Ciudad de Guatemala, Guatemala.
Los Pueblos Indígenas de Guatemala han sufrido y sufren 'discriminación, explotación e injusticia por su origen y cultura', un problema de la sociedad guatemalteca que mientras no se solucione no podrán desarrollarse las potencialidades 'económicas, políticas, sociales y culturales'.
Esta es una de las principales conclusiones de un informe presentado hoy en Ciudad de Guatemala para revisar el cumplimiento del Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas (AIDPI), firmado por el Gobierno y la guerrilla en México el 31 de marzo de 1995 y donde se reconocía que los derechos de los Pueblos Indígenas (Maya, Xinka y Garífuna) son fundamentales y de trascendencia histórica.
La 'discriminación de hecho, explotación e injusticia por su origen y cultura' siguen 'afectando profundamente el pleno ejercicio de sus derechos y participación política' y mientras no se resuelva esta tesitura los pueblos originarios no podrán ocupar el lugar que les corresponde 'por su historia milenaria y la grandeza espiritual de sus pueblos'.
El análisis señala que sólo se ha cumplido, en promedio, un 34,73 % de los compromisos contraídos en el ADPI y agrega que los derechos civiles, políticos, sociales y económicos son los que menos se han cumplido.
El documento, titulado 'Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas: Avances y desafíos a 20 años de la firma de los Acuerdos de Paz' y de unas 60 hojas, está elaborado por el Programa Maya (PM) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En él se denuncian que los avances en esta materia 'son pocos en comparación con la cantidad de compromisos y acciones previstas; sin embargo, 'son positivos y deben entenderse como parte de un proceso, puesto que de la implementación de varios de sus compromisos han derivado otros de gran importancia'.
En medidas contra la discriminación se avanzó un 54 %, en derechos culturales 29 % y socioeconómicos 20 %.
Ante esta situación, recomiendan incentivar a las organizaciones sociales que han puesto atención al Acuerdo Sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, y a los pueblos originarios les exhorta a 'renovar su disposición de implementar acciones en cumplimiento' de ese acuerdo, con base en nuevas estrategias, donde 'la articulación conceptual y programática jueguen un rol esencial'.
También pide a la comunidad internacional renovar 'su compromiso de apoyo a esos documentos' y asegura que el Sistema de Naciones Unidas debería restablecer un proceso de 'acercamiento e incidencia' en el Congreso para renovar los compromisos que corresponden a este organismo, especialmente en relación a las iniciativas de ley.
El objetivo del documento es ser un 'instrumento válido y útil para el diálogo y el debate', en aras de renovar 'un verdadero compromiso' en la perspectiva de construir un Estado plural con enfoque de derechos humanos, individuales y colectivos, porque los acuerdos siguen siendo 'una deuda histórica al reconocimiento pleno y expreso de la identidad de los Pueblos Maya, Xinka y Garífuna'.
Así lo explicó la coordinadora residente en Guatemala de las Naciones Unidas, Rebeca Arias, quien abogó por desarrollar más programas de salud y educación con pertinencia cultural y equidad de género.
También la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú dijo que es importante velar por la sostenibilidad y por un aumento del presupuesto nacional para seguir en esta 'lucha', y momento seguido colocó unas flores y unas velas en modo de ofrenda y petición.
Los Pueblos Indígenas de Guatemala han sufrido y sufren 'discriminación, explotación e injusticia por su origen y cultura', un problema de la sociedad guatemalteca que mientras no se solucione no podrán desarrollarse las potencialidades 'económicas, políticas, sociales y culturales'.
Esta es una de las principales conclusiones de un informe presentado hoy en Ciudad de Guatemala para revisar el cumplimiento del Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas (AIDPI), firmado por el Gobierno y la guerrilla en México el 31 de marzo de 1995 y donde se reconocía que los derechos de los Pueblos Indígenas (Maya, Xinka y Garífuna) son fundamentales y de trascendencia histórica.
La 'discriminación de hecho, explotación e injusticia por su origen y cultura' siguen 'afectando profundamente el pleno ejercicio de sus derechos y participación política' y mientras no se resuelva esta tesitura los pueblos originarios no podrán ocupar el lugar que les corresponde 'por su historia milenaria y la grandeza espiritual de sus pueblos'.
El análisis señala que sólo se ha cumplido, en promedio, un 34,73 % de los compromisos contraídos en el ADPI y agrega que los derechos civiles, políticos, sociales y económicos son los que menos se han cumplido.
El documento, titulado 'Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas: Avances y desafíos a 20 años de la firma de los Acuerdos de Paz' y de unas 60 hojas, está elaborado por el Programa Maya (PM) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En él se denuncian que los avances en esta materia 'son pocos en comparación con la cantidad de compromisos y acciones previstas; sin embargo, 'son positivos y deben entenderse como parte de un proceso, puesto que de la implementación de varios de sus compromisos han derivado otros de gran importancia'.
En medidas contra la discriminación se avanzó un 54 %, en derechos culturales 29 % y socioeconómicos 20 %.
Ante esta situación, recomiendan incentivar a las organizaciones sociales que han puesto atención al Acuerdo Sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas, y a los pueblos originarios les exhorta a 'renovar su disposición de implementar acciones en cumplimiento' de ese acuerdo, con base en nuevas estrategias, donde 'la articulación conceptual y programática jueguen un rol esencial'.
También pide a la comunidad internacional renovar 'su compromiso de apoyo a esos documentos' y asegura que el Sistema de Naciones Unidas debería restablecer un proceso de 'acercamiento e incidencia' en el Congreso para renovar los compromisos que corresponden a este organismo, especialmente en relación a las iniciativas de ley.
El objetivo del documento es ser un 'instrumento válido y útil para el diálogo y el debate', en aras de renovar 'un verdadero compromiso' en la perspectiva de construir un Estado plural con enfoque de derechos humanos, individuales y colectivos, porque los acuerdos siguen siendo 'una deuda histórica al reconocimiento pleno y expreso de la identidad de los Pueblos Maya, Xinka y Garífuna'.
Así lo explicó la coordinadora residente en Guatemala de las Naciones Unidas, Rebeca Arias, quien abogó por desarrollar más programas de salud y educación con pertinencia cultural y equidad de género.
También la premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú dijo que es importante velar por la sostenibilidad y por un aumento del presupuesto nacional para seguir en esta 'lucha', y momento seguido colocó unas flores y unas velas en modo de ofrenda y petición.