06/03/2025
08:23 PM

Nicaragua y El Salvador retienen más de 50 embarcaciones pesqueras de hondureños

Autoridades de los dos países vecinos que comparte el golfo de Fonseca han interceptado 50 lanchas de pesca dentro de aguas territoriales de Honduras

San Pedro Sula, Honduras.

Autoridades navales de Nicaragua tienen decomisas alrededor 38 embarcaciones pesqueras de Honduras y las autoridades de El Salvador aproximadamente 17 que han interceptado dentro y fuera de sus aguas territoriales.

Miguel Ángel González, presidente de la Unión Regional de Pescadores Artesanales del Golfo de Fonseca (Urpagolf), le informó a Diario LA PRENSA que las autoridades de ambos países “continúan capturando a los pescadores hondureños y decomisando lanchas, motores y aperos de pesca bajo el argumento que faenan en su territorio marítimo”.

El golfo de Honduras, de todos y de nadie: no hay fronteras marítimas delimitadas

“Como organizaciones somos responsables y reconocemos que algunos compañeros nuestros han cruzado la frontera y han sido detenidos dentro del territorio marítimo de esos dos países, pero hay otros compañeros que han sido capturados dentro de las aguas de Honduras”, dijo.

Pescados, cangrejos, curiles y camarones son extraídos anualmente del océano Pacífico.

Las capturas y los decomisos de las embarcaciones ejecutados por los países vecinos, tanto las legales como ilegales, se debe principalmente “a que Honduras no mantiene vigilancia marítima en el Golfo de Fonseca” en ambas fronteras.

Sépalo

Según diferentes organizaciones que funcionan a favor de la protección de los recursos naturales en el sur, pese a los beneficios que genera el golfo de Fonseca, no se han tomado las medidas de mitigación necesarias para evitar que la vida marina se extinga.

La semana próxima, los miembros de la Mesa Nacional de Pescadores viajarán a Tegucigalpa para solicitarle al Gobierno que intensifique los patrullajes marítimos y le propondrán al Congreso Nacional que busque las vías para ampliar “de tres millas náuticas a doce millas náuticas las aguas nacionales”, según González.

Para las organizaciones de pescadores, como Urpagolf, es urgente que el gobierno hondureño incluya en la agenda de interés nacional los conflictos que se suscitan en el golfo de Fonseca debido a que afectan la economía de más de 28,000 familias que dependen de la pesca.

Jorge Hernández, secretario de la junta fiscalizadora de la Urpagolf, le explicó a Diario LA PRENSA que, por ejemplo, las autoridades de Nicaragua le exigen a los pescadores el pago de una multa de unos $3,000 para devolver “la lanchas y motores decomisados, pero esa cantidad es difícil pagar para un pescador porque equivale a la mitad de la inversión”.

Límites

Históricamente, el Golfo de Fonseca ha sido un escenario de cientos de estos incidentes (que han provocado muertes y ha dejado lisiados por los disparos durante persecuciones) entre El Salvador, Honduras y Nicaragua pese a que existe un fallo de la Corte Internacional de Justicia y un nuevo tratado de delimitación marítima entre Honduras y Nicaragua.

En 1992, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dictó una sentencia en la cual estableció que en el Golfo de Fonseca, Honduras y El Salvador tienen soberanía exclusiva sobre una franja marítima que se extiende tres millas náuticas desde su costa. Después de las tres millas, las aguas son de uso común entre los tres países que comparten el golfo.

En octubre de 2021, Honduras y Nicaragua suscribieron el Tratado Limítrofe entre Nicaragua y Honduras en el Mar Caribe y Aguas Afuera del Golfo de Fonseca y en abril de 2024 (después de ser ratificado por el Congreso Nacional en marzo) apareció publicado en el diario Oficial La Gaceta despertando esperanzas entre los pescadores víctimas de las autoridades vecinas.

En ese tratado, Nicaragua y Honduras establecieron que “el Golfo de Fonseca y sus aguas interiores hasta la línea de cierre continuarán siendo reconocidos como una bahía histórica y los derechos de los estados ribereños a su uso, incluyendo la navegación, continuarán siendo respetados”.

En ese instrumento internacional, ambos Estados acordaron “invitar a la hermana República de El Salvador a continuar con los esfuerzos de mantener el Golfo de Fonseca como una zona de Paz, Desarrollo Sostenible y Seguridad y ampliar los lazos de cooperación”.

Para Nahún Cálix, alcalde de Marcovia, Choluteca, “el tratado entre Honduras y Nicaragua establece límites claros, como la salida a aguas internacionales, y las capturas de pescadores y decomiso de lanchas se sigue dando porque no hay la suficiente vigilancia de la Fuerza Naval”.

“Firmaron y ratificaron ese acuerdo con Nicaragua pero no le han dado seguimiento” en ningún sentido. “Si hubiera vigilancia, la Fuerza Naval de Honduras no permitiría que los pescadores hondureños entrarán a las aguas de Nicaragua y El Salvador” y no evitarían que los militares de esos países ingresaran a aguas hondureñas, dijo Cálix.

El alcalde de ese municipio sureño explicó que los pescadores se ven obligados a faenar más allá de las tres millas náuticas porque cerca de la costa esta la población de peces se ha agotado y ante este fenómeno tampoco ha habido planes entre los tres países para asegurar la sostenibilidad del recurso marino.