La sede neoyorquina de Sotheby’s mantiene actualmente bajo subasta una selección piezas precolombinas mayas originarias de Mesoamérica, cada una cotizada en varios miles de dólares, dentro de su evento titulado Art of Africa, Oceania and the Americas (Arte de África, Oceanía y las Américas).
La subasta, que Sotheby’s lleva a cabo en Nueva York y la cual concluye el 28 de octubre, incluye piezas de la civilización maya con estimaciones que van desde los $6,000 hasta cifras más elevadas, en un rango amplio que refleja tanto la diversidad de materiales como el grado de rareza y conservación.
Entre estas valiosas piezas está una antigua herramienta de jade (similar a un cincel), un colgante de jade de un ave acuática, un pectoral de jade con cabeza de deidad, vasijas de cerámica negra, un "espejo de pizarra", un plato pintado y otros objetos menores que formaron parte de sitios arqueológicos de la región mesoamericana.
Una de las piezas sobresalientes es una herramienta de jade, denominada en inglés Maya Incised Jade Celt (Lote 19), fechada en el período Preclásico y Clásico Temprano (aproximadamente 100 d.C.-400 d.C.). Su estimación es de $12,000-$18,000, con puja de inicio en $10,000.
Según la informaión que Sotheby’s ofrece a los interesados, esta pieza procede de una colección privada americana adquirida por descendencia y más tarde de la colección Assen y Christine Nicolov.
La pieza, tallada en jade, muestra una figura de un personaje maya rodeado de jeroglíficos que aluden a su estatus. Aunque la casa de subastas no indica explícitamente el país del hallazgo, el contexto maya indica que proviene probablemente de la región del Motagua (Guatemala).
La segunda pieza es el colgante de jade maya de un ave acuática, denominada en inglés Maya Jade Pendant of a Waterbird (Lote 20), del periodo Clásico Temprano, Clásico (250-650 d.C.), estimado entre $20,000-$30,000, con puja inicial de $18.000. Su procedencia es también la colección de Assen y Christine Nicolov; antes de 1982 perteneció a Alphonse Jax de Nueva York.
Este colgante de jade representa un ave de cuello largo que captura un pez, entrelazándose con iconografía de una tortuga y una cabeza de deidad. La interpretación lo vincula con el inframundo acuático maya. Su origen geográfico es establecido por Sotheby’s en el ámbito de la cultura maya de Mesoamérica.
Otra de las piezas es un pectoral de jade maya con cabeza de deidad, denominado en inglés Maya Jade Pectoral with Central Deity Head, fechado en el período Clásico Tardío (550-950 d.C.). Su estimación es de $25.000-$45.000.
El objeto lo adquirió originalmente David Bramhall en Nueva York, luego pasó a la colección Wally y Brenda Zollman, y finalmente a la colección Nicolov.
Este pectoral de jade muestra una cabeza de deidad en su centro, lo que sugiere un uso ritual o de autoridad, posiblemente como insignia de un linaje maya. La pieza podría tener un origen en México, Guatemala o Belice.
Una vasija tallada de cerámica negra maya, denominada en inglés Maya Blackware Carved Vessel (Lote 24), es un recipiente de cerámica negra esculpida, del periodo Clásico Tardío (550-950 d.C), estimada en $6,000-$8,000. Procede de la colección Nicolov.
El vaso está decorado con bandas moldeadas que muestran un monstruo reptiliano asociado a la lluvia, la tierra y la fertilidad, iconografía que remite a tradiciones mesoamericanas antiguas.
Otra pieza destacada es la denominada en inglés Maya Slate Mirror-Back (Lote 23), correspondiente al periodo Clásico Temprano (250-450 d.C), estimado en $10,000-$15,000, con puja iniciada en $7,500.
De acuerdo con la descripción de la casa de subastas, Emile y Lin Deletaille la adquirieron en Bruselas, luego ingresó a una colección privada de California, y posteriormente subastada en Nueva York en 1997 como lote 180; finalmente pasó a la colección Nicolov. Esta pieza lleva grabada una escena mitológica compleja con un ave posada sobre un árbol, lo que lo conecta con creencias de la élite maya.
En subasta también está un plato pintado maya de un escriba, denominado en inglés Maya Painted Plate of a Scribe (Lote 21), del período Clásico Tardío (550-950 a.C), estimado entre $50,000 y $70,000, con puja de inicio $48,000.
Proveniente de Fine Arts of Ancient Lands (Nueva York), luego a una colección privada en Texas, y finalmente a la colección Nicolov, este plato de 37.2 centímetros de diámetro representa un escriba maya sobre un códice.
Para los países donde se desarrolló la civilización maya, estas piezas posee un valor cultura y patrimonial que no tiene una equivalencia monetaria, pero el mercado las marca con un precio no solo por la estética, sino por la rareza, la antigüedad y la procedencia.
Sin embargo, la comercialización de arqueología maya no está exenta de controversia, debido a que las piezas salen al mercado global desde colecciones privadas (como en los casos anteriores), lo cual plantea interrogantes sobre su trazabilidad, legalidad de exportación y contexto.
Pero el arqueólogo e historiador Eliseo Fajardo dice que “en este caso, son piezas legales que llegaron al extranjero cuando el país permitía la salida de piezas por diferentes circunstancias y que tuvieron como destino colecciones privadas”.
“Estas casas de subastastas que tienen un prestigio siguen protocolos. Varios meses antes de realizar la subasta de las piezas, le informan a los gobiernos de los países relacionados, también a las entidades relacionadas con patrimonio de la humanidad de Naciones Unidas”, dice Fajardo.
