Escala la tensión en el golfo de Fonseca entre Honduras y El Salvador

Expertos en relaciones internacionales coinciden en que Honduras debe asumir un rol más activo desde la diplomacia para evitar una escalada mayor

  • 27 de septiembre de 2025 a las 08:30 -
Escala la tensión en el golfo de Fonseca entre Honduras y El Salvador
Tegucigalpa.

Los recientes incidentes marítimos entre embarcaciones hondureñas y salvadoreñas en el golfo de Fonseca encendieron las alarmas en el ámbito diplomático y militar, al evidenciar la fragilidad de una zona históricamente sensible y donde aún persisten pendientes de delimitación pese a los fallos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ).

Expertos en relaciones internacionales coinciden en que Honduras debe asumir un rol más activo desde la diplomacia para evitar una escalada y proteger sus derechos soberanos y económicos en el Pacífico.

FFAA, en "alerta máxima" por incidentes en el golfo de Fonseca

Para Isaías Barahona, exvicanciller de Honduras y exjefe de las Fuerzas Armadas, el momento demanda una acción inmediata de la Cancillería, encaminada a un proceso de acercamiento directo con El Salvador, en el marco de la sentencia de la CIJ de 1992.

“El golfo de Fonseca tiene un régimen de cosoberanía, definido por la Corte. Los tres países —Honduras, El Salvador y Nicaragua— comparten soberanía dentro de la bahía, lo que exige coordinación, diálogo y acuerdos que conviertan el área en un espacio de paz, desarrollo y seguridad”, explicó.

Aunque la sentencia resolvió buena parte del diferendo, aún está pendiente la línea de cierre del golfo, que conecta con el océano Pacífico. Según Barahona, Honduras tiene todos los derechos reconocidos por la Convención del Mar, como zona económica exclusiva y plataforma continental, pero se requiere un tratado bilateral con El Salvador, similar al Tratado Bicentenario firmado con Nicaragua en 2021.

“Ese tratado ya fue ratificado y publicado en La Gaceta. Honduras cumplió su parte con Nicaragua; ahora debe replicarse con El Salvador para definir la otra mitad de la línea de cierre”, sostuvo.

Barahona insistió en que la vía diplomática es la única salida viable:

“Hay que ejercer buenos oficios y buscar acercamientos con el presidente y las autoridades de El Salvador. Solo así se evita una escalada”.

Además, señaló que la política exterior hondureña debe priorizar la resolución definitiva de esta frontera marítima. Una vez concluido ese proceso, agregó, podrá avanzarse hacia una administración conjunta del Golfo, con reglas claras, seguridad compartida, protección ambiental y control contra actividades ilícitas.

“El golfo es una zona de desarrollo estratégico, con bahías ideales para el atraque de grandes embarcaciones. Resolver su delimitación beneficiará por igual a los tres países”, puntualizó.

Graco Pérez: “El silencio diplomático pone en riesgo la soberanía”

El analista internacional Graco Pérez calificó los recientes incidentes como una señal de alarma que no debe ser tomada a la ligera.

Recordó que El Salvador mantiene su postura de negar a Honduras una salida al Pacífico, pese a la sentencia de la CIJ. “Esa posición desconoce abiertamente el fallo y se ha vuelto una práctica constante de sus autoridades navales. Honduras, por su parte, ha sido demasiado permisiva”, lamentó.

Para el experto, los comunicados militares emitidos por las Fuerzas Armadas hondureñas son necesarios, pero insuficientes.

“Le corresponde a la Cancillería protestar formalmente ante El Salvador y remitir copias a los organismos internacionales que velan por el cumplimiento de las sentencias de La Haya. Ya pasaron 48 horas de dos incidentes graves y no hay acción diplomática”.

Pérez advirtió que el silencio institucional puede tener consecuencias jurídicas: “Si Honduras no protesta, las incursiones salvadoreñas quedan registradas en sus bitácoras como operaciones en aguas propias, lo que puede escalar a un reclamo mayor”.

Además de la soberanía, enfatizó que están en juego derechos económicos estratégicos:

“No es solo un tema territorial. En el área Honduras tiene derechos de pesca, exploración y explotación de recursos del subsuelo. Si El Salvador impone su visión, Honduras puede perder proyección sobre esos espacios”.

El experto criticó la falta de coordinación inmediata durante el último incidente, el 24 de septiembre, cuando las embarcaciones salvadoreñas permanecieron más de seis horas en aguas hondureñas.

“¿Qué pasó en ese tiempo? ¿Por qué no se activaron los canales diplomáticos o una comunicación directa entre cancillerías o presidentes?”, cuestionó.

Para Pérez, las Fuerzas Armadas han cumplido su deber, pero el límite lo marca la diplomacia:

“El poder político debe intervenir. Si no lo hace, el problema se pudre en el mar y las consecuencias pueden ser graves”.

Una Cancillería en silencio

A más de 48 horas de los incidentes, la Cancillería hondureña sigue sin emitir un pronunciamiento oficial ni confirmar gestiones con las autoridades salvadoreñas.

El canciller Javier Bú Soto participa en la Asamblea General de la ONU en Estados Unidos, mientras el país enfrenta un tema de soberanía y seguridad nacional. La falta de reacción ha generado críticas por la ausencia de prioridad hacia los temas fronterizos y marítimos.

LA PRENSA buscó la versión oficial de Cancillería, pero no hubo respuesta. Del lado salvadoreño, tampoco se ha registrado comunicado alguno por parte de la Fuerza Armada, el Ministerio de Defensa o la Cancillería.

Para los expertos, la inacción y el silencio debilitan la posición hondureña y dejan sin claridad a la población, en un conflicto que, de no manejarse con firmeza diplomática, podría derivar en una crisis regional.

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