Tegucigalpa, Honduras
Un testigo clave reiteró hallazgos este lunes ya presentados durante el primer juicio oral y público contra Susette Atuán Rojas, acusada de participar en el millonario desfalco al Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
El juicio contra Susette Atuán Rojas, exempleada del Departamento de Personal del IHSS y acusada de lavado de activos, se repite luego de que la Sala Penal declarara con lugar un recurso de casación interpuesto por el Ministerio Público. En el primer juicio, Susette fue absuelta el 18 de junio de 2017.
Este lunes, Cinthia Mariela Velásquez, testigo protegido del Ministerio Público, reveló ante el tribunal nuevos detalles sobre el funcionamiento de la empresa de fachada Suministros Médicos (Sumimed), creada por Michelle Alejandra Rojas Flores —hermana de Susette— y su esposo, José Alberto Zelaya Guevara, quien continúa prófugo de la justicia.
Velásquez relató que ella misma fundó la empresa Sumimed, a petición de Rojas y Zelaya, quienes le aseguraron en todo momento que se encontraban en el extranjero y que, al regresar al país, pondrían la empresa y las cuentas bancarias a su nombre.
En 2013, cuando el desfalco al IHSS salió a la luz, también se reveló la caída de Sumimed, empresa a la que Zelaya —entonces jefe de Compras y Suministros del IHSS— había adjudicado contratos millonarios para el abastecimiento de equipo médico.
El colapso de la compañía de fachada rompió la relación laboral entre Velásquez y los propietarios, José Zelaya y Michelle Rojas, con quienes mantenía además un vínculo de amistad. La testigo explicó que era ella quien se encargaba de la facturación de los productos vendidos al IHSS, lo que en su momento le hizo creer que se trataba de una empresa legítima.
Tras conocerse las acusaciones por lavado de activos contra Michelle Rojas y José Zelaya, Velásquez relató que comenzó a sentirse en peligro. Solo ella y el motorista Gustavo Adolfo Linares figuraban como empleados de Sumimed.
A través de un primo, recibió una advertencia de que su vida corría riesgo si no declaraba a favor de Rojas y Zelaya, según una misiva enviada por un abogado cercano a los acusados.
Días después, la propia Michelle Rojas la visitó para pedirle perdón “por haberla metido en un embrollo que lindaba con lo ilícito”, pero también la amenazó sutilmente.
Durante su testimonio, Cinthia relató: “Michelle me contó que José, su esposo, mandó a matar a otra persona y que si la había mandado a advertir a mí, no dudaba que podía mandarme a hacer lo mismo”.
Rojas incluso le sugirió que abandonara el país, pero Velásquez se negó, afirmando que no tenía motivos para huir, ya que no había cometido ningún delito mientras trabajó en Sumimed.
Tiempo después, Michelle le pidió que visitara a su hermana Susette, en la colonia Miraflores de Tegucigalpa, para saludar a sus hijas, a quienes Cinthia apreciaba profundamente.
Durante ese encuentro, Rojas le dijo que quería que escuchara la opinión de una persona que podía asesorarla y le recomendaron culpar de todo a José Zelaya para que Michelle y Susette quedaran libres de responsabilidad. Velásquez rechazó esa sugerencia.
En la cuarta jornada del juicio también compareció el periodista deportivo Henry Gómez, acusado por el Ministerio Público de blanqueo de capitales junto con la extesorera del IHSS, Vivian Juárez (ya fallecida). Gómez habría cambiado cuatro cheques por un total de 605,000 lempiras, emitidos a favor de las empresas de maletín que defraudaron al IHSS, entre ellas Sumimed.
Además, declaró una empleada del Departamento de Tesorería del IHSS, quien confirmó conocer los trámites administrativos que permitieron el desembolso de fondos a las empresas falsas.
