ser disciplinada” y esto, dice, la convierte en un “bicho raro”. Aunque reconoce que va muy bien en los estudios, a diferencia de él que siempre logra pasar, pero con Las Calificaciones mínimas indispensables. ¿La diferencia entre ambos? Ella usa la disciplina como aliada, y él la ve como una cárcel. Yo por mi parte, creo que la disciplina libera nuestro propio potencial. Es el puente que convierte nuestras metas en acción y resultados, un arte de modelar el carácter a través de la constancia, el autocontrol y el compromiso con nuestros propósitos.
Tomemos, por ejemplo, el caso de Serena Williams. Desde niña entrenaba bajo el sol abrasador de Compton, California, con una rutina estricta diseñada por su padre. Él sabía que solo si desarrollaba una buena disciplina, ésta la llevaría a convertirse en una excelente tenista. Y fue esa disciplina la que la llevó a ser una de las mejores en el mundo del tenis de todos los tiempos. Ganó 23 títulos de Grand Slam. Cuando los comentaristas le atribuían un gran talento, ella sabía que el levantarse temprano, entrenar cuando nadie la veía, y seguir adelante incluso con cansancio, esa disciplina fue la que dio como resultado ese talento. Y siguió siempre practicando la disciplina en todos los aspectos de su vida.
¿Quiere ideas para desarrollar disciplina? Bueno, en primer lugar, la disciplina necesita dirección. Pregúntese: ¿qué quiero lograr? En segundo lugar, establezca hábitos pequeños, prepare su ropa la noche anterior, lea todos los días dos páginas. En tercer lugar, registre sus logros: “hoy cumplí mi rutina de lectura, me siento orgulloso”.
Conclusión: haga de la disciplina su estilo de vida, no una obligación, vaya aplicándola a cosas cada vez más importantes. Cuando lo haga, todo cambia, sus hábitos, sus resultados, su autoestima. Se trata de ser fiel a sus mejores sueños.
LO NEGATIVO: Ser alérgico a la disciplina, conformarnos con acciones realmente mediocres.
LO POSITIVO: La disciplina, como hábito, es el motor silencioso que nos conduce al éxito.