El hondureño Víctor Hugo Díaz Morales, alias "el Rojo", fue liberado por la justicia estadounidense tras cumplir una condena en aquel país por delitos relacionados con narcotráfico.
Díaz Morales fue extraditado en abril de 2018 desde la Ciudad de Guatemala hacia Estados Unidos, en donde guarda prisión por narcotráfico.
Tras confirmar el cumplimiento de la pena, el juez federal Kevin Castel ordenó el 30 de octubre de 2025 que la Fiscalía Federal y el Servicio de Alguaciles de los Estados Unidos presenten sus alegaciones para proceder con su deportación hacia Guatemala.
La resolución judicial se emitió luego de que la defensa notificara que su cliente había completado su condena en el Centro de Detención del Condado de Hudson, en Nueva Jersey. El tribunal pidió a las autoridades coordinar la logística de su traslado desde ese recinto hasta el Aeropuerto Internacional de Newark (EWR), desde donde tomaría un vuelo directo hacia Ciudad de Guatemala.
Esto ocurre, según documentos de la Fiscalía, tras un proceso de colaboración entre Díaz Morales y entidades de aquel país en el marco de otros casos relacionados con narcotráfico que incluyeron a capos hondureños.
El abogado Scott Kalisch, defensor de Díaz Morales, solicitó al juez Castel considerar la colaboración sustancial que su cliente brindó a las autoridades estadounidenses durante los juicios relacionados con el narcotráfico hondureño.
En un memorando presentado el 27 de septiembre de 2025, Kalisch afirmó que “El Rojo arriesgó todo para ayudar a desmantelar el narco-Estado que era Honduras”, al convertirse en testigo clave en el proceso contra el exdiputado Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano del expresidente Juan Orlando Hernández.
"El Rojo" fue señalado como uno de los operadores clave en el tráfico de cocaína desde Colombia hacia Estados Unidos a través de Honduras y Guatemala.
Su ascenso
Inició como transportista y escaló hasta convertirse en un lugarteniente de peso en estructuras criminales del Caribe hondureño, manteniendo vínculos con redes de poder locales y construyendo influencia mediante sobornos, beneficios a autoridades y control territorial.
Fue capturado en Guatemala en 2017 y posteriormente extraditado a Estados Unidos en 2018, donde fue requerido por la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
En Estados Unidos, “El Rojo” se declaró culpable por delitos de narcotráfico y se convirtió en testigo clave para la Fiscalía. Su testimonio tuvo un impacto significativo al revelar la infiltración del narcotráfico en estructuras políticas hondureñas, incluyendo la financiación ilícita de campañas electorales.
Durante el juicio contra Juan Antonio “Tony” Hernández, hermano del expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, Díaz Morales declaró haber entregado dinero del narcotráfico para apoyar campañas políticas, describiendo un esquema profundo de corrupción y complicidad estatal.
Su cooperación fue presentada como decisiva para desmantelar lo que fiscales estadounidenses describieron como un “narco-Estado”, aportando información sobre asesinatos, rutas de tráfico, pagos a funcionarios y la estructura financiera del crimen organizado.
Debido a su colaboración, la Fiscalía recomendó una reducción de pena significativa, incluso contemplándose la figura de “tiempo servido”.
