La Ceiba, Honduras.
El descalabro financiero en el que ha caído la Municipalidad ceibeña ha impedido que se ejecuten obras de infraestructura de alta importancia en el último año.
La crisis que asfixia a la comuna es el resultado del embargo de casi el 80% de lo que ingresa por el pago de impuestos y que se destinan para honrar las prestaciones de unos 400 exempleados que fueron despedidos. Ellos demandaron y los juzgados fallaron a su favor obligando a la comuna a cumplir.
Además hay otras demandas civiles de administraciones anteriores y cuyas sentencias recayeron en la actual gestión.
De diciembre a la fecha, la comuna ha erogado alrededor de 90 millones de lempiras por ese concepto.
Hace un año, haciendo grandes esfuerzos y con fondos de la readecuación anterior de 300 millones de lempiras, se reparó la fuente luminosa y el Paseo de Los Ceibeños. Se dio una contraparte para el Malecón y paseo del Muelle Fiscal.
En la actualidad se han desarrollado algunos pequeños proyectos, pero son con fondos gubernamentales o de organismos internacionales.
“Tenemos un serio problema económico. Lo que estamos viendo en algunas obras es que el 70 u 80% es con apoyo de entidades cooperantes, como los centros de alcance que se han inaugurado. La gran mayoría fue con ayuda internacional y en un porcentaje muy bajo de la municipalidad. Además de la cancha de usos múltiples en la colonia Azcona, que fue hecha por la Cooperación Española, y la comuna apoyó con mano de obra”, dijo el superintendente Geovanny Alfonso.
A esto se suma el pavimento de las calles de las colonias Sierra Pina, Pizatti y El Búfalo que se desarrolló bajo un proyecto del Gobierno.
Cuentas pendientes
La severa crisis de la Alcaldía ha impedido también poder pagarles a los empleados municipales. A la fecha se les adeudan seis quincenas, además de hasta tres y cuatro aguinaldos.
En los barrios y colonias, los pobladores exigen la solución de problemas de agua y saneamiento, reparación de calles, recolección de la basura, entre otros, y no hay respuesta. “Tuvimos que pedir colaboración a los vecinos para poder reparar la calle principal porque desde hace varios años no era reparada”, refirió Antonio Gámez, del sindicato de la colonia Pineda.
El alcalde Carlos Aguilar aseguró que a finales del presente año es posible que se terminen los embargos para tener un respiro económico.
La Corporación Municipal recién aprobó la readecuación de su deuda por unos L430 millones, para pagar L336,208,624.18 de deuda actual con la banca, el resto es para cancelar a los trabajadores.
El descalabro financiero en el que ha caído la Municipalidad ceibeña ha impedido que se ejecuten obras de infraestructura de alta importancia en el último año.
La crisis que asfixia a la comuna es el resultado del embargo de casi el 80% de lo que ingresa por el pago de impuestos y que se destinan para honrar las prestaciones de unos 400 exempleados que fueron despedidos. Ellos demandaron y los juzgados fallaron a su favor obligando a la comuna a cumplir.
Además hay otras demandas civiles de administraciones anteriores y cuyas sentencias recayeron en la actual gestión.
De diciembre a la fecha, la comuna ha erogado alrededor de 90 millones de lempiras por ese concepto.
Hace un año, haciendo grandes esfuerzos y con fondos de la readecuación anterior de 300 millones de lempiras, se reparó la fuente luminosa y el Paseo de Los Ceibeños. Se dio una contraparte para el Malecón y paseo del Muelle Fiscal.
En la actualidad se han desarrollado algunos pequeños proyectos, pero son con fondos gubernamentales o de organismos internacionales.
“Tenemos un serio problema económico. Lo que estamos viendo en algunas obras es que el 70 u 80% es con apoyo de entidades cooperantes, como los centros de alcance que se han inaugurado. La gran mayoría fue con ayuda internacional y en un porcentaje muy bajo de la municipalidad. Además de la cancha de usos múltiples en la colonia Azcona, que fue hecha por la Cooperación Española, y la comuna apoyó con mano de obra”, dijo el superintendente Geovanny Alfonso.
A esto se suma el pavimento de las calles de las colonias Sierra Pina, Pizatti y El Búfalo que se desarrolló bajo un proyecto del Gobierno.
Cuentas pendientes
La severa crisis de la Alcaldía ha impedido también poder pagarles a los empleados municipales. A la fecha se les adeudan seis quincenas, además de hasta tres y cuatro aguinaldos.
En los barrios y colonias, los pobladores exigen la solución de problemas de agua y saneamiento, reparación de calles, recolección de la basura, entre otros, y no hay respuesta. “Tuvimos que pedir colaboración a los vecinos para poder reparar la calle principal porque desde hace varios años no era reparada”, refirió Antonio Gámez, del sindicato de la colonia Pineda.
El alcalde Carlos Aguilar aseguró que a finales del presente año es posible que se terminen los embargos para tener un respiro económico.
La Corporación Municipal recién aprobó la readecuación de su deuda por unos L430 millones, para pagar L336,208,624.18 de deuda actual con la banca, el resto es para cancelar a los trabajadores.