¡Cuidado con lo que haces y dices!

Por ejemplo, el versículo 2 dice que el orgulloso terminará en la vergüenza, y que el humilde llegará a ser sabio. Y el versículo 5 dilucida que cuando somos honrados.

“¡Cuidado con lo que haces! ¡Cuidado con lo que dices!” es el título del capítulo 11 del libro de Proverbios en la versión Traducción Lenguaje Actual (TLA). Al leerlo, el lector apreciará que hay dos maneras de hacer y de decir las cosas: 1) aquella en alineación con los caminos de Dios (justa); y 2) aquella que prefiere el mal y la crueldad (malvada). El capítulo pone énfasis en las consecuencias que resultarán de vivir de una manera justa o de una manera malvada.

Por ejemplo, el versículo 2 dice que el orgulloso terminará en la vergüenza, y que el humilde llegará a ser sabio. Y el versículo 5 dilucida que cuando somos honrados, todo en la vida será más fácil; pero a los malvados su propia maldad los destruye. ¿Por qué? Porque están sometidos por el mal (v. 6). Por eso, al morir, muere con ellos su esperanza y sus deseos de grandeza, pero los que prefieren los caminos de Dios estarán siempre resguardados (vv. 7 y 8).

La teóloga M. La Rose menciona algo interesante al comentar sobre este pasaje. Ella escribe: “Otras porciones de las Escrituras como Job y Eclesiastés matizan la imagen para reconocer que a menudo los justos sufren enormemente mientras los malvados parecen prosperar. Pero Proverbios acentúa que perseguir el mal es una visión a corto plazo y autodestructiva”.

La pregunta para nosotros es si preferiremos día con día la manera justa de hacer y de decir las cosas. La esperanza y el deseo del corazón es que así lo hagamos, ya que, tal como lo esclarece la Escritura, el beneficio que obtendremos será eterno: “El premio del bueno es la vida, y el del malvado es la muerte... Una cosa es segura: Los malvados no quedarán sin castigo, pero la gente buena se salvará” (vv. 19 y 21, TLA).

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