Brasilia.
El presidente brasileño, Michel Temer, ganó tiempo ayer en el juicio que podría terminar con su presidencia por ilegalidades en la campaña 2014, luego de que la corte electoral diera más plazo a la defensa y citara a nuevos testigos.
Sin fecha definida para su reinicio, este proceso con potencial para arrastrar al país a otro ciclo de inestabilidad política empezó según lo esperado: plagado de obstáculos y recursos para dilatarlo.
Temer responde por una denuncia de abusos económicos y políticos perpetrados por la fórmula en la que acompañó como vicepresidente a la mandataria de izquierda Dilma Rousseff (2011-2016), destituida el año pasado por maquillaje de las cuentas públicas.
El presidente brasileño, Michel Temer, ganó tiempo ayer en el juicio que podría terminar con su presidencia por ilegalidades en la campaña 2014, luego de que la corte electoral diera más plazo a la defensa y citara a nuevos testigos.
Sin fecha definida para su reinicio, este proceso con potencial para arrastrar al país a otro ciclo de inestabilidad política empezó según lo esperado: plagado de obstáculos y recursos para dilatarlo.
Temer responde por una denuncia de abusos económicos y políticos perpetrados por la fórmula en la que acompañó como vicepresidente a la mandataria de izquierda Dilma Rousseff (2011-2016), destituida el año pasado por maquillaje de las cuentas públicas.