Florida, Estados Unidos
Una enorme escultura inspirada en uno de los besos más famosos es la pieza más visible de una exposición que se inauguró en Cayo Hueso para celebrar la relación de la Marina de Estados Unidos con esa isla en el sur de Florida.
“Embracing Peace”, de 7.6 metros de alto y más de 6,800 kilos de peso), está inspirada en la fotografía en la que se ve a un marinero y una enfermera besándose en Nueva York tras conocer el fin de la II Guerra Mundial (1945).
El autor de la fotografía fue Alfred Eisenstaedt y el de la escultura, hecha en bronce y luego pintada, es Seward Johnson (86), quien sirvió en la Marina durante la Guerra de Corea y se encuentra en Cayo Hueso para la exposición.
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Seward Johnson (86), quien sirvió en la Marina durante la Guerra de Corea, es el autor de la escultura.
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La enorme escultura, realizada en 2005, fue colocada esta semana frente al Museo de Arte e Historia de Cayo Hueso, que tiene sede en el antiguo edificio de las aduanas.
Allí estará abierta hasta diciembre de 2017 la exposición “La Marina en Cayo Hueso”, que cuenta la historia de una relación que se remonta a los años 20 del siglo XIX y abarca las amenazas de los piratas, la Guerra de Secesión, las dos guerras mundiales, la Crisis de los Misiles y otros capítulos de la historia.
Esta exposición, que reúne fotografías, artefactos navales, uniformes, cartas marinas y otras muchas piezas, coincide con el centenario de la Estación Naval Aérea de la Marina en Cayo Hueso.
| Seward Johnson (86), quien sirvió en la Marina durante la Guerra de Corea, es el autor de la escultura.
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La historia tras una foto
Durante la Segunda Guerra Mundial, Alfred Eisenstaedt fotografió historias que reflejaban el impacto de la guerra en el pueblo americano. Una de ellas, de 1944, fue una serie de imágenes mostrando a soldados americanos dando emocionadas despedidas a esposas y novias en la Estación Pennsylvania de Nueva York.
Para hacer estas imágenes, usó una Rolleiflex de 2 ¼ pulgadas, la cual mantenía al nivel del pecho. Eisensteadt era de pequeña estatura y se confundía bien entre la gente. Él permaneció muy quieto y así era difícil ser visto por las parejas que se abrazaban. “Simplemente estuve sin moverme, como una estatua”, comentó en su libro ‘Eisenstaedt sobre Eisenstaedt’. “Ellos nunca me vieron hacer las fotos”. Su más famosa imagen en tiempos de la guerra fue tomada el 15 de Agosto de 1945, cuando fotografió a un marinero americano besando espontáneamente a una enfermera en Times Square. La imagen capturó el ambiente de celebración de la nación.
En el año siguiente, Eisenstaedt cubrió las consecuencias de la guerra. A principios de 1946, pasó cuatro meses en Japón y tomó fotografías de las ciudades devastadas de Hiroshima y Nagasaki. Esas fotografías incluían un conmovedor retrato de una madre y su hijo en frente de una ciudad desolada por la bomba nuclear.
| Alfred Eisenstaedt fotografió historias que reflejaban el impacto de la guerra en el pueblo americano.
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Después de la guerra, Eisensteadt continuó con su ocupada agenda de trabajos para Life. Fotos de Albert Einstein, John F. Kennedy, Ernest Hemingway y Winston Churchill intercaladas con numerosos viajes de trabajo enfocados en fotografiar a la gente normal en sus vidas diarias.
Su combinación de determinación, conciencia, anticipación y un ojo natural para producir fuertes imágenes en casi todos los trabajos eran su sello personal. Eisensteadt definía su papel como uno en el cual tenía que “encontrar y captar el momento que cuenta una historia”, aunque inevitablemente sus fotografías de famosas artistas captaban mayormente la atención, incluyendo fotografías de Marilyn Monroe y Sofía Loren.