La Organización de Estados Americanos, OEA, debe arreglar sus problemas de liderazgo y financieros para mantenerse vigente, y sus países miembros no deben dar por garantizada la reelección del secretario general, José Miguel Insulza.
Esas son dos de las recomendaciones de un informe elaborado por la oficina del senador republicano Richard Lugar al que tuvo acceso ayer EFE, y en el que se lanzan duras críticas contra el organismo regional y contra Insulza, en particular tras la crisis en Honduras.
Consultado al respecto, un portavoz de la OEA dijo que “por el momento no está prevista ninguna reacción de parte del organismo”.
Pero el análisis, con fecha del martes, surgió en momentos en los que el Consejo Permanente de la OEA debía debatir en sesión ordinaria la fecha para la elección del secretario general y del secretario general adjunto. El Consejo, a última hora, eliminó ese punto de agenda.
Los únicos candidatos para ambos cargos son sus titulares actuales, José Miguel Insulza y Albert Ramdin, respectivamente.
El informe recomienda, de todas maneras, que el proceso de elección sea “deliberado” y, por tanto, afirma que los países miembro no deben dar por sentada la reelección de Insulza, cuyo mandato termina en mayo próximo.
“Por el bien de la organización, es clave que los países miembro aprecien la importancia de este puesto de liderazgo y las cualidades que un aspirante debe tener. Dado los retos descritos en este informe, no se debe apresurar o dar por sentada una reelección”, enfatiza el análisis.
Principales puntos
El informe titulado “Multilateralismo en las Américas: Comencemos por arreglar la OEA” señala que el organismo regional tiene dos retos principales: hacer frente a amenazas a la democracia en sus etapas iniciales, y un déficit financiero agravado por “una proliferación de mandatos” que ronda los 1,700.
En el frente político, el informe asegura que la crisis en Honduras tras el golpe de Estado que derrocó al presidente Manuel Zelaya el 28 de junio pasado “destaca las limitaciones de la capacidad de la OEA para prevenir y responder tanto a los golpes de Estado como a la erosión gradual de las instituciones democráticas por parte de líderes electos”.
La OEA, continúa el documento, ha demostrado una “pasividad relativa” en cuanto a la erosión gradual de la democracia, como ha sido el caso en la persecución de los medios de comunicación en Venezuela o el reciente fraude electoral en Nicaragua.
El informe recomienda que, en aras del multilateralismo en la región, Estados Unidos realice consultas de “alto nivel” con los Gobiernos sobre cómo mejorar la función de la OEA.
Sin “un esfuerzo consciente para formular una política sistemática”, la OEA podría seguir teniendo un papel secundario para los responsables de las políticas, advierte el informe.
El fracaso de la OEA a la hora de lograr un acuerdo entre las partes en pugna en la crisis de Honduras permitió la intervención de otros actores internacionales, continúa el informe.
Promesas incumplidas
El documento critica el liderazgo de Insulza al señalar que éste asumió el cargo en mayo de 2005 con promesas de convertir a la OEA en “una institución más eficaz” y de fortalecer su relevancia política.
Insulza no ha cumplido, afirma el análisis, que fue presentado al Comité de relaciones exteriores del Senado.
En el frente presupuestario, según proyecciones para 2011, el déficit de la OEA totalizará 9,6 millones de dólares debido en parte a que en los últimos dos años el organismo ha echado mano de un fondo de reservas sin que los países miembros aumenten sus cuotas.
Estados Unidos, recuerda la oficina de Lugar, es el principal donante de la OEA.
En vez de establecer prioridades entre los diversos programas, la OEA ha aprobado un presupuesto para 2010 que “efectivamente erosiona sus reservas, lo que conlleva a un déficit financiero insostenible”, se queja el informe.
La mayoría de los miembros ha dicho que no podrá incrementar sus contribuciones en un 12 por ciento, que se requieren para hacer frente a ese déficit. Por ello, los recortes presupuestarios “parecen inevitables, al menos a corto plazo”.