No importa qué tan grande sea el problema, ni qué tan grave sea la enfermedad, para la Virgen de Suyapa, respaldada por el poder de Dios, todo es posible, aseguran quienes tienen fe en el poder milagroso de la Morenita.
Es innumerable la cantidad de historias que se encuentran por toda Honduras de personas que afirman haber recibido el favor de la Virgen, quien les concedió salud, sobrepasar dificultades, y todo tipo de peticiones.
por las cuales se comprometieron a cumplir una promesa, agradecer por siempre o visitar a la milagrosa Patrona.
Cada año, desde todas partes del país, miles de feligreses viajan desde los lugares adonde viven para decirle “gracias” a la Morenita, para demostrarle que no han olvidado lo que hizo por ellos y cumplir con su devoción.
Entre todas estas historias está la de Clementina Salgado, para quien no es un sacrificio, pese a su edad, ir cada año desde el lejano pueblo de El Terrero, en San Juan Rancho, hasta el Santuario de Suyapa que se encuentra en Tegucigalpa.
“Es lo menos que puedo hacer y siempre lo haré”, explicó Salgado ante el fervor que le profesa desde niña.
Según ella, la Virgen le ha dado muestras de amor a lo largo de toda su vida y constantemente le recuerda que siempre está ahí cuando se le necesita y que no deja solo a quienes le profesan su fe, le hablan mediante oraciones y esperan pacientemente su respuesta.
Sin embargo, de todas las obras que la Patrona de Honduras ha realizado en la existencia de Clementina, ella recuerda por sobre todas una, que quizá es la más importante por tratarse de lo que más ama en la vida. A pesar de sus 69 años, la feligresa todavía recuerda como si fuera ayer el milagro que Santa María de Suyapa le concedió hace unos 40 años cuando su hijo, que en ese entonces era un bebé, estaba atravesando una difícil situación.
“Tenía 28 años cuando mi tierno, José, no quería recibir nada de lactancia de mi parte”, reveló, mientras en sus manos sostenía un escapulario para llevar el compás del rosario.
Clementina dijo que ni siquiera el personal médico podía darle una respuesta de lo que sucedía con su niño y que temía que este problema se pudiera agravar y llegara a suceder lo peor con su hijo.
“Me preocupó mucho -confió la señora- porque ni el doctor entendía la razón y era un recién nacido que ocupaba leche y vitaminas”.
Ante tal situación, la mujer decidió que pondría todas sus esperanzas en el poder milagroso de la Virgen para que su pequeño no continuara sufriendo esta rara situación que lo estaba afectando. Durante 12 días continuos en los que asistió a misa, le pidió de corazón a la Morenita para que salvara a su amado bebé.
Ahora la mejor prueba de aquel milagro no es el relato de Clementina, sino el conocer a un muchacho alto y fornido, que tiene 28 años, y que era aquel niño que no podía sanar.
La devota mujer asegura que esto solo fue posible gracias a la intercesión de Suyapa.
