Acompañe a sus clientes

No necesita escribir grandes discursos: bastan palabras sinceras, cercanas y un interés real.

  • 27 de octubre de 2025 a las 23:00 -

A veces, el problema no es vender, es lo que pasa después. Muchos negocios cierran la venta y también la comunicación. No hay seguimiento, no hay mensaje, no hay interés. El cliente se va con el producto, pero también con la sensación de que ya no importa. Y en un mercado donde todos compiten por atención, el silencio es el error más caro. En San Pedro, muchos microempresarios confunden vender con atender. Atienden bien mientras hay dinero en la mesa, pero una vez que se cierra la venta el cliente desaparece del radar. Sin embargo, la relación con el cliente no termina cuando paga; ahí apenas comienza. La atención posventa no es una cortesía, es una estrategia de retención. Un cliente que siente que usted lo escucha, que se interesa en cómo le fue con lo que compró, no solo vuelve: lo recomienda. En cambio, aquel que se siente ignorado, aunque esté satisfecho con el producto, buscará otra opción en el futuro. Algunos creen que insistir después de la venta es molestar. Pero no se trata de insistir, sino de acompañar. Preguntar cómo le fue, ofrecerle mantenimiento, recordarle cuándo renovar o simplemente agradecerle su compra son gestos simples que lo diferencian de quienes solo buscan vender rápido. Esa atención, si se hace con naturalidad, convierte la compra en una relación. Y una relación sólida vale más que cualquier anuncio pagado. Otros dirán que no hay tiempo para eso, que el día a día no deja espacio para escribir o llamar a cada cliente. Pero la tecnología ya permite hacerlo sin perder horas. Puede automatizar recordatorios, enviar mensajes personalizados o crear listas segmentadas en WhatsApp Business. No necesita escribir grandes discursos: bastan palabras sinceras, cercanas y un interés real. Esos detalles crean confianza, y la confianza genera ventas recurrentes. Un cliente que se siente olvidado no solo no regresa, también habla. Y su silencio, o peor aún, su crítica, puede alejar a otros. En cambio, quien se siente bien tratado se convierte en su mejor publicidad. Si usted no cuida el vínculo, alguien más lo hará. Y cuando eso pase no perderá una venta: perderá una relación.

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