Hoy, 3 de septiembre, se conmemoran 80 años del triunfo de la República Popular de China sobre el fascismo japonés, victoria que puso fin a la Segunda Guerra Mundial en el Lejano Oriente. Japón había conquistado parte de China, otras naciones del Este de Asia y muchas islas, y ejercía sobre esas poblaciones condiciones inhumanas y trabajos forzados a los prisioneros de guerra y la población civil.
La invasión japonesa a la República Popular de China se inició en 1937. El pueblo chino opuso una tenaz resistencia frente a la agresión fascista, convirtiéndose en un importante aliado durante la Segunda Guerra Mundial. Esta lucha dejó un saldo de unos 20 millones de muertos en la defensa de China.
Tras la capitulación de Japón, los patriotas chinos liberaron el país y convirtieron a la nación en uno de los cuatro pilares del Consejo de Seguridad de la ONU y en una potencia mundial.
Al llegar a esta efeméride de los 80 años de la derrota del militarismo y el fascismo japoneses, China quiere trabajar con “todos los países amantes de la paz” para fortalecer una “visión correcta de la historia” y defender tanto los logros de la Segunda Guerra Mundial como el orden internacional de posguerra.
En el desfile militar han participado el presidente Xi Jinping y varios invitados, pero la presencia de Occidente es limitada debido a las tensiones que enfrentan ambos bloques, aunque China ha insistido en que “los actos no están dirigidos “contra ningún país”, sino que buscan “recordar la historia, honrar a los caídos, atesorar la paz y abrir el futuro”.
El embajador de la República Popular de China, el excelentísimo D. Yu Bo, durante la celebración de la efemérides en Tegucigalpa, expresó: “La Segunda Guerra Mundial fue una gran contienda donde la justicia derrotó al mal, la luz venció a la oscuridad y el progreso triunfó sobre la reacción. La resistencia del pueblo chino abrió el frente principal de batalla en Oriente y constituyó una parte fundamental de la guerra antifascista mundial, aportando una contribución decisiva para la victoria final. El Gobierno de China conmemora con solemnidad el 80 aniversario de la victoria en la Guerra de Resistencia del Pueblo Chino contra la agresión japonesa y en la Segunda Guerra Mundial, con el propósito de mantener viva la memoria histórica, honrar a los héroes caídos, valorar la paz y abrir caminos hacia un futuro mejor”.
Al mismo tiempo destacó que a pesar de los años y de los fuegos apagados de aquellos años, actualmente resurgen conflictos geopolíticos que ponen en peligro la paz y el desarrollo mundial e hizo énfasis en que es perentorio buscar las formas de evitar la repetición de las tragedias del pasado, de tal manera que la libertad, la justicia y la paz sean resguardadas.
Durante la guerra, China recibió apoyo de varios países involucrados en el conflicto, pero igualmente China fue un factor preponderante en la lucha antifascista y en la derrota de los militaristas mediante una colaboración activa con las fuerzas occidentales y con la Unión Soviética.
Honduras fue también un actor en la Segunda Gran Guerra, pues declaró la guerra en 1941 a las potencias fascistas y colaboró en la localización de naves enemigas en el Atlántico.
Honduras y la República Popular de China comparten los ideales de la lucha por la paz, la libertad y la justicia y se han unido en la tarea de establecer un mundo multipolar que combata las hegemonías causantes de discordias y guerras.
La República Popular China ha expresado su intención de hacer de las relaciones con Honduras un instrumento de colaboración bilateral que permita el trabajo conjunto en la defensa del sistema internacional representado por la ONU, que igualmente cumple 80 años de fundado. Honduras, por su parte, tiene grandes expectativas con las relaciones diplomáticas de ambos países.
Este es, por tanto, un día transcendental en el calendario histórico mundial que nos debe llevar a la meditación y a proponernos a que el mundo siempre camine por el sendero del entendimiento, el diálogo, la amistad entre los pueblos; la cooperación mutuamente ventajosa y el respeto a la autodeterminación y la soberanía de los pueblos y las naciones.
Reciba el pueblo chino y sus autoridades una ferviente felicitación por esta insigne celebración.
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