Analistas dicen que porque no es legal, ni reconocida por los sectores de sociedad civil, la Junta Directiva del Congreso Nacional de Honduras debe de dimitir para no seguir ocasionando más daños al país.
Este sábado se cumplen 48 días desde la última vez que el Congreso sesionó en el intento fallido de elegir un nuevo fiscal general del Ministerio Público.
Sin embargo, este año el Congreso se ha paralizado ante la toma de decisiones sustanciales como la elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, fiscales del Ministerio Público y un mes de vacaciones.
Reacciones
El abogado Oliver Erazo dijo que esta histórica parálisis legislativa solo orilla a que Luis Redondo y su junta directiva renuncien.
“Pensar que esta personas dejarán el poder es complicado, pero por el bien de Honduras tienen que hacerlo”, dijo Erazo.
Agregó que estos congresistas de la directiva “no son competentes, sus resultados son incompetentes”.
Julieta Castellanos, exrectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, concuerda con que la junta directiva del Legislativo debe dar un paso al costado.
“Sin lugar a dudas se han rebasado los límites, y solo eso, hemos conocido las acciones que ha ejecutado la Junta Directiva de no permitir que diputados ingresen a sus oficinas, entre otras cosas. Libre está quedando mal”, analizó Castellanos.
Para la oposición esta parálisis legislativa es una excusa del oficialismo para disolver este poder de Estado.
“Queda evidenciado que es la junta directiva ilegal que no quiere realizar las sesiones. Ellos quieren enviar un mensaje de que el Poder Legislativo no sirve para disolverlo”, dijo el diputado Liberal, Marlon Lara.
Pese a no sesionar, Redondo ha erogado más de L57.9 millones en viáticos a favor de diputados oficialistas.
