04/12/2024
01:59 AM

Hondureño vio morir a su hermana en el desierto

Para evitar las muertes de migrantes se instalaron en el desierto 9 estaciones de auxilio, donde los que llegan deshidratados pulsan un botón para recibir ayuda.

McAllen, Texas, Estados Unidos.

Dos hondureños emprendieron durante tres días el camino en medio del desierto, en los peligrosos terrenos en Falfurrias, Texas. Ellos junto a un grupo de ilegales centroamericanos buscaban esconderse de la migra.

Todos iban guiados por un coyote que nunca les advirtió sobre la cruda realidad que les esperaba. El camino que estaba programado para recorrerse en unas horas se prolongó por días y el cansancio afectó a una de las hondureñas que viajaba acompañada de su hermano.

Cuando no pudo soportar el calor en el desierto se desvaneció. El coyote no quiso esperarla y siguió con el grupo de migrantes. El hermano solidario se quedó con ella. Quedaron solos y desorientados, esperando un milagro para que alguien los auxiliara. El hermano de la hondureña decidió buscar ayuda. La dejó bajó la sombra de un árbol. Avanzó sin tener noción a adónde dirigirse. Caminó un buen rato, no sabe cuánto tiempo pasó. Solo sabe que se paró en el primer rancho que encontró y pidió ayuda.

“Necesito que me auxilie, mi hermana está desvanecida en el desierto. Ayúdeme a no dejarla morir”, le suplicaba el compatriota al ranchero.

Foto: La Prensa

Agentes fronterizos y sus perros realizan una revisión minuciosa de carros que cruzan a Estados Unidos.
El norteamericano creyendo que lo que buscaba el hondureño era asaltarlo, le negó la ayuda. Le respondió que tenía que salir al trabajo, pero que si lo esperaba por la tarde lo auxiliaría.

Las horas pasaron, y cuando el reloj marcaba las cinco de la tarde, la camioneta asomó de nuevo en el rancho. El gringo reaccionó sorprendido cuando vio que el hondureño lo estaba esperando. Solo bajo del automóvil y el joven corrió y le dijo: “¿Ahora si va a ayudar a mi hermana?”

El norteamericano quedó mudo, estaba impactado, se sentía culpable. Comprobaba que el hondureño no le mentía. De inmediato llamó a la Patrulla Fronteriza. Diez minutos transcurrieron y los agentes llegaron y se fueron con el hondureño. Cuando llegaron al punto donde había quedado la joven en espera de ayuda, corroboraron que había muerto.

Controles

Los puntos de control en el suroeste de Texas se expanden a lo largo de 162 kilómetros de la frontera entre Tamaulipas y McAllen. Los uniformados de color verde se ubican en autopistas y carreteras menores para vigilar el paso, no solo buscan migrantes ocultos en vehículos pesados, sino también detectar droga oculta en las unidades.

LA PRENSA visitó el puesto que se ubica en Falfurrias, los agentes están en un retén que se ubica sobre la carretera 281 Norte, en el Valle de Río Grande. Hay un equipo tecnológico que acompaña las tareas de inspección que hacen seis perros adiestrados en cada vehículo que cruza este punto.



Hay radares giratorios que a través de una pantalla del centro de control del cuartel alerta si se detectó movimiento, apareciendo pequeños círculos rojos en el monitor.

Para apoyar cualquier emergencia hay varias patrullas todoterreno que son las que se desplazan cuando hay que llegar a puntos de vigilancia. En la radio solo se escucha un mismo mensaje: “Tenemos movimiento”.

El mensaje les indica que deben perseguir algún migrante que se aventuró en el desierto. Este es el día a día que viven los agentes fronterizos, los que de día y de noche cazan a los indocumentados.

Trayecto del desierto
No hay vegetación, solo se observan árboles secos con espinas, cactus y serpientes venenosas


Estaciones de alerta

Desde junio de 2012, nueve estaciones de alerta se ubicaron en las zonas del desierto. Las antenas tienen un botón de alerta para que aquellos indocumentados que llegan extenuados , a punto de desvanecer pidan auxilio y en menos de diez minutos serán auxiliados.

El rótulo de auxilio está escrito en varios idiomas, español, chino, portugués e inglés. Desde que este sistema está operando son 40 rescates los que han efectuados los agentes, los que se traducen en 40 vidas.

“Estas estaciones salvan vidas, es un mecanismo que implementamos para auxiliar a los indocumentados que vienen a punto de fallecer. Antes estábamos encontrando más de 200 muertos por año y esto ha bajado las cifras”, explicó uno de los agentes de la Patrulla Fronteriza.

Pero los pronósticos no son halagadores, temen que con la intensidad del verano que apunta a que será más caliente la cifra de muertos en el 2016, aumente.

“Aquí se conjuga la humedad y el calor, para aquellos migrantes que llegan y no están bien comidos y no traen agua, el riesgo de morir es alto. Yo tengo ocho años de trabajar en el desierto y he visto cientos de personas a punto de morir. Muchas de ellas salen a la calle para pedir ayuda y las atendemos.

Somos 26 paramédicos listos para estabilizar a la personas y llamar a la ambulancia”, dijo el agente.