Ciudad de México.
Las cartas están echadas para Joaquín “El Chapo” Guzmán. Así lo confirmó ayer la fiscal general de México, Arely Gómez, quien aseguró que el capo será extraditado a EUA porque el presidente Enrique Peña Nieto así lo acordó con ese país antes de que se fugara por segunda vez de una cárcel de máxima seguridad.
Gómez, explicó que desde “abril del año pasado se toma la decisión que se procede a la extradición cumpliendo con todo el proceso jurídico”, que describió como complejo.
Ello da lugar a que en julio se tuviera la primera orden de detención con fines de extradición y en septiembre la segunda, lo que permite que el 10 de enero, dos días después de la recaptura del narcotraficante en su estado natal de Sinaloa, “se le puedan estar ejecutando las órdenes”.
Las cartas están echadas para Joaquín “El Chapo” Guzmán. Así lo confirmó ayer la fiscal general de México, Arely Gómez, quien aseguró que el capo será extraditado a EUA porque el presidente Enrique Peña Nieto así lo acordó con ese país antes de que se fugara por segunda vez de una cárcel de máxima seguridad.
Gómez, explicó que desde “abril del año pasado se toma la decisión que se procede a la extradición cumpliendo con todo el proceso jurídico”, que describió como complejo.
Ello da lugar a que en julio se tuviera la primera orden de detención con fines de extradición y en septiembre la segunda, lo que permite que el 10 de enero, dos días después de la recaptura del narcotraficante en su estado natal de Sinaloa, “se le puedan estar ejecutando las órdenes”.
No hay temor
Sobre las motivaciones para enviarlo a EUA, dijo que obedece al cumplimiento del tratado de extradición suscrito con ese país y negó que la decisión se deba al temor de México de que se pueda escapar otra vez, debido a que se tomó antes de la fuga.
“Por el contrario, debe interpretarse como un mensaje de cooperación internacional en el combate al crimen”, señaló Gómez, quien añadió que “el Gobierno estadounidense está muy molesto con esa persona, con el daño que ha hecho a la juventud y a su propio país”.
La fiscal también descartó una posible tercera fuga del legendario narco.
Y es que el preso 3870 de la cárcel de máxima seguridad de El Altiplano es posiblemente el hombre más vigilado en el mundo. Las cámaras de seguridad lo siguen las veinticuatro horas del día y continuamente le cambian de celda. Los perros “huele-Chapo” que lo custodian prueban su comida y sus guardias son controlados por otros agentes que a su vez responden a las órdenes del servicio de inteligencia que dirige la operación.
Sin embargo, “El Chapo” conoce al dedillo la cárcel de El Altiplano y sabe corromper al enemigo. La partida ha vuelto a empezar.
