El golfo de Honduras, de todos y de nadie: no hay fronteras marítimas delimitadas
La demanda de Belice por los Cayos Zapotillos reaviva la necesidad de acordar la delimitización fronteriza marítima del Golfo de Honduras donde convergen Honduras, Belice y Guatemala. Expertos dicen qué implicaciones pueden haber de no darle importancia este tema
Foto: Melvin Cubas
Así se ve Lawrence Rock, la piscina natural frente al Cayo Seal desde el drone de LA PRENSA. Ese cayo sumergido es un deleite para los pocos hondureños que se han aventurado a conocer este hermoso lugar. Está en el corazón del Golfo de Honduras.
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Es una piscina natural alojada en el rinconcito centroamericano del Mar Caribe. Es deslumbrante y su agua es cálida y transparente.
Es también la sorpresa que algunas agencias de viaje hondureñas tienen preparada para dejar atónitos a los visitantes de los Cayos Zapotillos como recompensa al ajetreado viaje para disfrutar de esta joya caribeña.
Los locales dicen que se llama Lawrence Rock, está frente a Cayo Seal, y es una hermosa piscina poco profunda y sin playa, con arrecifes y cientos de peces bordeada por un círculo de piedras, ideal para hacer esnórkel y refrescarse nadando.
Su color, un impresionante azul turquesa, es parte cotidiana del paisaje repleto de parajes iguales o más bellos que se pueden apreciar a lo largo y ancho del Sistema de Arrecifes Mesoamericano, y que gran parte se alojan en el corazón del Golfo de Honduras.
Ese entrante de mar en el litoral Caribe baña las costas de tres estados: Belice, Guatemala y Honduras a lo largo de unos 200 kilómetros. El punto más septentrional de este tramo de costa es Dangriga, en Belice, y el más meridional es La Ceiba, Honduras, según la Guía de Geografía.
Pese a ser basto y tan importante para la pesca, el comercio mercante y la vida de todos los pueblos costeros que baña, justamente, el Golfo de Honduras, es de todos y a la vez de nadie.
Aunque los tres países han mantenido relaciones amistosas históricas en esas aguas, nunca se han definido las fronteras marítimas, y ese pendiente podría resolverse al mismo tiempo que el conflicto que comenzó Belice por la propiedad de los Cayos Zapotillos.

Para el abogado Graco Pérez, experto en derecho internacional y gran conocedor de la situación de los Zapotillos, Honduras tiene la obligación de defenderlos, porque en la Constitución de 1982 se incluyó en el artículo 10 explícitamente a los Cayos Zapotillos.
“El gobierno de Honduras tiene que determinar qué corresponderá, ya que hay un litigio o una demanda de Belice contra Honduras en ese tema, y ahora también se involucró Guatemala”.
Pérez señaló que aunque ese litigio está en este momento en la mesa de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya, Honduras tiene otros pendientes en sus mares. Enlistó varios, pues falta definir la frontera con Jamaica y defender la frontera con Colombia, entre otros.
“Ese es otro tema, en el Tratado Bicentenario negociaron el Atlántico, y Honduras prácticamente quiso renunciar a su frontera con Colombia, pero hay un punto en el que la frontera marítima de Honduras, Jamaica y Colombia se encuentran. Entonces Honduras debe defender también su frontera con Colombia y delimitar la frontera con Jamaica, que está pendiente”.
Asimismo, en el Pacífico está pendiente una junta con El Salvador, que no quiere reconocer los derechos de Honduras a partir de la bocana al océano Pacífico.
“Soberanía no es estar escribiendo un tuit respondiendo a la embajadora de Estados Unidos. Soberanía es defender realmente el territorio. Ellos dicen, somos un país soberano, la autodeterminación de los pueblos, la no injerencia, pero no defienden la soberanía realmente”, reprochó Pérez.
Considera, que “este es el momento de defender la frontera con Guatemala y Belice, y por supuesto, a los Cayos Zapotillos. Este es el momento, ya después, todo va a estar definido por la Corte”.

ZONA ESTRATÉGICA TRINACIONAL
¿Pero por qué este es el momento de hablar no solo de los Zapotillos, sino de toda la frontera marítima con ambos países vecinos?, le consultamos a Pérez.
A su juicio, hay mucho en juego si la Corte Internacional de Justicia decide, de una vez por todas, aprovechar el caso iniciado por Belice para definir las fronteras en el Golfo de Honduras.
“Digo que no solo se trata de velar por los Cayos Zapotillos, aunque ya se ha dicho que enviaron los agentes - representantes hondureños ante la Corte-, es que cualquier territorio de Honduras tiene que ser defendido, cualquier territorio soberano”, recalca.
Señala que hay que ver más allá en este tema, pues el Golfo de Honduras tiene enorme importancia para Honduras, pues aloja las rutas comerciales más activas y gran parte se originan en Puerto Cortés, también está el tema de la pesca.
“Uno no sabe en el futuro si se pueden encontrar yacimientos de petróleo en el suelo o subsuelo, hay muchas cosas que en este momento, quizá no se pueden determinar, pero el tema es defender hasta el último centímetro de la soberanía nacional”, añadió.
Sobre el tema del petróleo, de acuerdo al Plan de Manejo de los Cayos Zapotillos de Belice, la Ley de Minas y Minerales (1989) y la Ley del Petróleo (1991) regulan la exploración y extracción de todos los recursos no renovables, incluido el petróleo.
“Estas leyes también controlan actividades como el dragado, la prospección y la perforación. Si bien las actividades de dragado tienen el potencial de afectar la Reserva Marina, una preocupación más inmediata es que los Cayos Sapodilla se encuentran dentro del área de concesión petrolera de Island Oil Belize Ltd, bajo la revisión de la Unesco del Sitio del Patrimonio Mundial (el Sistema de Reserva de la Barrera de Coral de Belice), se recomienda que las áreas protegidas dentro de BBRRS-WHS se excluyan de las áreas de licencia de prospección y extracción minera y petrolera”, señala la Unesco en una edición de 2019 titulada Patrimonio Mundial: Historias exitosas donde hace acopio del estado de los arrecifes coralinos de Belice y su exitosa preservación.
A raíz de esto, Belice en 2016 anunció que “no se permitirá la exploración de petróleo en mar abierto a lo largo del arrecife de coral de Belice o dentro de las siete áreas del sitio de patrimonio mundial del país”.

Tras casi una década de inclusión en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro, Unescco retiró a la Red de reservas del arrecife de barrera de Belice de la Lista (BBRRS-WHS) en la 42ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial, celebrada en Manama, Bahréin en 2018.
Con eso en contexto, Pérez remarcó: ¿Si ellos -Guatemala y Belice- están interesados en eso, por qué Honduras no se interesa? Sobre el proceso que viene ahora que el caso está en la CIJ, el profesional del derecho señala que estos casos suelen tardar mucho tiempo en resolverse, ya que la CIJ recibe muchos litigios internacionales similares de todo el mundo.
“Hay otro litigio, que es en el que yo sostengo que Honduras debe solicitar intervenir y es el de Guatemala y Belice. Si Belice demandó a Honduras por Zapotillos y Guatemala solicita intervenir, quiere decir que Honduras debe intervenir en el caso de Guatemala y Belice, en el juicio que tienen para definir su territorio y su mar territorial, porque Honduras no está interviniendo”.
Y continúa: “Debido a que los Zapotillos están en medio del Golfo de Honduras, lugar sin fronteras marítimas definidas, todo se vuelve parte del conflicto y es parte de la estrategia de Belice, porque fue Belice que demandó a Honduras. Y es claro, después Guatemala quiere también participar porque aseguran que los cayos también le pertenecen”.
Y prosigue: “Entonces, si ya esos dos países están pretendiendo los Cayos Zapotillos que Honduras defiende como hondureños, entonces quiere decir que Honduras debe entrar de lleno al juicio entre Guatemala y Belice por sus temas fronterizos, donde Cayos Zapotillo son un punto, pero estamos hablando de todo el largo de la frontera marítima, y Honduras no está haciendo nada en eso. Imaginen que ganamos Zapotillos, pero perdemos el resto de la frontera, o perdemos Zapotillos y también perdemos el resto de la frontera”.
Señalan que aunque el gobierno ha tenido “esa estrategia aquí a lo interno de decir que está defendiendo los Cayos Zapotillos , pero no nos dicen que están haciendo con el tema de Guatemala y Belice. Cuando la Corte Internacional de Justicia ya emita sentencia, ya poco se va a poder hacer, porque las sentencias no las cambian”.

“Que Dios se apiade”...
En coincidencia con Pérez, para el excanciller de la República, Carlos López Contreras, el tema no es solo es bregar por los Zapotillos, pues el momento implica la delimitación de espacios marítimos en este sector del Golfo de Honduras, donde convergen Guatemala, Belice y Honduras.
“Honduras, como un país que tiene intereses jurídicos en la zona, debió solicitar permiso a la Corte para intervenir a título de un tercero en ese juicio entre Belice y Guatemala para hacer valer sus derechos en la defensa de sus espacios marítimos, para que la Corte no vaya a dictar sentencias y no dar en cuenta los intereses de Honduras, como los reclamos con relación a los Cayos Zapotillos, porque los Cayos Zapotillos son pretendidos tanto por Belice como por Guatemala. Entonces, Honduras debió hacerlo eso desde que comenzó el juicio y prepararse desde antes”, analizó.
Considera infortunado que desde el gobierno de Juan Orlando Hernández, a pesar de que en Cancillería se tenían consultores, historiadores y especialistas en delimitaciones marítimas listos para apoyar a Honduras, el gobierno no tomó acción y no presentó la solicitud de intervención.
Luego entró el nuevo gobierno, se le presentó toda la información que disponía la Cancillería y tampoco tomó acción. Transcurrió el tiempo, y como al año y medio de ejerciendo la presidencia el partido Libre, de pronto Belice presenta una demanda contra Honduras para reclamar los Cayos Zapotillos, con lo cual se estaba rompiendo la unidad del tema que estaba en la corte, que era sobre cayos y sobre espacios marítimos entre Guatemala y Belice, donde Honduras pudo haber pedido intervenir como tercero, pero no lo hizo, explicó ampliamente López Contreras.
“Honduras debió hacerlo en el momento procesal de acuerdo al estatuto de la Corte, pero no sé en qué situación procesal se encuentra en este momento porque el gobierno no ha informado ni nada, no ha informado ni a la opinión pública, ni siquiera al Congreso Nacional, aunque fuera en una sesión cerrada”.
Añade que en consecuencia, “se ha producido una situación tan sorprendente, como que Honduras tenía derecho a solicitar su intervención en aquel juicio entre Belice y Guatemala, y resulta que en lugar de ser Honduras un tercero interviniente, se necesita ser un demandado primero por Belice y después Guatemala dice ‘yo tengo derecho también a eso´, entonces Guatemala pide intervenir en este juicio. Entonces, se ha hecho una complejidad de casos innecesariamente cuando Honduras, con solo el hecho de haber solicitado su permiso de intervenir, la Corte sin duda se lo hubiera autorizado porque son evidentes los derechos de Honduras en el Golfo de su mismo nombre, pero no lo hizo”.
Aunque desconoce en qué terminará esto, por su tono parece preocupado. “Entonces, no sé qué resultado iremos a tener. Esperemos que Dios se apiade de Honduras y que la Corte no sea muy fuerte contra este pobre país”.
López Contreras fue claro que ya no hay forma de subsanar este asunto, y que, una vez tomadas, las decisiones de la corte son definitivas e inapelables.

“Y Honduras aparece como parte plena, es decir, no como interviniente, sino como parte plena como demandado. Tanto por Belice como a título de intervención por Guatemala. Entonces lo que la Corte decide ahí es definitivo e inapelable. Lo único que se puede solicitar con mucho fundamento, y hasta este momento no ha habido casos que se resuelvan favorablemente, es el derecho de revisión. Pero ya El Salvador lo intentó y no pudo, y han hecho lo mismo en otros países”.
Agregó que “de una situación cómoda, sencilla, de un derecho de intervención como no parte o como parte, como hubiera querido el gobierno de Honduras y no lo hizo, ahora se encuentra en una situación en que es parte plena y lo que decida la Corte definitiva es inapelable”.
Por último, añadió que la Corte normalmente es muy prudente cuando toca los intereses de un tercer estado, y es evidente que los derechos de Honduras están allí.
“Pero no es lo mismo el punto de vista de la corte por sí misma que con la intervención del país interesado diciendo, miren, esto es lo que a mí me toca y estos son los fundamentos jurídicos, históricos, geográficos. Eso le sirve de guía a la Corte, pero si el país se queda callado, pues la Corte observará cierta prudencia, pero al no estar presente Honduras, en cuanto a las delimitaciones marítimas, tomará sus decisiones y serán definitivas e inapelables”.
