El fuego mató ayer por la madrugada a 38 personas en el incendio ocurrido en un hospital psiquiátrico de la región de Moscú, tragedia que volvió a poner en entredicho las medidas de seguridad en Rusia.
Más de una hora tardaron los bomberos en llegar al lugar del siniestro, mientras casi todos los pacientes, sin capacidad de reacción por la fuerte medicación que recibían, se quemaban en sus camas, revelaron ayer las autoridades.
Tras rescatar todos los cuerpos del lugar de la tragedia, los investigadores constataron que al menos 29 de los 38 cadáveres quedaron carbonizados, mientras que el resto fueron hallados con signos de muerte por inhalación de humo, según las agencias rusas. La dirección del psiquiátrico precisó que en el incendio, según han precisado, han perecido 36 pacientes y dos trabajadores sanitarios. Solo dos pacientes y una enfermera lograron salir con vida.
“Todos las víctimas fueron halladas en sus camas, incluso las dos enfermeras. No había nadie en los pasillos”, afirmó Yuri Deshévij, alto cargo del Ministerio para Situaciones de Emergencia.
Relato
Según la enfermera superviviente, “el incendio se inició a la 1:30 am (hora local), tras lo cual ella misma intentó apagar el fuego con un extintor. Cuando entendió que era imposible, abandonó el edificio en llamas junto a un paciente, mientras que otro logró salir por sus propios medios”, explicó Deshévij.
El funcionario indicó que el fuego se propagó con inusitada rapidez, otra circunstancia que explicaría el alto número de víctimas mortales. Un portavoz de la Policía explicó que, “seguramente, las víctimas perdieron el conocimiento al inhalar el humo, tras lo cual fallecieron por quemaduras o intoxicación”.
“Teníamos pacientes muy difíciles, enfermos psiquiátricos crónicos con frecuentes ataques, a menudo agravados por problemas de alcoholismo y drogodependencia”, dijo el médico jefe del centro, Murat Shárov. Otro médico de la región de Moscú que conocía el hospital aseguró a la agencia Interfax que los pacientes recibían una medicación muy fuerte debido a la gravedad de sus desórdenes mentales, por lo que no pudieron reaccionar ante el fuego.
“Las habitaciones en las que fueron encontrados los pacientes no tenían puertas, por lo que los enfermos habrían podido abandonar el edificio por su propio pie”, lamentó a su vez la portavoz del Comité de Instrucción (CI), Irina Guménnaya, que aseguró que se investigará por qué no se despertaron las víctimas.
Además, “la enfermera superviviente ha declarado que sonaron las alarmas, aunque no pudo precisar si funcionaron las señales luminosas por la gran cantidad de humo”, dijo la funcionaria. Efe