La ubicación geográfica de Honduras convierte al país en el de menor actividad sísmica en Centroamérica. Sin embargo, esto no ha evitado que estos fenómenos naturales provoquen fallas geológicas, daños materiales y temor en la población.
En los primeros meses de 2025 se reportó un aumento en comparación con 2024, informó Mario Martínez, jefe de la Unidad de Sismología del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos).
Algunos de los sismos generaron alarma entre los ciudadanos al percibir el movimiento de la tierra, mientras que otros no fueron perceptibles. Según Cenaos, entre enero y mayo de este año se registraron 123 movimientos telúricos, frente a los 111 ocurridos en 2024, lo que representa un incremento interanual de 12.
Febrero fue el mes con mayor actividad en 2025, con 39 sismos, mientras que mayo registró el menor número, con siete. En contraste, en 2024 el mes con más sismos fue marzo (21), y enero el más bajo con tres.
La zona más afectada por el movimiento tectónico continúa siendo el sur del país, cerca de Amapala, debido a una falla geológica ubicada en el océano Pacífico. “Los sismos son fenómenos impredecibles, cuya presencia solo se detecta cuando la tierra comienza a temblar. Por ello, es fundamental saber cómo actuar y resguardarse ante este tipo de situaciones”, indicó Martínez.
Sismos recientes en Honduras
El martes 12 de agosto se registró un temblor de magnitud 3.1 en la escala de Richter en Francisco Morazán, perceptible en Tegucigalpa, San Sebastián y Villa de San Antonio, en Comayagua.
Otro sismo, de magnitud 3.0 y un kilómetro de profundidad, ocurrió el domingo 10 de agosto en Islas de la Bahía. El epicentro se localizó 73 kilómetros al norte de La Ceiba y 37 al norte de Utila.
De acuerdo con Cenaos, un temblor menor a 4 grados suele pasar inadvertido para la mayoría de la población, salvo en el epicentro. En cambio, cuando supera esa magnitud puede ser potencialmente peligroso.
Zonas con mayor actividad sísmica en Honduras
Según las autoridades, Honduras tiene una ubicación geográfica que la hace menos propensa a sismos de gran magnitud. Sin embargo, el sur es la región más vulnerable, ya que en el Golfo de Fonseca se encuentran los límites de dos placas tectónicas que generan movimientos en las costas de Honduras, Nicaragua y El Salvador, explicó el geólogo Aníbal Godoy.
“El área donde más tiembla cerca de Honduras es la de las placas del Coco. Solo en esta semana se registraron siete sismos y, según Cenaos, ninguno ocasionó daños en el país. Cuando alguno alcanza magnitud 3, los habitantes de Amapala, Valle, pueden sentirlo, aunque sin causar perjuicios”, indicó Godoy.
Otra zona vulnerable es la norte, cerca de Islas de la Bahía, donde la unión de placas tectónicas provoca temblores recurrentes. “Por eso hay muchos sismos en Roatán, siempre al norte de Islas de la Bahía”, agregó el especialista.
Godoy explicó que esta falla se extiende desde Omoa, atraviesa Guatemala y se conecta con el Cinturón de Fuego del Pacífico, considerado una de las áreas con mayor actividad sísmica y volcánica del mundo. Agregó que, debido a las condiciones del océano Atlántico, no existe un alto riesgo de sismos fuertes o tsunamis que afecten el territorio hondureño.
La falla geológica más grande
Aunque Honduras es un país pequeño en extensión, presenta varias fallas geológicas que recorren gran parte de su territorio. Actualmente, hay grietas activas que concentran la mayoría de los sismos, entre ellas la falla de Guayape, considerada la más grande de Centroamérica.
Esta falla se extiende desde la frontera con Nicaragua, en El Paraíso, hasta la costa caribeña, donde desemboca el río Sico.
Martínez explicó que otra de las fallas más extensas es la de Apacilagua, que recorre desde Tasbarraya, en Gracias a Dios, hasta las playas de El Carretal en Choluteca.
Sin embargo, esta falla se encuentra inactiva desde hace miles de años y no representa peligro, señaló Godoy. A nivel nacional se contabilizan unas 30 fallas, según Cenaos, aunque muchas permanecen inactivas y no provocan sismos.