03/12/2025
05:34 AM

Vigilados con grilletes, 3 hondureños esperan una oportunidad en EUA

McAllen, Texas, Estados Unidos.

Llegaron a entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza en Río Grande, Texas. Son tres hondureños que hicieron el viaje con sus hijos. No les importó la larga y peligrosa travesía que emprendieron durante un mes desde Honduras.

La falta de empleo y la violencia fueron los motivos que los hicieron huir de su país, aseguran. Ahora con un grillete electrónico que los agentes les colocaron en el tobillo y que servirá para monitorear con sistema de rastreo satelital (GPS) sus movimientos, los hondureños esperan que un juez defina cuál será su estatus migratorio en ese país.

Pese a lo incómodo que es usar el dispositivo, los hondureños saben que es la única opción que tienen para permanecer en Estados Unidos, país adonde sueñan con oportunidades que les permitan tener mejores condiciones de vida.

Trabajo de los jueces
Analizar cada caso es prioritario para determinar a quién le colocan el grillete y quién acude a citas con el juez


“A diario recibimos las notificaciones de los hondureños que serán liberados y que deben seguir un procedimiento legal ante un juez para definir su situación legal en Estados Unidos.

Nosotros los apoyamos orientando a cada uno de los compatriotas y agilizando documentación que necesitarán para el proceso”, explicó Ana Bulnes, cónsul de Honduras en McAllen.

Antes de partir a sus lugares de destino, los tres hondureños conversaron con LA PRENSA y relataron sus historias, los miedos y sueños que tienen ahora que buscan legalizar su situación en el país de los sueños.

“Me buscaban para matarme y por eso salí de Catacamas”

Juan nunca imaginó que presenciar un partido de fútbol le cambiaría la vida. Originario de Catacamas, este olanchano recuerda que en febrero se fue con varios amigos al estadio. Cuando el partido terminó se fue a departir, pero en el lugar se dio una discusión con otros paisanos que ingerían bebidas alcohólicas.

“Vi cuando mataron a los dos hombres y por eso me buscaban, querían matarme”, Juan Espinoza.


Aquellos hombres les dispararon, dos de los amigos de Juan fallecieron y él milagrosamente quedó ileso. “A mí no me gusta tomar, solo los acompañé. Cuando teníamos como una hora de estar conversando, una discusión provocó el enojo de unos hombres que mataron a dos de mis amigos. Como yo estaba allí, a los días esos hombres me andaban buscando para matarme y por miedo huí.

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Días de camino
Dura el recorrido que hacen los migrantes desde Tapachula a Reynosa
Dejé todo, solo me vine con mi niño de nueve años. Hemos pasado un duro camino, pero doy gracias a Dios porque me han dado la oportunidad de que un juez pueda legalizar nuestra estadía. Si regreso a Honduras, soy hombre muerto”, relató el hondureño.

Juan y su hijo partieron de McAllen rumbo a Maryland, donde permanecerán con familiares. Él debe llevar un grillete para que cada uno de sus pasos sea monitoreado por autoridades migratorias.

“La falta de un trabajo me hizo venirme con mi hija de 10 años”

Desesperado por la situación económica que atravesaba y con la esperanza de que en Estados Unidos encontrará un trabajo salió de Mercedes, en el departamento de Ocotepeque, Miguel Ángel Perdomo, quien decidió viajar con su hija de 10 años.

Foto: La Prensa

“Las presiones económicas me acorralaron y no tuve otra opción que venirme”, Miguel Ángel Perdomo.


Fueron 18 días de camino sorteando los peligros. Este agricultor asegura que nunca desistió de la idea y que su hija era la motivación que tenía para cruzar la frontera. “Salí el primero de abril de mi pueblo, me desesperé porque no encontraba trabajo. Estuve varios meses como jornalero, pero el trabajo se acabó, y aunque busqué en varios lugares una oportunidad, no conseguí nada. Tenía deudas, obligaciones y cuando uno siente la presión de los compromisos no queda de otra que probar suerte en otro lado. Me animé porque una familia que está en este país me apoyó. Voy para Maryland, tendré que sacar los papeles en el consulado y confío en que el juez que conocerá mi caso nos ayude”, dijo Miguel.

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Mil agentes
Vigilan los pasos de los ilegales para impedir que crucen la frontera por Texas y Arizona
Su hija cursaba el quinto grado en la escuela de Mercedes, pero dejó de estudiar y se vino con él. El hombre asegura que pese a los riesgos, decidió llevarla porque las oportunidades de estudio para ella serán mejores en este país.

“Estaba sin dinero y con la responsabilidad de mi familia”

Del centro de detención Ursula salió llorando José Aníbal Ramírez, originario de la aldea Nueva Florida, en el municipio de Balfate, Colón.

Foto: La Prensa

“Estaba sin dinero, sin trabajo y enfermo de asma, no tuve más opción que venirme”, José Aníbal Ramírez.


La emoción de cumplir el sueño americano lo hacía llorar, no podía ni hablar hasta que llegó a un albergue para esperar el bus que lo llevaría a Atlanta.

Aníbal relató a LA PRENSA que salió temeroso de Honduras, ya que nadie creía que lograría cruzar la frontera y menos con su niño de 11 años, pero lo logró. Desde marzo que inició la travesía se propuso alcanzar la meta de llegar.

40
Familias
Llegan al día en forma ilegal a Estados Unidos. La cifra subió desde el pasado mes de marzo.
“Solo puedo agradecer a Dios, no ha sido fácil recorrer esos kilómetros en medio del hambre, el sol, sed y la desconfianza de la gente. Pero aquí estoy, no quería salir de mi país, pero cuando vi mi situación económica no tuve más opción. Sin empleo, sin dinero, y verme enfermo porque padezco de asma, pensé que si lograba pasar, en este lugar me podrán dar asistencia médica. Me traje a mi niño de 11 años, ahora cumpliré las citas con el juez y buscaré un trabajo. Debo ganar dinero porque en Honduras queda mi esposa y otro hijo más pequeño”, contó José Aníbal, quien ya asistió a su primera cita con el juez en Atlanta.