El Gobierno Federal de Estados Unidos intentará por segunda vez condenar a la hondureña Doris Alemán-Bonilla, acusada de un delito grave relacionado con la inmigración después de que la detuvieran por exceso de velocidad en el condado de Oswego, Nueva York.
En julio, un jurado no logró llegar a un consenso y la jueza Elizabeth Coombe declaró nulo el primer caso de reingreso ilegal que fue a juicio en el Distrito Norte de Nueva York durante el segundo mandato del presidente Donald Trump.
La semana pasada, los fiscales federales anunciaron su intención de volver a juzgar a la inmigrante hondureña Doris Alemán-Bonilla por un delito grave de reingreso ilegal, tras la falta de veredicto del jurado. Un segundo juicio duplicaría la enorme cantidad de recursos públicos que ya se han desperdiciado al intentar deportar a alguien que no representa una amenaza para nosotros ni para usted.
Alemán-Bonilla fue el primer acusado de reingreso ilegal en ser juzgado en un tribunal federal en el Distrito Norte de Nueva York desde que el presidente Donald Trump asumió el cargo por segunda vez.
Tras cuatro días de deliberación, más de un jurado se negó a condenar a Alemán-Bonilla, a pesar de la clara evidencia de que se encuentra en el país sin permiso legal. El caso dependía de si estaba aquí "voluntariamente". Al parecer, algunos jurados no quedaron convencidos.
Alemán-Bonilla, de 30 años y madre de dos hijos, dijo que huyó de Honduras para escapar de las amenazas de muerte contra su familia. Logró llegar a Estados Unidos, pero regresó para cuidar de sus hijos. Volvió a huir a México, donde, según contó, fue secuestrada, violada y obligada a cruzar la frontera con drogas. Finalmente, huyó y se rehízo en Fulton.
La jueza Elizabeth Coombe dictaminó que la ley no permitía que el jurado de 12 miembros escuchara ninguno de esos hechos. El caso federal se centraba simplemente en si Alemán-Bonilla es ciudadano hondureño, había sido deportado una vez y se encuentra en el país sin estatus legal.