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Los cuatro hombres que buscan la silla presidencial salvadoreña

  • 02 febrero 2019 /

Conozca los candidatos que se disputarán mañana la Presidencia de la República

San Salvador, El Salvador.

Miles de salvadoreños celebrararán mañana 03 de febrero y en caso de que ninguno de los partidos políticos o coaliciones obtenga el requisito de la mitad más de uno de los votos válidos emitidos se celebrará la segunda vuelta el domingo 10 de marzo entre los dos partidos políticos o coaliciones que hayan obtenido mayor cantidad de votos.

Nayib Bukele

Conocido como “el golondrino”, por el emblema de su partido, Nayib Bukele, el carismático exalcalde de San Salvador, logró consolidarse como favorito para las elecciones presidenciales de mañana, con un discurso irreverente ante la desgastada política tradicional. Bukele, quien gusta lucir jeans, calcetines de colores vivos y muchas veces una gorra con visera hacia atrás, se presenta bajo la bandera celeste de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana, conservadora). Con frases cortas que reclama a la derecha “devuelvan lo robado”, o que “el dinero alcanza cuando nadie roba”, el candidato de Gana tiene empatía con los jóvenes, a quienes mantiene conectados vía redes sociales, y sus propuestas las ha presentado por Facebook Live. Como alcalde de San Salvador se identificó con los millenials, al grado de proyectarles en la plaza El Salvador del Mundo una película de la serie animé Dragon Ball, participar en competencias de paintball o de juegos mecánicos extremos. Nació el 24 de julio de 1981, hijo del ahora fallecido empresario Armando Bukele, un doctor en Química industrial y representante de la comunidad salvadoreña de origen árabe-palestino.

Carlos Calleja

Desmarcándose de los escándalos de corrupción que salpicaron a dos expresidentes de su partido, Calleja, un joven empresario de supermercados, es la carta de la derecha para recuperar el poder perdido hace una década.
Amante del sol, la playa y el surf, Calleja se muestra convencido en recuperar la presidencia de la república que su partido, la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), perdió en 2009 frente al partido de la exguerrilla izquierdista, actualmente en el poder. Calleja, quien sin aspavientos habla de cualquier tema, asegura que donará para beneficencia el sueldo que ganaría como mandatario (5,181 dólares mensuales). De carácter afable, el candidato nació el 11 de febrero de 1976, tiene 42 años y es hijo del empresario Francisco Calleja y Maureen Hakker. Los primeros tres años de su infancia los vivió en San Salvador, pero luego su familia se marchó a Nueva York, luego de que su padre aseguró ser amenazado de muerte por sectores vinculados a la naciente guerrilla a principios de la década de 1980.
Las encuestas lo ubican en el segundo lugar.

Hugo Martínez

El excanciller, tercero en los sondeos, busca imponerse al desencanto que azota a la izquierda y redimir sus errores en un tercer Gobierno consecutivo.
Martínez es el candidato del gobernante FMLN en uno de los momentos más difíciles para la formación y tras una debacle electoral en los comicios de marzo de 2018.
Los factores que propiciaron esta caída, según diversos sectores, son los mismos que arrastran a Martínez al tercer puesto de las preferencias electorales: el desgaste de dos Gobiernos consecutivos del FMLN, el aparente incumplimiento de las promesas de cambio y la corrupción atribuida al expresidente Mauricio Funes (2009-2014). Martínez, nacido en el municipio de Concepción de Oriente en 1968 y ligado al movimiento renovador del FMLN, pretende dar la sorpresa con un programa de gobierno que busca redimir los errores del partido y regresar a sus raíces.

Josué Alvarado

Es el candidato del partido más joven de su país. Empresario y emigrante que, tras pasar años en Estados Unidos, volvió a El Salvador, fracasó en su intento de ser diputado de la Asamblea Legislativa, en 2015, y ahora quiere ser presidente, aunque las encuestas no le favorecen. Alvarado nació el 19 de diciembre de 1956 en el cantón El Piche, del municipio El Carmen, en el departamento de La Unión. Su padre fue agricultor y pastor de una congregación cristiana evangélica, y su madre se dedicó a la crianza de sus hijos. En octubre de 1985, huyó, con su esposa y, en ese momento, dos hijos, hacia EUA, para salvarse tras ser alertado de que, por una confusión, unos militares tenían la orden de matarlo. Se afincó en Maryland, adonde se ganó la vida vendiendo alimentos a domicilio, especialmente lácteos. En esa ciudad fundó Río Grande Foods.