¡Comunicar o morir!

El capitán Eugene McDaniel fue prisionero de guerra por seis años en el norte de Vietnam, es el autor del libro “Cicatrices y rayas”, y en esta obra él describe la gran necesidad.

“Tendemos a juzgar lo que no entendemos”: Carolyn Santos, directora internacional de entrenamientos de los lenguajes de vida.

El capitán Eugene McDaniel fue prisionero de guerra por seis años en el norte de Vietnam, es el autor del libro “Cicatrices y rayas”, y en esta obra él describe la gran necesidad en cada prisionero, de aprender a comunicarse para mantener la moral. La comunicación es el proceso de transmitir información de una persona a otra, para crear entendimiento y así poder avanzar; esta palabra comunicación viene del latín communicare, que significa compartir o experimentar una unión común. Muchas veces la comunicación hoy en día se escucha como un insulto; pero todo mundo anhela tener paz y tranquilidad, y esa solo se puede lograr cuando existe la comunicación efectiva; y cuando todo mundo entiende a los demás, es como si tener un traductor a su idioma original en tiempo real, explicando lo que se ha dicho con lujos de detalles y claridad. Tras muchas horas de investigación en la comunicación se pudo observar que hay tres categorías como distintas inteligencias, cada uno con descripciones fuertes y saludables, como denominador siempre hay tres tipos de personas: los que actúan primero, los que sienten primero y los que piensan primero. Todas las personas al comunicarse actúan, piensan y sienten. Pero el primer grupo son los que tienen cinética y acción, el segundo grupo son más emocionales, usan la inteligencia emotiva y sentimental, este es un concepto influyente y respondedor y la última categoría es cognitiva pensante, es de entender los diferentes tipos de personalidades para poder lograr una verdadera comunicación. La Biblia expresa que la comunicación es un medio de revelación de Dios y que es importante para fortalecer las relaciones humanas; es la oración que no solo desarrolla la capacidad de hablar sino de escuchar. “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. Romanos 10:17 RVR60.

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