TEGUCIGALPA.
El gerente de la División Metropolitana del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (
Sanaa),
Carlos Hernández, explicó que ante la prolongación de la canícula y reducción del invierno, es probable que las represas no se llenen este año. “Si llueven de 200 a 300 milímetros, necesitaríamos cinco veces más esa cantidad, unas 36 horas continuas de lluvia o que ocurran dos tormentas grandes cada semana en lo que queda del año”, estimó mientras reconocía que las posibilidades son remotas.
Para llenar las represas Los Laureles y La Concepción se necesita de la madre naturaleza, solo así la desesperanza de los capitalinos se extinguiría.
Sin embargo, mientras el nublado panorama no pronostique lluvias o focalice ideas para afrontar un posible e inminente desabastecimiento, los embalses siguen casi vacíos y las amenazas de extensos racionamientos son cada día más tangibles.
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Julio Quiñónez, subcomisionado de la Comisión Permanente de Contingencias, dijo que con la lluvia reportada durante la tarde noche del jueves se acumuló un nivel de precipitación de 42 milímetros
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Sin embargo, la necesidad difiere de la realidad, por ejemplo, según Carlos López, miembro del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos), las lluvias que ocurrieron el fin de semana, específicamente en el Distrito Central, dejaron entre 50 milímetros de lluvia en la cuenca de Lepaterique.
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días lleva lloviendo en la capital con interrupciones, pero aún así no se llenan las represas
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Las mayores precipitaciones ocurren en las zonas montañosas y partes altas, mientras que en el casco urbano son con menor intensidad.
A criterio del especialista, debería llover entre unos 300 a 400 mm, de esta manera –hipotéticamente hablando–, si tal evento se repitiera durante una quincena completa, las represas podrían alcanzar sus niveles.
