Estado de Washington, Estados Unidos
En el estado de Washington, el noroeste de los Estados Unidos y fronterizo con Canadá, los inviernos pueden ser muy crudos.
Eso lo sabe de sobra un conductor de autobús escolar llamado John Lunceford, a quien le partió el corazón cuando encontró a uno de sus pequeños pasajeros llorando debido al frío en la parada mientras esperaba la llegada del transporte.
“Nadie quiere ver sufrir a un niño así”, dijo el conductor, quien relató que el niño tenía las manos y las orejas completamente rojas. Sin poder contenerse, Lunceford le entregó al niño sus propios guantes, que el pequeño le devolvió al bajarse en la escuela.
Pero el asunto no acabó allí. Inspirado por el caso del pequeño, el conductor se dirigió a una tienda en donde obtuvo una decena de gorros y otros tantos pares de guantes para regresar luego a la escuela, donde buscó al pequeño que había ayudado para reglarle las prendas abrigadoras que le faltaban.
Después, dirigiéndose a los otros alumnos que se hallaban presentes, Lunceford les dijo que si alguien subía al autobús sin gorro o guantes, debía hablar con él. “Yo me ocuparé de ustedes”, dijo.
Una niña respondió al ofrecimiento pidiéndole un gorro, que el conductor le entregó con un “Yo cuidaré de ti, pequeña”, según consta en la historia publicada por el diario Tri-city Herald.
