Leandro Osorio, excomisionado de la Policía Nacional, informó este viernes que al menos el 85% de los policías que fueron depurados en años anteriores, volverán a laborar dentro de la institución luego de ganar las demandas intespuestas contra el Estado hondureño.
Las demandas ganadas por los exoficiales superan los 1,000 millones de lempiras, costo millonario que deberá sufragar el Estado de Honduras.
“El 85% de ellos volverá, siempre le dije a mis compañeros que se iba a regresar porque todo lo hicicieron mal (depuradores), el regreso era inminente y de cuestión de tiempo al cambiar las autoridades”, dijo Osorio.
El exjerarca policial manifestó que él no volverá a la Policía Nacional por “dignidad”, pues argumenta que el actual director y subdirector de la entidad fueron sus alumnos y subalternos, por lo que sería irónico regresar y ponerse a sus órdenes.
“Ya hablé con mi familia y no voy a regresar, mal haría en ponerme a las órdenes del actual director y subdirector de la Policía siendo yo superior, aunque son excelentes oficiales. Hay que tener dignidad, y honor es lo que más tengo”, sostuvo.
Recordó que no se respetó el proceso contra los exagentes ni la presunción de inocencia, pues argumentó que lo primero que debió hacerse fue someterlos a una audiencia de descargo y si había delito llevarlos al Ministerio Público.
Osorio apuntó que siempre supo que se haría justicia, al tiempo que dejó entrever que se pone a disposición del nuevo Gobierno en caso de que se le requiera para otro cargo.
Entre los años 2016 y 2019, la Comisión Depuradora de la Policía Nacional de Honduras evaluó a más de 13,500 miembros de la carrera policial, lo que permitió excluir del servicio a cerca de 6,000 oficiales y agentes por diversos motivos, entre ellos la reestructuración, el retiro voluntario y el despido por justa causa.
La Comisión Depuradora de la Policía fue conformada por diferentes representantes de la sociedad civil: Omar Rivera, Alberto Solórzano y Vilma Cecilia Morales.
Uno de los depuradores aseguró en su momento que el principal problema que tuvo la Policía para que se convirtiera en una de las instituciones más corruptas del país es que “la impunidad campeaba y se cometía delito, pero no se investigaba ni se castigaba”.
