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Filigrana, el arte de la paciencia que dio magnetismo a un pueblo colombiano

  • 30 septiembre 2018 /

Sobrevive en un pueblo colombiano, una de las más bellas tradiciones artesanales del país: la filigrana.

Santa Fe de Antioquia, Colombia.

Finos hilos de oro y plata cuentan historias en Santa Fe de Antioquia, un pueblo colombiano que trabaja por preservar y fortalecer una tradición joyera basada en la filigrana y en la experticia de sus artesanos.

En esta población, a ochenta kilómetros de Medellín y con una marcada actividad minera, sobrevive una de las más bellas tradiciones artesanales del país: la filigrana, técnica de origen árabe que a partir de la conquista española se enquistó al ser transmitida de generación a generación.

'Este arte, que llegó con la colonización, fue guardado en ese tiempo como un secreto que era compartido entre los miembros de una misma familia', contó a Efe el maestro orfebre José Hildebrando Rivera, que lleva 25 años en el oficio en la Joyería Colonial.

Un primo le enseñó a fabricar finos hilos en metales preciosos para moldear con sus pinzas delicadas piezas de joyería, en una Santa Fe de Antioquia que hizo propia la filigrana a darle identidad a partir de la bola tejida, una creación de alta dificultad envuelta en ocho nudos que se repiten en secuencia.

Rivera relató que un artesano conocido como 'El Maestrico' por su baja estatura realizó la primera bola para cumplir la solicitud de un amigo, quien le pidió unos aretes replicando un tejido que llevaba su caballo en las riendas.

Foto: La Prensa

'Este es el arte de la paciencia. En esto uno no nunca termina de aprender y de crear', apostilló el orfebre mientras sostiene un delicado collar, en el exhibe una técnica depurada, también visible en anillos, prendedores y aretes que seducen desde su vitrinas a los turistas.

Para Ana Lucía Roldán, quien trabaja en la Asociación de Filigrana enseñando a aprendices en un taller donde en oro y plata toma forma de flores y animales, se trata de 'un nudo encantado -una mezcla entre el vaquero y el scout- que si usted pasa una semana sin practicarlo, lo olvida' por su complejidad.

Pero además de la fascinación por la bola tejida, en Santa Fe de Antioquia lucha por mantenerse vivo el tejido de espuma, otra de la forma compleja de producir obras de arte en filigrana.

En ella, tejen aproximadamente un centímetro por hora y en cada puntada, tirada con máxima precisión, el artesano debe hacer la misma presión.

'Hay gente que no cree que fue hecho a mano, sino por una máquina. Este tejido se estaba perdiendo. Nadie lo quería hacer porque demanda mucho tiempo y es costoso', dijo a Efe Roldán, quien junto a un compañero aprendió esta técnica de una artesana que roza los 90 años.

La directora del Museo Juan del Corral, Marta Lucía Villafañe, manifestó que en esta población de 26.000 habitantes, referenciada como una de las ciudades del oro de Colombia, existe un tejido social y cultural 'realmente interesante' por la presencia de 'actores muy variados', entre los que se cuentan los joyeros de filigrana.

Indicó que en ese camino para fortalecer la filigrana santafereña se 'encendió una chispa' con la realización en julio del simposio latinoamericano 'En Construcción III', impulsado por la marca suiza Chopard, a través de su representante en Colombia, la Joyería intercontinental, pues permitió en encuentro de expertos en joyería contemporánea con el trabajo ancestral.

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Para iniciar una labor de preservación, este municipio de calles empedradas, casas coloniales y riqueza histórica inició un proceso de diseño de un producto turístico, que permita a sus visitantes conocer este arte orfebre.

'Queremos impulsar una ruta del oro y desarrollar el proyecto de una escuela de artes y oficio, en el que la joyería tendría un lugar para formar artesanos, preservar la tradición y mejorar las técnicas', contó a Efe la secretaria de Desarrollo Económico, Turismo y Medio Ambiente de Santa Fe de Antioquia, Dayana Giraldo.

Los turistas podrán conocer la extracción minera artesanal, con los barequeros que sacan oro del río Cauca, hasta llegar a talleres de artesanos donde se transforman en tejidos de filigrana, esos capaces de contar la historia y tradición de un pueblo patrimonial. Texto y foto de EFE.