Este 16 de agosto quedará grabado en la memoria de Honduras. Sin importar religión, denominación o afinidad política, miles de hondureños se unieron a la gran caminata de oración por la paz y la democracia, marcando un hecho histórico de unidad nacional.
Desde Comayagua, Tegucigalpa, Choluteca, Santa Rosa de Copán, Lempira y decenas de ciudades más en diferentes departamentos, hombres, mujeres, jóvenes y familias enteras marcharon con banderas azul y blanco, cánticos de júbilo y plegarias colectivas.
El eco de las voces resonó con fuerza durante la caminata: “¡No es por un partido político, es por la paz de Honduras!” y “¡Viva Jesús, viva Honduras!”.
El pastor Gerardo Irías, conmovido y con lágrimas en los ojos, afirmó que la caminata era un llamado de Dios: “No representamos a nadie más que nuestro clamor a Dios”.
En Tegucigalpa y San Pedro Sula las multitudes abarrotaron calles y parques. La emoción fue tal que, en medio de himnos y oraciones, muchos entonaron el Himno Nacional de Honduras con lágrimas en los ojos, agradeciendo a Dios por la esperanza de un futuro mejor.
La trascendencia del evento también cruzó fronteras. En Grand Rapids, Michigan, Estados Unidos, la comunidad hondureña se sumó a la jornada espiritual, demostrando que la fe y el amor por la patria no tienen límites.
En distintas entrevistas, los participantes expresaron que salieron a “caminar juntos por la familia y la democracia”. Esta marcha reunió a gremios, empresarios, estudiantes y ciudadanos comunes en una misma causa: orar por un país en paz, justo y solidario.
En Danlí, El Paraíso, la caminata estaba programada para iniciar a las 4:00 de la tarde. Decenas de hondureños se unieron en el punto de encuentro para salir en busca de la paz.