“Las elecciones son una oportunidad para que Honduras enderece el camino”

Carlos Díaz-Rosillo, exasesor de la Casa Blanca y profesor en Harvard, examinó la situación política de Honduras y subrayó que la democracia solo puede sostenerse con instituciones sólidas y dirigentes verdaderamente comprometidos con el interés colectivo.

  • 14 de octubre de 2025 a las 22:02 -
“Las elecciones son una oportunidad para que Honduras enderece el camino”
Tegucigalpa

El académico y exasesor del gobierno de Estados Unidos, Carlos Díaz-Rosillo, advirtió durante su visita al país sobre señales preocupantes de retroceso democrático en Honduras y llamó a fortalecer el Estado de derecho y las instituciones republicanas.

En entrevista con LA PRENSA, Díaz-Rosillo, exprofesor de la Universidad de Harvard, exfuncionario de la Casa Blanca y actual director del Centro Adam Smith para la Libertad Económica, analizó el rumbo político de Honduras bajo el gobierno de izquierda y su impacto en la relación con Estados Unidos.

A continuación, la entrevista completa:

Dada su experiencia en políticas públicas, y en el contexto preelectoral de Honduras, ¿cómo percibe el estado actual de la democracia en el país y cuál es la relevancia de las próximas elecciones?

Las próximas elecciones son trascendentales, no solo para Honduras sino para toda la región. Como es habitual en cualquier proceso democrático, el panorama electoral hondureño se centra en el claro dilema entre cambio o continuidad.

Los votantes que evalúen positivamente la dirección actual del país; la economía, la salud, la seguridad; tienen esencialmente dos opciones de continuidad: la candidata que representa la línea del gobierno actual y un candidato que, si bien no es el del partido de gobierno, fue vicepresidente del mismo.

Ambas figuras se perfilan para mantener, en gran medida, el statu quo.

Por otro lado, aquellos ciudadanos que perciben un deterioro en la calidad de vida y en las estructuras nacionales, y que buscan un giro significativo en áreas como la economía, la salud, la seguridad o la educación, tienen una opción de cambio clara.

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Más allá de la dinámica local, esta elección resalta un patrón regional: la boleta electoral en Honduras y otros países latinoamericanos presenta una elección entre un modelo con visos más cercanos a la izquierda y una visión más alineada con la derecha, el libre mercado y una postura pro-occidental, particularmente pro-Estados Unidos.

La decisión de Honduras, por lo tanto, tendrá un eco que trasciende sus fronteras.

Profundizando en el panorama democrático, ¿cuáles considera que son los principales desafíos estructurales que enfrenta el Estado de Honduras en su sistema democrático?

Hay tres retos fundamentales que sobresalen. El primero es la consolidación de la democracia más allá de la mera capacidad de votar.

Se requiere fortalecer la institucionalidad democrática, la solidez del sistema de pesos y contrapesos, y la efectiva división de poderes.

Una democracia fuerte se basa en instituciones sólidas que funcionen independientemente de quién esté en el poder.

El segundo desafío, que es transversal en Latinoamérica, es la capacidad del Estado hondureño para combatir las redes criminales hemisféricas, como el narcotráfico y el crimen organizado transnacional.

Estas redes, que operan a escala global, socavan la democracia, corrompen instituciones y ponen en peligro la seguridad de los ciudadanos.

Finalmente, el tercer reto, y quizás el más apremiante para la ciudadanía, es el manejo de la economía.

La gente está preocupada por el poder adquisitivo, la inflación y la generación de buenos empleos. El gobierno que surja de las urnas tendrá la imperiosa labor de implementar políticas que mejoren la economía para que los hondureños sientan un aumento real en su calidad de vida.

El discurso político actual tiende a ser muy confrontativo y agresivo. ¿Qué riesgos corre la democracia cuando los actores políticos se centran en esta retórica divisiva?

La división es un fenómeno global, y en Honduras no es diferente. Esta polarización dificulta que personas de distintas ideologías se sienten a negociar, poniendo el bienestar del país como objetivo principal.

El riesgo inherente a esta confrontación es que es mucho más fácil destruir que construir instituciones fuertes; es más sencillo criticar que edificar consensos.

La democracia se debilita cuando la oposición se enfoca únicamente en el ataque, en lugar de ofrecer alternativas viables. Si los líderes políticos, de cualquier tendencia, no están dispuestos siquiera a dialogar y buscar puntos en común, la maquinaria gubernamental se estanca y la confianza pública se erosiona.

Esto no es exclusivo de Honduras, sino un mal que aflige a todo el hemisferio, donde las trincheras ideológicas han reemplazado a las mesas de diálogo.

¿Cómo evalúa el papel que juegan los medios de comunicación y la sociedad civil en el desarrollo y la fiscalización de estos procesos electorales?

Los medios de comunicación tradicionales cumplen un papel indispensable en informar a gran parte de la población sobre lo que sucede en el proceso electoral.

No obstante, si estos medios eligen amplificar desproporcionadamente ciertas voces, enfocarse en la controversia o las peleas en lugar de los debates programáticos, esto inevitablemente afecta la calidad del proceso democrático.

Sin embargo, hay que admitir que su influencia ha disminuido en comparación con años anteriores. Hoy en día, las redes sociales le permiten a los políticos y candidatos saltarse la prensa tradicional para dirigirse directamente al electorado.

Esta inmediatez y cercanía directa, si bien puede ser aprovechada para comunicar propuestas, también permite la proliferación de desinformación y de narrativas polarizantes sin el filtro ni la verificación de los medios tradicionales.

La sociedad civil, en este contexto, debe empoderarse para ser el contrapeso que exige transparencia y calidad en la información.

¿Cómo valora el manejo que ha tenido el actual gobierno de izquierda de Honduras en su relación con Estados Unidos?

En política exterior, especialmente en la relación con Estados Unidos, la gestión del gobierno actual es, a mi parecer, cuestionable.

El gobierno ha adoptado una postura con marcada inclinación ideológica, acercándose a regímenes autoritarios y dictatoriales como los de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Estos son modelos que han demostrado ser catastróficos para sus propios pueblos.

Este distanciamiento de Estados Unidos, un socio comercial, geográfico y cultural clave, es profundamente preocupante. Si bien la relación es importante para EE. UU., es vitalmente más importante para Honduras.

Al tomar decisiones que son adversas a los intereses de la Casa Blanca, el gobierno hondureño arriesga recibir respuestas que no favorecerán a los ciudadanos.

El principal deber de un gobierno es defender los intereses de su pueblo, y esos intereses están mucho más alineados con una relación robusta y positiva con su principal aliado hemisférico.

¿Por qué cree que a los gobiernos de izquierda en la región, en general, les resulta difícil consolidar resultados sostenibles en materia económica y social?

Creo que el desafío radica en políticas económicas que, a menudo, son fundamentalmente cuestionables. No puede haber crecimiento económico sin un reconocimiento claro del rol fundamental de las empresas y del sistema de libre mercado.

Aunque el libre mercado no es perfecto, es el mejor sistema que tenemos para generar riqueza, al igual que la democracia es el mejor sistema político.

Los gobiernos de izquierda, erróneamente, suelen crear una narrativa polarizante que antagoniza al sector privado con "el pueblo", como si fueran enemigos. Esto es un error capital, empresas exitosas generan más empleos, aumentan el poder adquisitivo y reducen la presión social.

Un gobierno serio debe entender que debe fomentar el crecimiento de las empresas mediante políticas coherentes que atraigan la inversión extranjera, la cual es una fuente de prosperidad, no de imperialismo.

También deben, por supuesto, complementar esto con robustos programas sociales y sistemas de salud y educación de calidad. El error de la izquierda es subestimar el sector privado; el error frecuente de la derecha es descuidar la parte social.

Mencionó la importancia de la inversión extranjera. ¿Qué papel debería jugar un gobierno para atraerla y disipar la visión de que es una forma de "imperialismo"?

Un gobierno debe ser el principal promotor de la confianza y la estabilidad. Para atraer inversión extranjera directa, que es vital para la creación de empleos bien remunerados, se necesitan varias condiciones: seguridad jurídica, reglas claras y estables, respeto a la propiedad privada, y un sistema tributario que fomente la reinversión y el crecimiento, no que lo penalice.

El concepto de "imperialismo" es una narrativa ideológica que los gobiernos de izquierda usan para polarizar. La realidad es que la inversión extranjera trae capital fresco, tecnología, mejores prácticas de gestión y, lo más importante, oportunidades de trabajo para los hondureños.

El gobierno debe comunicar de manera efectiva que el dinero que viene de fuera no es una amenaza, sino un motor de desarrollo que permite aumentar la recaudación fiscal y financiar los programas sociales necesarios.

¿Qué diferencias o similitudes clave observa entre la izquierda hondureña y otros movimientos de izquierda en países como México o Colombia?

Lo que distingue y unifica a la izquierda en todo el hemisferio, incluida la hondureña, es su extraordinaria coordinación y articulación.

A diferencia de muchos movimientos de derecha que tienden a operar de forma aislada, los movimientos de izquierda actúan como una gran red continental.

Históricamente, esta coordinación ha estado fuertemente influenciada por el régimen cubano, cuyo impacto ha sido enorme en las ideas y estrategias de izquierda.

Por lo tanto, es un error ver a la izquierda hondureña como un ente aislado; debe entenderse como parte de una red regional que recibe apoyo financiero, información y orientación de otros gobiernos y dictaduras de izquierda, como Cuba, Venezuela y Nicaragua, además de la creciente influencia de China.

¿Qué riesgos específicos enfrenta Centroamérica en general si continúa esta tendencia de giro hacia modelos de izquierda radical en la región?

Los riesgos son múltiples y graves. En primer lugar, se corre el peligro de aislarse del socioeconómico y cultural más importante, que es Estados Unidos. Este aislamiento conlleva consecuencias negativas en comercio, inversión y cooperación en seguridad.

En segundo lugar, el acercamiento a China representa un riesgo inminente para la seguridad nacional de los países centroamericanos, abriendo puertas a una potencia que no comparte los valores democráticos.

El tercer gran peligro es la implementación de políticas públicas que han demostrado ser fracasos históricos. Solo hay que mirar el caso de Venezuela, un país que era de los más ricos del mundo y hoy es uno de los más pobres, o Cuba, un país sumido en la escasez.

Si el socialismo o el comunismo funcionaran, los migrantes hondureños buscarían ir a Caracas o La Habana. La realidad es que todos buscan ir a Estados Unidos, el país de la oportunidad y la libertad. El gran riesgo es la insistencia en modelos comprobados de fracaso en lugar de optar por modelos de éxito y prosperidad.

Retomando el tema electoral, ¿considera que los hondureños tienen hoy opciones reales y viables para una gobernanza democrática efectiva?

Sí, creo que los hondureños tienen una oportunidad real de elección. A pesar de los indicios preocupantes sobre la independencia de los poderes y el sistema de contrapesos, las próximas elecciones son una gran oportunidad para que Honduras enderece el camino.

La decisión está en manos de los votantes para optar por una propuesta que combine una política económica sensata, que promueva un sector empresarial fuerte y buenos empleos, con políticas sociales que atiendan las necesidades del pueblo.

Los hondureños deben ejercer su derecho con seriedad, examinando las propuestas y decidiendo si optan por la continuidad o por un cambio que apueste por la democracia, el libre mercado y una mejor relación con Estados Unidos.

En una democracia saludable, ¿cuál debe ser el rol constructivo que deben jugar las fuerzas de oposición?

El rol de la oposición debe ser, ante todo, ser constructiva. Tienen la obligación de alzar la voz de manera respetuosa cuando no están de acuerdo con las políticas del gobierno, pero su labor va más allá de la mera crítica.

La oposición debe ofrecer propuestas concretas y serias. Es muy fácil criticar desde afuera, pero lo verdaderamente constructivo es explicar claramente por qué se están haciendo mal las cosas y, más importante, cuál es la alternativa viable y sostenible que proponen.

Una oposición fuerte y responsable ayuda a mantener al gobierno responsable y promueve un debate público más enriquecedor para la nación.

Dada su experiencia en la Casa Blanca, ¿cómo describiría la visión actual de Estados Unidos hacia Latinoamérica?

Es indiscutible que, por décadas, Estados Unidos ignoró a América Latina, un error bipartidista que fue aprovechado por China para ocupar espacios estratégicos. Afortunadamente, esta situación está cambiando, y la administración actual ha puesto un mayor énfasis en la región.

Vemos un Departamento de Estado con figuras que conocen y entienden profundamente la realidad latinoamericana. El consenso bipartidista en EE. UU. se ha enfocado en el tema de China, lo que ha generado una gran oportunidad: la política de near-shoring o friend-shoring.

La idea es traer de vuelta al hemisferio las empresas estadounidenses que se fueron a China. Latinoamérica, y en particular un gobierno hondureño con un cambio de actitud y políticas pro-Estados Unidos, tiene una oportunidad de oro para atraer esas empresas, promover parques industriales y generar prosperidad.

Además de la oportunidad comercial del near-shoring, ¿qué otros beneficios estratégicos representa para Honduras una cercanía con Estados Unidos?

Un beneficio estratégico crucial es la lucha directa y frontal contra el narcotráfico y el crimen organizado. El gobierno de EE. UU. ha demostrado su compromiso, incluso designando a carteles de la droga como organizaciones terroristas transnacionales.

Si bien esta lucha beneficia a Estados Unidos, beneficia aún más a los países latinoamericanos asediados por estos grupos criminales.

La colaboración con EE. UU. en temas de seguridad puede ayudar a un gobierno local a erradicar estos carteles, resultando en una mejor gobernanza y una mejor calidad de vida para los ciudadanos.

Una cercanía estratégica y honesta es la vía más efectiva para combatir amenazas que el Estado, por sí solo, no puede enfrentar.

¿Qué es lo que Estados Unidos espera concretamente de Honduras en términos de democracia, migración y seguridad?

Estados Unidos espera, ante todo, colaboración y voluntad demostrable. En los temas de seguridad y crimen organizado, se espera que Honduras haga todo lo posible por frenar a los narcotraficantes y las redes criminales.

En el tema de la migración, la expectativa es que Honduras colabore para detener los flujos de migración ilegal y promueva una migración ordenada y legal.

En el aspecto democrático, EE. UU. busca el fortalecimiento de las instituciones democráticas, el respeto a la división de poderes, la libre expresión y los derechos humanos, junto con la promoción de políticas de libre mercado.

Básicamente, se espera que el gobierno hondureño demuestre que está activamente comprometido con estos valores compartidos que benefician a su propia población.

De cara a esta nueva etapa política, ¿qué tipo de liderazgo político debería surgir en Honduras, independientemente de la ideología?

El pueblo hondureño merece líderes que demuestren un compromiso inquebrantable con la democracia, el Estado de derecho y el respeto por las instituciones. Más allá de la ideología, los ciudadanos deben elegir a aquellos que han probado tener la capacidad real de gobernar.

Una cosa es hacer una campaña atractiva, hacer promesas, salir en programas de televisión y de entretenimiento y decir lo que la gente quiere escuchar; otra muy distinta es saber gobernar, tomar decisiones complejas y difíciles, e ir más allá del discurso para enfocarse en la ciencia y el arte de la gestión pública.

La experiencia y la demostración de un genuino compromiso con el país, en lugar del simple deseo de mantenerse en el poder, son factores cruciales que los votantes deben ponderar.

Para los hondureños que se sienten desilusionados con la política y el sistema democrático, ¿cuál sería su mensaje?

Es totalmente comprensible el sentimiento de desilusión. Cuando un pueblo vota repetidamente con la esperanza de un cambio y los gobernantes fallan, o se ven inmersos en escándalos y malas políticas, el desencanto es una reacción natural.

Sin embargo, la democracia, aunque imperfecta, es el mejor sistema que existe, y la única manera de resolver los problemas de la democracia es con más democracia.

El mensaje es: no dejen de ejercer su derecho al voto. La seriedad con la que se aborden las próximas elecciones es vital. Hay que examinar críticamente las propuestas de los candidatos, no dejarse llevar por el discurso más ruidoso o llamativo, sino analizar quién tiene la experiencia y las propuestas concretas para gobernar.

El voto es la herramienta más poderosa para cambiar el camino de la nación.

¿Qué impresión le deja Honduras después de su visita, y qué representa el país dentro del mapa político latinoamericano?

Honduras es un país con inmensas bondades, cuya principal fortaleza es su gente: trabajadora y maravillosa. A pesar de los problemas y los malos gobiernos que haya podido tener, el país tiene un gran potencial, no solo en Centroamérica, sino en toda Latinoamérica.

En el mapa político regional, Honduras tiene una importancia estratégica enorme, especialmente en su relación con Estados Unidos.

Si esa relación se endereza y se encamina por la senda de la colaboración y el mutuo respeto, Honduras puede convertirse en un aliado fundamental y un motor de estabilidad y prosperidad en la región, aprovechando las oportunidades de inversión y la cooperación en seguridad.

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