El director del Instituto Hondureño de la Niñez y la Familia, Felipe Morales, expresó que es obligación del Estado buscar una solución para el éxodo de menores que salen ilegalmente a Estados Unidos en busca del “sueño americano”, con el fin de evitar que sufran abusos.
“Con enorme preocupación hemos sido testigos del alarmante incremento en el número de niños retornados de Estados Unidos, México y Guatemala, en cifras tales que nos llevan a comprender que estamos frente a una situación que denota un grave problema subyacente en el tejido social”, expresó Morales.
Esta situación “nos obliga, como Estado y como sociedad, a estudiar en primer lugar los orígenes del problema y a buscar soluciones, que dada la importancia de la situación, al ser niños los expuestos, resulta en extremada urgencia”.
Aumento
Unos 4,000 menores emprendieron en 2013 su aventura a Estados Unidos y a mayo de 2014 se contabilizan ya 3,500 deportados, lo que evidencia que la migración de infantes ha crecido descomunalmente.
“De allí en adelante resulta consecuente la contratación de ‘coyotes’ para que en la difícil y tortuosa ruta que siguen los lleven hasta ellos. Lógicamente que se encuentra la obligatoria paga, que generalmente es una suma significativa”, expresó el funcionario.
Los menores migrantes deberían estar protegidos por la Ley contra la Trata de Personas (Decreto 59-2012) creada para combatir a los responsables de la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o a la fuerza u otras formas de coacción para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra con fines de explotación.