Un reportaje publicado por el diario mexicano El Universal, deja en evidencia el alto número de hondureños que transitaron por México durante 2013, en comparación con 2012, según las estadísticas manejadas por el consulado de Honduras en ese país.
El paso de los migrantes originarios de Honduras sin documentos por México estaría conformado básicamente por jóvenes que huyen de la violencia en el país centroamericano.
El temor a bandas delictivas como la Mara Salvatrucha y Mara 18, sería el principal motivo que llevó a unos 200 mil jóvenes hondureños a cruzar sin documentos por México con rumbo a Estados Unidos en 2013.
Al calificar estas cifras como alarmantes, el cónsul general de Honduras en Tapachula, Marco Tulio Bueso Guerra, reconoció que preocupa a su gobierno el incremento en la salida de migrantes de su país.
En 2012, México deportó a cerca de 30 mil ciudadanos hondureños, pero se calcula que al menos 100 mil pasaron por el territorio en su intento por llegar a Estados Unidos.
Pero en el 2013, la cifra de hondureños que pasaron por territorio mexicano, podría haberse duplicado y llegar a cerca de 200 mil personas, advirtió el diplomático.
También influyen en este fenómeno, las consecuencias de desastres naturales que causaron graves daños a la infraestructura y a la economía de las localidades de origen, sin olvidar situaciones políticas que dividieron a la sociedad.
Aun así, el cónsul es optimista, pues según él, los cambios políticos en su país han traído certidumbre a la ciudadanía, que ha iniciado un proceso de reintegración y reconciliación.
Por lo pronto, la agenda migratoria ya es considerada como prioridad por la clase política, 'en la cual se ha resaltado la importancia y el valor de ese tema porque reconocemos que estamos ocupando los primeros lugares en el flujo migratorio centroamericano' .
De la mano de este fenómeno, se han incrementado también los casos de violación a los derechos humanos de sus connacionales, y por lo tanto el volumen del trabajo de asistencia consular.
Por ello, consideró que es urgente poner en marcha estrategias conjuntas entre México y Centroamérica para fortalecer la protección de los derechos de los migrantes y consolidar leyes que reduzcan los índices delictivos en contra de esos grupos.