Que la ley no tenga precio. Que el derecho no tenga dueño. El Evangelio nos llama a ser sal y luz (Mt 5,13-16), no para huir del mundo, sino para transformarlo desde dentro.
Solo en 1954 tuvimos los hondureños acceso a dos discursos tan claros: uno el de la libertad, la defensa de la democracia liberal, el sistema capitalista occidental.
Seguramente, usted se está preguntando “¿por qué es relevante revisitar esta querella hoy?”. Es fundamental porque la educación, en la actualidad, se encuentra en una encrucijada.