El Festival de las Chimeneas Gigantes, que durante tres días se celebró en el municipio de Trinidad, en el occidente de Honduras, fue acompañado por falleros de Valencia (España).
El evento cultural, que se celebra desde el año 2000, reunió entre el jueves y sábado a miles de personas, nacionales y extranjeros, en el pequeño municipio de Trinidad, en el departamento de Santa Bárbara.
Los visitantes fueron testigos de la elaboración de más de una decena de chimeneas gigantes con figuras de personas, animales y plantas que fueron quemadas entre las 23:00 hora local (05:00 GMT) y las 00:00 hora local (06:00 GMT), en un espectáculo de mucho colorido, música, teatro, fuego y gastronomía, que duró hasta las primeras horas de este domingo.
Este año el Festival de las Chimeneas Gigantes fue denominado ´Mundos fantásticos de Tecolandia´ y dedicado a la ministra de Cultura, Artes y Patrimonios, Annarella Vélez, quien fue acompañada por otros funcionarios como la titular de Turismo, Yadira Gómez; la secretaria de Asuntos de la Mujer, Doris García, y la directora del Instituto Nacional de la Juventud, Zulmit Rivera.
Un unicornio, El Principito, un sombrero loco, una planta carnívora, un guerrero, aves y un tiburón, figuraron entre las chimeneas quemadas después de dos días de exhibición al público, que fue mayor en la tarde y noche del sábado.
El alcalde de Trinidad, Allan Paredes, acompañado de otras autoridades de Gobierno, le entregó las llaves de la ciudad a representantes de las Fallas de Valencia, España, donde celebran una actividad similar a la de los hondureños, con los que tienen una relación estrecha desde 2019.
Con la creación del festival en el año 2000, surgió ´El paseo Real de las Chimeneas Gigantes´ y una convocatoria a un concurso por barrios de Trinidad para elaborar la mejor chimenea.
Año tras año el trabajo artístico fue mejorando su calidad, introduciendo técnicas como el papel maché, alambre galvanizado y la pintura en aerosol con diseños cuidadosos y la puesta en escena de una obra teatral que explica y justifica la quema de las chimeneas, verdaderas obras de arte que, una vez finalizadas, tienen una duración de tres días.
