Así son los Cayos Zapotillos,
14 trozos de tierra que Belice le reclama a Honduras
Al menos tres de los 14 cayos en litigio pueden ser visitados por turistas hondureños y chapines, que llegan en lanchas a disfrutar de sus playas de agua clara
Foto: Melvin Cubas
Honduras, Belice y Guatemala se consideran dueños, cada uno, de estos pequeños cayos alojados al sur de la Barrera Coralina de Belice y en medio del golfo de Honduras. La Corte Internacional de Justicia en La Haya, Países Bajos, decidirá de quién son en realidad.
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HUNTING CAYE. Nuestro destino era un paraíso de aguas azul turquesa pocas veces visto por los hondureños, pese a que la Constitución de la República en su artículo 10 los considera propiedad de Honduras.
Partimos a las 8:00 de la mañana desde un muelle privado en Omoa, Cortés, al norte de Honduras. El viaje a bordo de una lancha rápida en la que íbamos unas 20 personas duró hora y media, pero pudimos haber llegado 30 minutos antes de no haber sido porque el mar estaba “picado” y con olas tan grandes que los nervios eran inevitables.
Luego de ese recorrido en línea recta en el que pudimos ver inmensos buques cargueros yendo y viniendo de Puerto Barrios a mar abierto, y viceversa, y tras sortear varias islas de la basura que llega a las costas hondureñas desde Guatemala, teníamos tierra a la vista.
El primero de una hilera de pequeños cayos se divisaba a lo lejos. De inmediato, el azul profundo del mar pasó a lucir como la Bandera Nacional de Honduras y el oleaje embravecido se apaciguó gracias a que estábamos sobre la barrera de coral.
El equipo de LA PRENSA Premium se convertía así en el primero de un medio hondureño en visitar los cayos y conocerlos a profundidad, ya que para muchos estas tierras son desconocidas, incluso para las autoridades mismas.
Maravillas turquesas
La primera impresión fue maravillosa. Los cayos estaban ahí, casi alineados. El capitán de la embarcación bajó las revoluciones de su potente motor y presentaba al primero de los famosos 14 trocitos de tierra que para los hondureños son Zapotillos y para los beliceños se llaman Sapodillas.
“Ese que ven a su izquierda se llama cayo Limón (Lime Caye), pero todos aquí lo conocen como el cayo de Sandra. Según cuentan, le pertenece desde hace como 70 años a una señora garífuna que se llama Sandra, pueden tomarle fotos desde aquí, porque ahí no nos podemos bajar, ya que es privado”, explicó el capitán.
El cayo es pequeño, pero está lleno de árboles y vegetación costera. Una hermosa playa con un pequeño muelle se logra ver en una de sus caras y hay una casa, de al menos seis más, que sobresale por su techo verde.
Tras la breve pausa para ponernos a tono con el entorno, teníamos al costado derecho, casi de frente, al cayo Policía o Hunting Caye. De lejos, la bandera azul profundo marcada por dos franjas rojas en los extremos superiores ondeaba con esplendor. “Ahí nos vamos a registrar y podrán disfrutar de sus playas”, seguía el capitán.
Desde Omoa al pequeño muelle en el atracamos hay una distancia de 46 kilómetros, que equivalen a ir de San Pedro Sula al peaje de Puerto Cortés. Esa es el doble de la distancia que hay entre la comunidad de Sambo Creek, en La Ceiba, y los Cayos Cochinos que son jurisdicción de Islas de la Bahía, a los que solo los separan 26.1 kilómetros.
Tras llegar al muelle, el primero en bajar fue el copiloto que amarró la lancha y, tras él, le siguió el capitán. Ahí dos oficiales, uno de la Guardia Costera de Belice y otro de Migración se acercaron y lo abordaron para que le entregara el listado de pasajeros y el pago por el permiso para poder visitar la zona, el cual no nos precisaron.
El trámite duró poco y comenzamos a desembarcar. El territorio no es muy grande, tiene siete construcciones y otro muelle de mayores proporciones en comparación al primero en donde tienen atracada una lancha rápida.
Si bien, se nos dio acceso a la hermosa playa de arena blanca y a los baños que no eran más que letrinas, se nos dijo que ni al muelle grande ni a los edificios del área administrativa teníamos permitido el ingreso.
El cayo tiene varios edificios de madera y de bloques, tiene un faro en el otro lado y no hay fuentes de agua potable, por lo que la que cae del cielo y la que extraen de pozos es indispensable para la supervivencia de los, al menos, seis hombres que cumplen turnos de dos meses por rol. Una vez cumplido el protocolo, lo que quedaba era disfrutar de aquel paisaje.
En el cayo, los cangrejos ermitaños son los amos y señores, son decenas, y de todos los tamaños y colores. Pese a ser un lugar hermoso, y de gran importancia para especies como aves migratorias, peces y tortugas, sufre por la basura que arrastra el mar.
Del otro lado, una playa hermosa y curvada, que da al cayo una forma de pie, está inevitablemente “colonizada” por desechos plásticos, como sandalias, botellas y hasta juguetes que llevan hasta ahí las corrientes marinas. En varios de los edificios hay paneles solares para proveer energía eléctrica al personal estatal que realiza operaciones estratégicas para enfatizar su presencia y soberanía en los cayos.
Nuevo litigio en La Haya
Los hermosos cayos Zapotillos, aunque son accesibles a turistas hondureños y guatemaltecos que llegan a razón de dos y tres lanchas por jornada y por país, en algunos fines de semana del año, están en medio del imponente y bien preservador Arrecife Mesoamericano, la barrera de coral que se extiende sobre aproximadamente 1,000 kilómetros a lo largo de la costa caribeña de México, Belice, Guatemala y Honduras.
También son el centro de un reclamo tripartito elevado hasta la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, Países Bajos, en el que figuran tres países que reclaman su soberanía y propiedad: Honduras, Belice y Guatemala.
El 16 de noviembre de 2022, Belice interpuso una demanda contra Honduras en relación con una controversia relativa a la soberanía sobre los cayos Zapotillos, que describe como un grupo de cayos situados en el golfo de Honduras, en el extremo sur de la barrera de arrecifes de Belice.
En octubre de 2023, el Gobierno de Honduras contrató a dos consultores para enfrentar la disputa de los cayos Zapotillos. Asimismo, el Estado designó un agente y coagente. Ese mismo año, en diciembre 23, Guatemala también se unió al reclamo argumentando en un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) que la demanda que planteó Belice contra Honduras no procede porque está reclamando un territorio que es de Guatemala.