Busca revolucionar el transporte, colonizar el espacio y desarrollar interfaces cerebrales computarizadas.
Pero junto con la gran ambición de Elon Musk viene un comportamiento descarado con poca tolerancia a las críticas.
El fundador y CEO de Tesla y otras compañías enfrenta una demanda por parte de la comisión reguladora del mercado bursátil estadounidense (SEC), que considera que un tuit de Musk sobre quitar la firma de la bolsa fue engañoso para los inversores.
Los cargos llegan en momentos en que Musk enfrenta un escrutinio público por su comportamiento volátil, que incluyó fumar aparentemente marihuana durante una entrevista y calificar de “pedófilo” a un espeleólogo británico que ayudó en el rescate de los niños atrapados en una cueva en Tailandia.
El espeleólogo Vernon Unsworth presentó el lunes pasado una demanda por difamación contra el emprendedor en Los Ángeles.
Musk ha construido la admirada fábrica de autos eléctricos Tesla, que tiene ambiciones globales; la firma de exploración espacial SpaceX; la start-up de interfaces cerebro-computadora implantables Neuralink; así como Boring Company, para construir túneles que podrían transformar el transporte de masas.
Este mes, SpaceX anunció que enviará al multimillonario japonés Ysaku Maezawa a orbitar la Luna en 2023.
Pero el comportamiento excéntrico de este empresario ha alimentado preocupaciones en los últimos meses sobre su capacidad para manejar su vasto imperio.
“Por momentos, Musk parece estar trabajando contra sí mismo”, escribió el analista Gene Munster, de Loup Ventures, en un informe este mes.
Musk ha calificado de “aburridos” a analistas en las teleconferencias trimestrales y criticado a los medios por estar pendientes de sus actos.
¿Como Trump?
Aún así, el empresario de 47 años y nacido en Sudáfrica es reconocido como uno de los innovadores más influyentes en Estados Unidos, con una fortuna de más de 20,000 millones de dólares.
Su conducta ha llevado a hacer comparaciones con la del presidente Donald Trump, otra prominente figura que se ha lanzado a las redes sociales sin filtros y cuya estabilidad mental ha sido cuestionada. Y como Trump, Musk ha vilipendiado a la prensa y ha sido meticuloso en sus apariciones en los medios, dando pocas entrevistas a periódicos como The Wall Street Journal, y favoreciendo a la revista Rolling Stone.
Musk ha sugerido que la cobertura escéptica que los medios hacen sobre Tesla obedece a la dependencia que tienen de los anuncios de la industria petrolera y automotriz convencional. Incluso ha propuesto crear un sitio web para “calificar el nivel de verdad de cualquier artículo” que se llamaría Pravda (verdad en ruso y nombre del periódico oficial de la Unión Soviética entre 1918 y 1991).
Pese a su reputación, Musk, quien ha frecuentado la gala anual del Museo Metropolitano junto con otras pomposas apariciones, vio crecer su fortuna con Tesla tras emprendimientos anteriores.
Tras dejar Sudáfrica, el emprendedor, que ostenta nacionalidad estadounidense y canadiense, completó su formación académica en Ontario y la Universidad de Pensilvania.
A los 25 años, había creado Zip2, una plataforma publicitaria en línea, y a los 30 ya era millonario tras vender la compañía a Compaq Computer en 1999.
Luego creó el banco online X.com, que luego se fusionó con PayPal antes de ser comprado por eBay por 1.500 millones de dólares en 2002.
También maneja una fundación enfocada en la educación, energías renovables y salud infantil.
Musk también ha tenido una vida personal tormentosa, con tres divorcios -dos veces de la misma mujer-. Tiene cinco hijos.