El número de hijos nacidos vivos por mujer (de 15 a 49 años) descendió de un promedio de 5,27 (1990) a 2,48 (2024) en Honduras, sin embargo, sigue siendo la tercera tasa global de fecundidad (TGF) más alta en América Latina, después de la de Haití y Bolivia.
Según el Observatorio Demográfico, 2025. América Latina y el Caribe ante la baja fecundidad: tendencias y dinámicas emergentes, dado a conocer a finales de octubre por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), los países que presentan las TGF más altas de la región son Haití (2,63 hijos por mujer), Bolivia (2,52), Honduras (2,48), Paraguay (2,42) y Guatemala (2,29).
La TGF, también conocida como índice sintético de fecundidad, es un indicador demográfico que mide el número promedio de hijos que una mujer tendría a lo largo de su vida reproductiva (entre 15 y 49 años) si se mantuvieran constantes las tasas de fecundidad por edad observadas en un año específico.
De acuerdo con la Cepal, desde 2015, la tasa de fecundidad en América Latina y el Caribe ha estado por debajo del nivel de reemplazo. Actualmente, América Latina registra una tasa de 1,8 hijos por mujer, mientras que en el Caribe la cifra es de 1,5 hijos por mujer.
En 2024, el 76% de los países y territorios de América Latina y el Caribe presentaban tasas inferiores al nivel de reemplazo, una proporción solo superada por Europa y América del Norte, donde el 96% de los países estaban en la misma situación.
La tasa de reemplazo es el nivel de fecundidad necesario para mantener estable el tamaño del la población a largo plazo la cual es de 2,1 hijos en América Latina, según Cepal.
Honduras supera este umbral, al igual que varios países centroamericanos, pero hay excepciones notables como las de El Salvador, con 1,76, y Costa Rica, con 1,32, ambos por debajo del nivel crítico. En otras palabras, las mujeres de esos países vecinos tienen menos hijos que las hondureñas.
La mayoría de las naciones latinoamericanas han acelerado la caída en sus tasas de fecundidad, no obstante, Bolivia, Guatemala y Honduras exhiben descensos más graduales. Esta lentitud refleja desigualdades estructurales en el acceso a la educación y los servicios de salud reproductiva.
Factores como la pobreza rural y el limitado alcance de programas de planificación familiar inciden directamente. En Honduras, la persistencia de tasas elevadas responde a brechas educativas entre zonas urbanas y rurales. Mujeres con menor escolaridad tienden a tener más hijos, según patrones demográficos regionales.
En el contexto latinoamericano, según Cepal, "ningún país o territorio que haya alcanzado el nivel de reemplazo se ha mantenido en 2,1 hijos por mujer; al contrario, la fecundidad continúa disminuyendo de forma sostenida. Algunos incluso siguen una trayectoria hacia niveles de fecundidad baja y ultrabaja, de forma similar a lo observado en Europa, el Japón y otras naciones".