Pero el agua salada no sacia la sed, solo la aumenta. ¿Acaso no sentimos esa sed que no se apaga, mientras el país se desangra por la corrupción y la violencia?
“Lo que no está cimentado en Dios, tarde o temprano se derrumba”. Koriun se derrumbó porque estaba construido sobre la arena de la ambición, la ingenuidad y la corrupción.
Su fe sencilla, su devoción diaria y su profundo amor por la Iglesia la hacían admiradora entrañable del Santo Padre, a quien seguía fielmente por televisión.
El nombre que ha escogido, León XIV, es en sí un manifiesto. Evoca al papa León XIII, autor de la encíclica “Rerum Novarum”, encíclica fundacional de la doctrina social de la Iglesia.