Decenas de miles de personas se manifestaron este domingo en el centro de Madrid para protestar contra el Gobierno español del socialista Pedro Sánchez y la amnistía a los independentistas catalanes, que se aprobará el jueves.
En una nueva gran manifestación convocada por el conservador Partido Popular (PP) contra la amnistía, los manifestantes ocupaban desde la Puerta de Alcalá hasta la Gran Vía, pasando por la plaza de Cibeles.
Según la delegación del Gobierno (prefectura), 20.000 personas asistieron al acto, pero según los organizadores, eran cuatro veces más.
“¡Le pido que retire esta amnistía!”, dijo, dirigiéndose a Sánchez, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en un acto a dos semanas de las elecciones europeas del 9 de junio, mientras los asistentes coreaban “¡Pedro, dimisión!”.
“España no se vende, España no se reparte, España es un Estado de derecho ante el que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley, ante la justicia”, añadió, en presencia de dos antiguos jefes de Gobierno conservadores, José María Aznar y Mariano Rajoy.
Feijóo califica de "vergüenza" que ministros califiquen a Pedro Sánchez de "amo": "No es el amo de nada. España no tiene amo"
— EL ESPAÑOL (@elespanolcom) May 26, 2024
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“Los españoles hemos de tener la garantía de que la ley tiene consecuencias, la garantía de que los delitos tienen consecuencias jurídicas, y que el gobierno no las puede parar”, añadió Feijóo, que le pidió a Sánchez que “convoque elecciones”.
El Ejecutivo de Sánchez no logró aprobar la semana pasada dos leyes en el Congreso de los Diputados, la Cámara Baja del Parlamento, al no contar con el apoyo de los aliados que le permiten gobernar, entre los que están la extrema izquierda, los nacionalistas e independentistas catalanes y vascos, y un partido regionalista de las islas Canarias.
- Alta tensión política -
Las relaciones entre el Gobierno y la oposición conservadora y de extrema derecha estaban muy deterioradas por la amnistía y se tensaron mucho más por la investigación judicial a la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, por corrupción y tráfico de influencias.
Ante lo que consideraba un trato injusto y agresivo, Sánchez tomó, a finales de abril, la decisión inédita de retirarse cinco días de la vida pública a considerar su dimisión, un periodo que concluyó con el anuncio de que seguiría en su cargo.
En cuanto a la amnistía, fue una exigencia de los partidos independentistas catalanes para prestar el apoyo de sus catorce diputados a la investidura de Sánchez, lo que le permitió gobernar de nuevo pese a quedar segundo detrás del PP en las elecciones de julio de 2023.
La amnistía es “un horror”, explicó a la AFP María, una manifestante madrileña de 78 años que no quiso dar su apellido, aclarando que no está “conforme en nada con Pedro Sánchez”.
Ángel Santana, un vasco que vino a la capital para unirse a la protesta, expresó su temor a que la amnistía se acabe extendiendo a los presos de la organización armada vasca ETA, que mató a más de 850 personas durante más de cuatro décadas hasta que abandonó la lucha armada en 2011.
“Los etarras van a acabar acogiéndose a ella”, explicó a la AFP, portando una gran bandera española. “La amnistía debería ser para todos los españoles o para nadie, pero eso es imposible, crearía el caos”.
El Congreso de los Diputados aprobará definitivamente el jueves la ley que beneficiará a unos 400 independentistas relacionados con la tentativa de secesión de Cataluña de 2017.
La “Proposición de Ley Orgánica de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña”, podría beneficiar en primer lugar a Carles Puigdemont, el expresidente regional catalán que se refugió en Bélgica en 2017 eludiendo a la justicia española y que ahora podría volver a España.