Las autoridades mexicanas iniciaron ayer el traslado de los cuerpos de los migrantes salvadoreños Óscar Martínez y su hija Valeria, ahogados el pasado domingo en el río Bravo tras un vano intento de cruzar a EEUU.
Los cadáveres salieron de la funeraria ubicada en el municipio de Matamoros, en el nororiental estado de Tamaulipas, rumbo a la ciudad de Monterrey, en el estado de Nuevo León, donde se procederá a su repatriación.
El auto fue escoltado por una patrulla de la Policía Federal durante el trayecto de tres horas y media que separa a ambas ciudades.
En los últimos días, la trágica muerte de padre e hija ha acaparado la atención de medios de comunicación de todo el mundo a partir de una fotografía que refleja la desesperación de los migrantes centroamericanos que buscan asilo en EEUU.
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de abril, día cuando Tania Ávalos, óscar Martínez y la pequeña Valeria partieron de San Salvador, sin visas pero con el deseo de llegar a EEUU.
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Por su parte, la migrante hondureña Xiomara Mena dijo que, después de lo sucedido en el río, prefiere optar por seguir esperando. “Es muy peligroso, es un riesgo para nuestros hijos”, aseguró sobre el río, el cual le da “mucho miedo” después de que se llevase por delante a los salvadoreños.
Carlos Alberto, hermano mayor de Óscar que vive en EEUU y esperaba apoyarlos al llegar, lamentó el desenlace. “No te vayas a arriesgar a pasar el río con una niña, le dije, es muy peligroso, ese río es muy criminal... No me hizo caso... Que descanse en paz mi hermano y mi sobrina”, dijo.
La instantánea de padre e hija ha llegado incluso al Senado de EEUU, donde el demócrata Chuck Schumer hizo uso de ella el miércoles para cargar contra la política migratoria del presidente Donald Trump.