El cardenal Óscar Andrés Rodríguez instó a los hondureños a vivir el año nuevo en paz, con amor, esperanza, fe y misericordia, en la misa de fin de año celebrada en la Catedral.
En la homilía lamentó cómo los hondureños enfrentaron grandes problemas en 2012, particularmente por la crisis económica, desempleo e inseguridad, fundamentada en una crisis de valores. “Tenemos que poner a Dios como una prioridad en nuestra vida”, agregó.
Recalcó que la luz del Nacimiento de Jesús es la que da sentido a la vida humana.
Por eso reflexionó que en el año nuevo se debe aprovechar el tiempo, renovar la esperanza, recobrar la confianza, vivir en Dios, una oportunidad para hacer el bien. En el inicio de 2013 pidió orar para ir formando una cultura de paz.
“Hoy necesitamos que el Señor nos conceda la paz, todos aspiramos a vivir en paz; sin embargo, el mundo se debate en tantas guerras y Honduras también, en tanta violencia”, manifestó.
“Hoy pedimos la paz para nuestras familias, para nuestra sociedad, el miedo impide que vivamos en paz, tenemos que desterrar el miedo”.
“Necesitamos comenzar este año con un desarme”, recomendó. No solo armas de fuego. Dijo que una de las peores armas es la lengua, que destruye la fama de personas.
“En nuestra Honduras hay que desarmar lo que hay en el corazón, tanto odio, violencia, maldad”. Lo fundamental, a su criterio, es construir una convivencia basada en la verdad, libertad, el amor y justicia. Por ello, es tarea de todos los hondureños trabajar por la paz y el bien común.
Enfatizó que no es a través de las instituciones o poderes del Estado como se construirá un país en paz.
“El año nuevo es una llamada a renovar nuestra vida. Por eso se dice año nuevo, vida nueva, por eso necesitamos comenzar el año nuevo con un deseo de renovación profunda, un tiempo de posibilidades nuevas, un tiempo que se nos ofrece como gracia y salvación”, manifestó.
Robo
Un día antes el Cardenal denunció que los fondos para la reducción de la pobreza se los robaron.
“La condición que se nos puso para que se perdonara la deuda externa era que ese dinero que se tenía que pagar en intereses se usara para el alivio de la pobreza, tristemente se lo robaron; hay que decirlo así porque eso fue lo que ocurrió”.